Te Amo, Mi Amor

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Casa de Juan Carlos.

Julieta había llegado encontrando con asombro y tristeza aquella escena en la sala.

Juan Carlos había llamado a la policía y estos venían en camino mientras tanto, él se aferraba a Valentina, no la quería soltar, de alguna forma era como tener a Refugio cerca de él.

-Julieta, llama a tu hija o a Edmundo y asegúrate que estén bien, por favor

-Ay no, ya los llamo

-Quién secuestró a Refugio me habló por teléfono y mencionó a Mundo - se limpió con su mano libre las lágrimas que le caían - yo le daré de comer a Valentina y llamaré a Olga para que tenga a Petita con ella todavía

Para fortuna de Valentina, Refugio había tenido varios biberones listos para ella. Pero si nada salía bien, muy pronto tendrían que recurrir con otra alternativa.

-Juan Carlos, Lucero no me contesta - cortó - Llamaré a Mundo

-¿Mundo? ¿Sabes donde está Lucero?

-Sí, está en la casa

-Algo muy grave pasó, Mundo - sollozo - tu mamá la secuestraron, se la llevaron

-¿Qué? ¿Quién lo hizo?

-No sabemos, pero Juan Carlos me dijo que te mencionaron, ve por Lucero por favor y los niños

-Sí, sí

*******

La Bodega.

-¡Ay! ¡Déjenme!

-¡Cállate! - tiró a Lucero al piso y ella se quejó del golpe

-Quítale el pañuelo

Este se lo quitó.

Lo primero que vió Lucero fue a tres hombres encapuchados

-¿Porqué hacen esto? ¡Yo no los conozco! Mis bebés, por favor - lagrimas caían de su rostro

-Pues tenemos que culpar a tu querido marido

-¿Mi marido?

-Así es, mataron a uno de los carteles más importantes entre nuestra gente y Mundo causó aquel accidente y ¿que crees? - fijó una mirada fría - uno de ellos fue mi papá

-¡Son unos imbéciles! ¡Nada ganarán con esto!

-Pueda que si, pueda que no. No me interesa perder a decir verdad - sonrió con malicia mientras se sentaba en una silla - pero somos considerados - sonó sarcástico - te trajimos compañía - hizo señales de que  la trajeran

Otro hombre trajo entre sus brazos a Refugio, todavía inconsciente.

-¡Refugio! ¿Qué? Ella no, ¿qué les sucede?

-Yo analicé y me dije “ojo por ojo, diente por diente", así que, que mejor que traer a la mamita y a la esposita del miserable de Mundito

-¡Dejenla! - miró el brazo de Refugio - ¡Está sangrando! ¿Qué le hicieron?

-Nosotros nada, pero es bien brava la tremenda, nos aruñó y hasta nos golpeó la fiera y sin mentir hermosa como tú - sonrió - Mundito tuvo suerte, caray - rió - la mamá bonita y la esposa hermosa, pos no todos, ¿o no carnales?

Los presentes soltaron una carcajada.

-Dámela - este acercó a Refugio al líder y la colocaron en el regazo de él

-No pos sí, está bien bonita la señito - acarició la mejilla de Refugio - ¡esta es mía, señores!

-¡No la toques!

Mi Refugio de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora