La emperatriz piruja

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- ¡Vamos chicas! ya falta poco para salir de aquí - El sonido de la madera crujiendo resonó en la sala, mientras todos en la habitación concentraban sus ataques en destruir la barrera puesta por aquella misteriosa bruja. - ¡Vamos! - Grito nuevamente la emperatriz, las enredaderas pétreas finalmente se resquebrajaron bajo la magia del quinteto.

- No se detengan, aún tenemos que encontrar a esa invasora - Amity ordeno, abriéndose paso entre las cenizas, solo para encontrar una segunda pared de enredaderas cubriendo el pasillo no mucho más adelante. - "No te enojes Amity, aun puedes encontrar el camino por otro lado y " - La magia de la emperatriz se pegó a la maleza, consumiéndola hasta llegar al otro extremo.

Pequeños murmullos de miedo se escucharon a espaldas de ella, pero cesaron en cuando se giró para verles - Hay algo que quieran decir? - inquirió sin miramientos o dudas. Todas sacudieron la cabeza rápidamente, provocando un suspiro de la regente. - Bien, porque no lograremos nada aquí paradas.

Musito la emperatriz comenzando a avanzar, abriéndose paso entre el resto de muros de maleza, hielo y cualquier otro material que osara desafiar su autoridad.

- Luz, tu Amity siempre ha sido, como decirlo . . .. ¿Así de fuerte? - Luz Blight pregunto a su doppelganger con cierto miedo, su Amity parecía estar igual de intrigada por la muestra de poder de esta Amity.

- No, al principio solo podía hacer pequeños boquetes no más grandes que una cabeza, pero con el tiempo empezó a practicar y buscar formas de hacerse más fuerte - Luz respondió, dejando a las otras más confusas que satisfechas - Pero no se preocupen, Amity es solo un poco sobreprotectora con sus seres queridos.

-Ohm. . .. ¿Tu Amity no intento arrojar a su hijo a las aguas hirvientes cuando intentó escapar? - Señalo una de ellas, Luz rio nerviosamente mientras maldecía la buena memoria de ella.

- Eso era un poco de amor duro, Alister no estaba en peligro ¡Lo juro! - La princesa Exclamo, con la respiración alterada - Mi esposa siempre se asegura que nada malo nos pase si le es posible. - Todas miraron con duda a la princesa, no sabiendo que pensar o creer sobre la chica y la emperatriz.

-! No se atrasen ¡necesitare toda la fuerza y magia necesaria para hacerle frente - La emperatriz ladro, trayéndolas de vuelta en sí, - No sabemos del todo a que nos enfrentamos y lo más seguro es que sea más fuerte que cualquiera de nosotros, así que no bajen la guardia o estarán muertas - resalto.

Todas ellas atrás se miraron entre sí, pensando en el poder que tendría una persona capaz de usar glifos de tal poder. Una de las Luz suspiro, sacudiendo su cabeza antes de acelerar el paso hasta ponerse al lado de la emperatriz.

- Pasa algo Whitebane ¿Tienes miedo por lo que nos depara? - Le cuestiono la emperatriz - No estás sola en esto y lo mismo puede decirse de mi marido, no caerá sin dar pelea y llevarse al menos un buen hacia esa bruja - le aseguro.

- Pero que hay de mi Hunter, no sé si pueda hacerlo como el tuyo - la castaña dudo, mirando a los ojos a la regente que parecía no notar la duda, pero la tomo por sorpresa esbozando una cálida sonrisa que le recordó a su propia Amity.

- Solo ten fe niña, cree en tu marido como yo lo hago en el mío. ¿Acaso no se enfrentó a Belos en tu mundo? - Luz asintió lentamente, - Bien, entonces no temas, tu marido estará bien. - Le aseguro el monarca acariciando la cabeza de Luz. - Bien ahora sigamos, no podemos perder mucho tiempo aquí.

La emperatriz reanudo su camino, con todo el sequito a sus espaldas. Los murmullos desaparecieron casi al instante, dejando solo el sonido de pasos en su lugar. Pared tras pared y muro tras muro cada uno fue cayendo para dar paso a todas ellas, hasta llegar al sitio donde parecía encontrarse la intrusa.

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