Apoyo

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A pesar de que se había propuesto tener una mejor actitud y considerar a Izuku como un amigo, no podía evitar sentir celos.

Observaba cómo buscaba a Uraraka como un cachorro, esperando una oportunidad para hablar con ella. Eso le estrujaba el corazón.

Habían iniciado un protocolo para ayudar a los pocos Pro Heroes que quedaban y a la fuerza policiaca, separándolos en tres grupos, guiados por Midoriya, Bakugo y ella.

Agradecía que la hubiesen considerado para liderar un grupo, puesto que no tenía ninguna intención de presenciar a Izuku con Uraraka siendo un equipo en batalla.

Algunos días transcurrieron así. Básicamente se trataba de entrenar mientras eran útiles para el exterior, ayudando a los civiles que no querían ser parte de los refugiados, además de capturar a una parte de los villanos que escaparon de las prisiones. A la par que preparaban el plan para enfrentarse a AFO.

— Ya no es factible operar desde la UA, nos moveremos a una base de seguridad fuera, así que empaquen lo esencial.

Pidió Iida al grupo, siguiendo las órdenes de All Might y todos comenzaron a guardar algunas mudas de ropa en una caja que Yaoyorozu creó para cada quien.

Desfilaron hacia la puerta blindada de la UA, sin pensar que para casi todos, sus familias los esperaban antes de marcharse.

Por su parte, no sabía cómo reaccionar. Aún tenía en mente el plan de luchar junto a Endeavor para vencer a Dabi. Le había pedido con antelación a All Might que convenciera a su padre de participar en la contienda, a pesar de su ánimo. Pero no volvió a acercarse a ella para confirmarlo, estaba más preocupado por cómo Izuku lidiaba con sus nuevos quirks y tampoco lo culpaba por ello, pues era más importante. Por lo que no pasó por su mente ver al resto de su familia antes de marcharse.

Su mamá, Natsuo y Fuyumi estaban ahí. Sostenía su caja y sentía que estaba a punto de soltarla, pues le temblaban un poco las manos. A diferencia del resto, no recibió un abrazo, su familia no hacía aquello. Pero verlos y escuchar que le deseaban suerte, le reconfortó un poco.

Al llegar a la casa de seguridad debían instalarse en sus habitaciones para prepararse antes de iniciar con el plan

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Al llegar a la casa de seguridad debían instalarse en sus habitaciones para prepararse antes de iniciar con el plan.

Mientras caminaba, volvió a mirar a Izuku intentando alcanzar a Uraraka. De nuevo una sensación de vacío en el estómago, náuseas y una necesidad de llorar.

Se forzó a continuar caminando, hundió los dedos en la caja para evitar que cayera de nuevo. A penas si era consciente de lo que sus demás compañeros hablaban sobre la situación al rededor. Últimamente sólo actuaba en automático.

En cuanto entró y dejó la caja en la pequeña habitación, tan sólo el dejar su mochila en el suelo, entre la cama y la ventana, notó qué tenía una vista perfecta de la ciudad en ruinas, justo donde Uraraka observaba el horizonte y Midoriya le había alcanzado. Los dos, hablando a solas.

Siempre túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora