Familia Unida

636 58 21
                                    

Era de madrugada, todavía estaban en la sala de cine privada.

Refugio y Juan Carlos estaban en el paraíso. El solo hecho de que estuvieran en el suelo, desnudosy abrazados entre sí, era la gloria.

Después de hacer el amor, Juan Carlos estaba sentado en el suelo teniendo de respaldar la pared. Refugio estaba encima de él, a horcajadas. Seguían besándose, Juan Carlos le agarraba las nalgas, las acariciaba, estrujaba, sus manos se deleitaban en ellas. Seguidamente,le acarició la espalda baja y luego posó ambas manos en sus senos, las amó, las besó, se apropió de ellas una vez más.

De parte de Refugio, se sentía amada, deseada y en las nubes. Ella le acariciaba su pecho, sus hombros, acariciaba su cabello negro, su rostro lo llenaba de besos dulces y tiernos.

Seguían consumando su amor, se besaban, se acariciaban, sus cuerpos se conocieron.

-Mi ojitos bonitos, que deleite es estar contigo

Halagó Don Verduras con una sonrisa en sus rostro, mientras Refugio lo llenaba de besos en su rostro. Besos en la frente, mejillas, nariz y boca

-Lo mismo dijo yo, mi amor- dijo parando los besos

-Me encanta tenerte así - mirando de arriba hacia abajo-tan bella, tan mujer

--Gracias, mi hermoso señor- le dió un beso-todo lo que hiciste esta noche ha sido perfecto

-La primera vez que te vi andabas tan hermosa, me acuerdo que llevabas una hermosa blusa azul, que por cierto, resaltaban tus hermosos ojos, me sorprendió tu belleza, mi señora

-¿De veras? - sonrió - En cambio, yo me acuerdo de un señor muy feo y gruñón que me gritó apenas me vió, eh-levantó una ceja

-Y dale con eso- dijo volteando los ojos-yo me disculpé en muchas formas y tu solo rechazabas cada regalo, si no equivoco

-Pues si, pero tu solo me enviabas esas cosas y no me buscabas ni nada- alegó haciendo un puchero tierno

-Pues tenía que ir a mi rancho, pero todo te lo dejé con Martina y ella solo me decía que todo lo rechazabas

-Pues muy mal, yo estaba enojada contigo, Don Verduras-volteó los ojos-me trataste muy feo cuando yo solo quería que todo estuviera en orden con los pagos de meses anteriores-levantó una ceja

Juan Carlos tomó un suspiro de derrota

-Dígame mi señora, ¿como puedo recompensar la después de aquel acto tan vil de parte mía? - preguntó mirándola a los ojos- después de todo, llegaste a mi vida y me cambió por completo mi vida

Refugio sonrió. Ese hombre estaba a sus pies

-Pues verá, Don Verduras-le dio un piquito en la boca-puede llenarme de flores, de besos, de palabras de amor y todo eso en lo que resta de vida, pero por ahora- se acercó a un oído y sensualmente susurró -puede complacerme haciendome el amor por lo que resta de la madrugada, con eso salda parte de la deuda - se alejó para mirarlo a los ojos y sonrió

-No se diga más, mi señora bonita

Le tomó las nalgas, las estrujo y la acercó más a él rozando la intimidad de Juan Carlos. Ella gimió. Juan Carlos le dió una nalgada fuerte y con eso, Refugio hizo un gran gemido.

Ella no aguantó más y se adentró a él, sin previo aviso. Ambos gimieron con locura. Ella empezó a cabalgar sobre él una, dos, tres, cuatro y más veces hasta que ella no pudo más y alcanzó el orgasmo que deseaba.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Mi Refugio de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora