De vuelta a casa

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A la mañana siguiente

El aroma de dos amantes consumadas se permeaba en el ambiente de la habitación de cierta morena, mientras dos chicas se acurrucaban la una junto a la otra, dejando que sus cuerpos desnudos rozaran la intimidad de la otra con el más mínimo movimiento.

- Fue una noche mágica Mittens - susurro la humana a su brujita de algodón de azúcar, mientras con una mirada de borreguito sobre su rostro jugaba con los desaliñados mechones de pelo de Amity.

Luz suspiro, acariciando una última vez el rostro la bruja, levantándose de la cama y vistiendo con solo una bata salió del cuarto. Ella camino entre los pasillos, deteniéndose enfrente del cuarto de invitados por un momento, abrió lentamente la puerta para ver al interior de la habitación. - Está vacía - murmuro la chica, buscando por indicios del rubio.

Finalmente tras un par de minutos, cerró la puerta resignada en que Hunter no estaba en la habitación. Bajando al primer nivel de la casa, capto el sonido de la estufa y el olor de la comida en el aire. Luz sintió como su estómago comenzó a gruñir con fuerza al oler la comida.

La chica sintió entonces sus mejillas tornarse de color por esa acción involuntaria, estuvo a punto de correr de vuelta pero una voz la detuvo de volver sobre sus pasos.

-Luz ¿eres tú? - Se escuchó la voz de Hunter desde la cocina, pero la chica guardo silencio esperando que el solo ignorara el ruido pero su estómago la traiciono volviendo a gruñir en ese momento. - Luz, puedo escucharte a ti y a tu estómago, ven aquí - ordeno el rubio con más intensidad.

Azorada la humana entro en la cocina a regañadientes, con el rostro totalmente abochornado bajo la mirada poco amigable de Hunter - Buenos días Hunter, je je como dormiste - Luz bromeo, intentando romper un poco de la tensión que se estaba formando en la habitación.

- Podría preguntarte lo mismos Lucecita - la mano del rubio paso por los mechones desaliñados de la humana, acercándolos a su rostro y respirando su colonia - pero veo que dormiste relativamente bien- le recalco él. Luz solo sonrió nerviosamente empezando a tomar un poco de agua

-especialmente con esa luna de miel por adelantado que tuviste anoche. - comento hunter sin miramientos. Luz escupió el agua, tosiendo violentamente bajo la mirada del rubio. - eres bastante ruidosa Luz, lo sabes ¿verdad? - inquirió él.

- Y tu un bruto sin sutileza, podías esperar a que terminara mi trago - reclamo la chica por el comentario, pero el rubio ya le había dado espalda, aunque luz noto algo extraño en el - ¡Hey goldie! ¿Por qué tus orejas están rojas?

-¿No tienes acaso frio? con esa ropa - respondió el con otra pregunta

- Que tiene de malo mi ropa - reclamo la chica, pero Hunter solo mantenía su mirada apartada de la mirada de ella, evitando verla a los ojos - ¡Hunter mírame cuando te hablo! - exclamo ella, parándose a un lado de y tomando su rostro para enfocarlo en ella pero el chico rubio se negaba a ver en dirección.

- ¡Luz! primero cámbiate de ropa y luego podemos hablar - el forcejeo con ella, apartando sus manos, pero entre los forcejeos parte de la bata se cayó por los hombros, Luz sintió una brisa de frio recorrer su cuerpo, gritando de la vergüenza se cubrió tan rápido como pudo.

- ¡Hunter no mires! - la chica exclamo intentando salir corriendo de la habitación, tropezó en la entrada y arrancándose la bata, pero aun con eso no se detuvo hasta llegar a su cuarto. La cara de la humana se encontraba en tono de rojo que rivalizaba con la de su novia.

Hunter solo suspiro con el rostro ardiendo por la impresión del cuerpo de la chica, pensando en si estaba haciendo lo correcto en apoyar a su esposa en esto. - la humana está demasiado loca y desinhibida -mascullo el pensando primero en Amity, su esposa, por ella iría mucho más lejos solo para soportar las locuras de la humana en su cara.

A donde vamos a pararDonde viven las historias. Descúbrelo ahora