Pánico

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Shouto había experimentado ataques de pánico dos veces en su vida. La primera fue cuando su madre le atacó y su padre la envió lejos. La segunda fue en su primer entrenamiento exhaustivo sin la protección de su madre o sus hermanos.

Terminó hecha un ovillo en el vestuario de las chicas de la clase 1-A. Debía controlarse antes de volver y no sabía en qué momento sonaría la campana de la siguiente clase. No podía volver así.

Reaccionó sólo cuando una mano le tocó el hombro y la apartó de inmediato con un golpe.

Entre lágrimas observó un manchón verde que tomó forma cuando se limpió el rostro con el dorso de la mano.

Izuku estaba frente a ella, mirándole con preocupación.

— No puedes entrar aquí... — Fue lo primero que se le ocurrió al ser el vestidor para chicas.

Midoriya tal vez dijo algo que ella no entendió entre sollozos. Él se sentó a su lado y miró en dirección a la puerta. Sólo permaneció ahí, sin decir más.

La campana se escuchó y ninguno se movió de su sitio. La clase de aritmética era la siguiente. Izuku le había pedido a Iida que le dijera al profesor que había llevado a Shouto con Recovery Girl, cosa que aún planeaba hacer, y que les entregara la tarea de ambos.

Por su mente llegó el recuerdo de la vez que Bakugo había quemado y arrojado al agua su cuaderno con notas que tanto apreciaba. Sus golpes, sus insultos y cuando le dijo que debería suicidarse. En esos momentos no tuvo ningún amigo, ningún apoyo y sólo le salvó el sueño de ser héroe algún día. Hubiese deseado a alguien a su lado y aunque todavía no podía creer que estaba en la UA, con un quirk que en un inicio nunca debió poseer, sabía que debía estar ahí por algo y le brindaría ayuda a cualquiera que lo necesitara. Incluso cuando Shouto fuese la hija del #2, poseyera dos increíbles dones y pareciera que tuviera todo bajo control... no permitiría verla así.

Pasaron los minutos. Todoroki disminuyó su soyozo y aún abrazaba sus piernas. Izuku intentó no tocarla, sólo estar a su lado. Si era algo parecida a él, entonces también le incomodaba el contacto físico y sobretodo con el sexo opuesto. Sólo se mantuvo ahí, en silencio.

— ¿Por qué estás aquí? Puedo cuidarme. — Shouto habló al fin y extendió las piernas, aún intentaba estirar la falda hacia abajo.

— Creí que... necesitabas a alguien con quién hablar o sólo... saber que contabas con alguien. — Murmuró sin mirarle para no incomodar. Aunque sentía la mirada de Todoroki, trató de no girar el rostro.

— No necesito amigos. — Shouto dejó de observarle y volvió las manos a los muslos, intentando cubrirlos. Recordó una de las notas: "Quisiera que me ahorcara con sus piernas". Su estómago dolía, el soba amenazaba con salir. Cerró los ojos.

— De acuerdo. — Midoriya mantuvo una larga pausa en silencio, después continuó. — Somos compañeros y como compañero, quería saber si estabas bien.

Shouto cerró los ojos. No estaba bien. Se sentía asqueada, abrumada, furiosa y sólo quería huir, pero no podía. No era libre, jamás lo había sido y jamás lo sería. A todas sus preocupaciones, ahora existía la certeza de que le miraran como un objeto, como un pedazo de carne, desechable... Y nada garantizaba que no intentaran atacarle y hacerle todo lo que estaba escrito en esas notas.

Sino congeló a Izuku, es porque no le consideraba peligroso. Pero estando ahí, con su cabeza a punto de explotar, no sabía si podría controlarse si intentaba volver a tocarle el hombro.

— No las comprendo... — Habló y Midoriya se sobresaltó un poco, pero le dejó continuar. — Estaban emocionadas... me fui, porque no entendía. Querían saber quién era la más deseada y quién las quería. A las que más ignoraron, también estaban felices... ni siquiera sirve ser invisible... "Si se la meto a Toru, ¿mi pene se volverá invisible o podré verlo?". — Shouto se cubrió el rostro con el antebrazo, limpiando más de sus lágrimas. — Dijo que esperaba que Ojiro lo hubiese escrito. No sabía a qué se refería, las demás rieron.

Izuku se estremeció al escucharle, era muy incómodo. — Tampoco lo entiendo. Te hace... sentir extraño, como sino encajaras con los demás. A nuestra edad, casi todos han dado su primer beso, tenido una pareja o fantaseado con una... — Suspiró. — Yo sólo quería un quirk... bueno... ya sabes, controlarlo... aún no lo logro. No tenía amigos. Las chicas se reían de mí, los chicos me golpeaban y... yo sólo volvía a casa con mamá.... mirando una y otra vez en Internet los videos de mi héroe, All Might... — Sus ojos se llenaron de lágrimas. Nunca le había contado eso a nadie. — Pero... logré entrar aquí, aún rompiéndome en cada clase y por mi sueño... no dejaría que los demás me arrebataran todo porque lo que he peleado. No se los permitiría. Así los mirara todos los días y deba guardar todo mi enojo... los héroes protegen a los demás, incluso aunque una voz en tu interior diga que no lo merece...

Había comenzado a llorar mientras hablaba. O más bien, murmuraba rápidamente. Quiso disculparse al darse cuenta, pues siempre le callaban. Incluso Iida, Uraraka y Tsuyu le pedían que no lo hiciera, pues era muy extraño.

Pero Shouto le estaba mirando con atención. Había vuelto a rodear sus piernas y se recargó en sus brazos mientras le miraba.

Izuku se limpió el rostro rápidamente e intentó disculparse al mismo tiempo, haciendo que sus palabras no se entendieran.

Shouto no se apartó. — Bakugo. — Respondió y Midoriya se congeló. Su rostro estaba rojo por el llanto, el rostro de ambos. Y finalmente sus miradas se conectaron. Izuku no negó ni afirmó nada. — Debe ser difícil asistir a la escuela que siempre soñaste con quien ha abusado de ti física y psicológicamente. — De nuevo su mirada se entristeció. — Así... es volver a casa y ver a Endeavor.

Midoriya no tenía idea. Suponía que ser el hijo de uno de los 10 sería algo envidiable. Pero veía sufrir a Shouto y suponía que su semblante serio desde el primer día no era para exaltarse como hacía Bakugo, sino para protegerse y esas notas... le recalcaron que no había sido suficiente. No quería que Shouto se cerrara.

— Pienso... que no nos define nuestro pasado. Y más que decirte que debes demostrarle que eres mejor... la verdad es que debes hacerlo por ti. Él está ahí, haciendo su vida sin pensar en el daño que te ha hecho... así que no deberías dedicarle todos tus pensamientos. No te digo que lo ignores, tal vez lo haga peor... — Recordó que Bakugo pensaba que sólo había entrado a la UA para molestarle y cada vez que lo veía le empujaba. — Pero sí aprender a sobrellevarlo. Porque eres más fuerte y puedes dar más. Por ti. — Se levantó y le extendió la mano. — Ya sabes... Plus Ultra... y eso... — Rió un poco.

Shouto tomó su mano para levantarse. — ¿Puedes llevarme a la enfermería? Aún quiero vomitar...

— Sí, yo también...

Siempre túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora