Musa

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Habíamos llegado después de salir de la base dónde nos quedábamos con Merlene quien escuché llevaría a la mujer para enseñarle todo lo que les prometió además que le curaran la herida que podía asegurar estaría bien pero la sangre que perdió era bastante, entramos a un edificio después de caminar un rato y evitar las patrullas de vigilancia que estaban pasando, donde llegamos que al parecer aquí vivían ellos, entonces abrió la puerta dejando pasar a Ellie y a mi pero el olor me llego... era de Joel con el de esa mujer que había escuchado de antes se llama Tess o así le dicen, lo percibí era esa fragancia que me dio ganas de vomitar pero me desilusiono demasiado, veía como Ellie observaba todo con atención analizando cada detalle de ese departamento mientras yo me adentraba más toque una silla y nuevamente llego algo la misma sensación que la vez anterior.

-Sarah, cariño ¿dónde estás?- escuché esa voz era Joel pero lucia más joven, tenía una mirada llena de vida y brillo con toda la alegría del mundo, me giré hacia dónde estaba mirando.

La vi una hermosa niña con unos rizos demasiados lindos que se veía de unos 6 años estaban en un especié de parque.

-Papá- está pequeña niña se acercó corriendo a Joel alzando sus pequeños brazos para que la cargara, eso hizo y al alzarla le dio vueltas en el aire todo era realmente perfecto ellos dos riendo el parque despejado, eran ellos dos juntos en un lugar tranquilo siendo felices con varias hojas de los árboles cayendo sobre ellos era como una película en cámara lenta, el sol iluminado la sonrisa de ambos sus risas que sonaban como la melodía más hermosa que podía escuchar pero
eso me lleno de preguntas, ese Joel no exista o al menos no se parecía en nada al que acababa de conocer, necesitaba recuperarlo haría de todo y daría lo que sea para ver de nuevo a esa versión de mi musa donde era feliz y lleno de alegría además de esa luz de amor.

Regrese mi visita estaba borrosa tuve que parpadear varias veces para recuperarte era raro me sentía como si ese recuerdo lo había vivido el estar ahí con ellos todo se sentía tan real que me abrumaba, ¿porqué vi eso? era la segunda vez que me pasaba pero esta vez era mi perspectiva no la de alguien más vi todo lo de alrededor entonces mis sentido se agudizaron eso era... el olor a flores la pequeña tenía esa esencia como si su olor fueran flores que ella desprendía, por eso Joel olía a flores era casi nulo el aroma que desprendía pero estaba ahí como una huella marcada, me dolió verlo feliz para después encontrarme con esa versión de él sin una pizca de luz en sus ojos pero regresaría lo haría posible por saber qué mi musa fuera de nuevo feliz.

-Ey-me estaba llamando Ellie- estabas como perdida en algún lugar de tu mente, ¿estás bien?- sabia que el tono de preocupada que salió de ella es porque estuve muy perdida en mis pensamientos o eso creo.

-Si,si,si estoy bien pero estuve pensando algo y..- no pude terminar de decir debido que sentí un dolor intenso en mi cuerpo como miles de agujas por todas partes -joder como duele- sabia a qué se proporcionaba el dolor era debido a las semanas que llevaba sin convertirme, dolía no hacerlo por un tiempo y más por mi repentino cambio en dejar de transformarme antes estaba muchas veces en mi forma de lobo era todos los días pero cuando conocí a Ellie la última vez ya tenía rato esto me estaba perjudicando dolía y mucho, me doble por el dolor cayendo de rodillas escuchaba de fondo gritos pero no sabía diferenciar de quien eran o de dónde provenían -carajo dolía- respirar también sentía punzadas.

Escuché un grito no sé quién era pero el olor de café recién hecho llego a mi... era mi musa lo sentía mil veces más concentrado ese olor pero también flores... llegaron cientos de diferentes flores como si estuviera en un campo lleno, volví a donde estaba.

-¡¡¡Circe!!!- era Ellie gritándome- ¡¡¡¡reacciona!!!!- volvió a gritarme.

-Ya Ellie, estoy bien no tienes que gritarme- me dije parándome para enderezarme y recuperar el airé, tenía la respiración algo ahogada como sí hubiera corrido miles de kilómetros pero era irónico un lobo  adulto tiene la resistencia de poder correr 1 mes sin descanso y el agotamiento no sería mucho- estoy bastante bien, de acuerdo- mire a mi cachorro estaba preocupada eso me generaba ternura pero sus emociones me inquietaban debía seguir por ella y él.

-¿Estás segura? no te veías bien estabas respirando agitadamente y quejándote- sabia que lo notaría pero no podía decirle, no enfrente de  él que estaba parado en el marco de la puerta mirándome quería buscar en sus emociones y en su mirada preocupación pero no la encontré, lo único que encontré fue desinterés junto con algo de cansancio.

-Estoy bien, cachorro- me dio cuenta de mi error, ella no sabía que la había adoptado como mi hija y mucho menos que le llamaba así por costumbre en la manada eso se decía era demasiado común pero no era el momento- yo... después hablaré contigo es algo ammm... ya sabes un secreto entre tú y yo- tenia cara de estar confundida pero no contesto nada ni cuestiono de lo que le dije.

-¿Qué haces?- está vez Ellie le pregunto a Joel ya que él se había lanzado al sillón que tenían en el departamento.

-Pasar el tiempo- se estaba acomodando y cerró los ojos dispuesto a dormir.

-¿Y yo que hago?- sabia que era algo curiosa y estaría hurgando en las cosas de ellos en lo que estuviera a la vista.

-No se, pregúntale a tu mamá- me sorprendió la respuesta de Joel como contesto a eso, ni Ellie sabía cómo explicarlo ninguna de las dos desmintió o afirmó.

-Ven aquí, te contaré una historia- le dije pero yo me acerqué a ella que estaba en la ventana viendo el paisaje- ¿quieres que te cuente como uno de mis abuelos peleó contra un oso?- era gracioso porque no era mi abuelo sino uno de los ancianos del consejo que me lo contó como peleo él solo contra un oso enojado pero en su forma lobuna eso lo tendría que omitir por Joel sabía que todavía no estaba dormido por su respiración y el palpitar de su corazón tendría que esperar que se durmiera al menos para poder contarle con detalles a Ellie.

Así pasó el tiempo contándole varias historias que en su momento los más viejos de mi manada me contaban y me encantaba oírlas eran mis pasatiempos favoritos estar horas sentada escuchando cada magnífica historia que me podían contar los que pertenecían al consejos eran muy sabios y tenían infinidad de chistes que contar a veces extrañaba eso las tardes en la fogata pero no tenía marcha atrás, aquí estaba con mi cachorro y mi musa juntos eso era lo único que me importaba ahora.

Mirada (Joel Miller) TLOUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora