Siempre tú

Afianzando lazos

— Hueles a bebé. — Ochaco estaba muy cerca del rostro de Izuku, quien a penas si se había sentado a la mesa con su tazón.

Al instante se sonrojó, no sólo por la sorpresa y la proximidad, sino porque no creyó que su aroma sería tan evidente.

Iida se sentó a su lado y le miró analítico, asintiendo. — No se equivoca.

Tsuyu les miró confundida. — ¿Kero?

Shouto sólo miraba su plato, jugando con los palillos, controlándose para no romperlos.

Izuku se apartó, necesitando aire.

— ¿Cómo estuvo tu residencia hoy? — Preguntó Iida, sin darle mucha importancia al asunto.

Midoriya comenzó a hablar con rapidez.— Estuvo bien. Patrullé con Mirio y como ya había tomado una ducha... y volví cansado, me sugirió usar toallitas húmedas. Dijo que así no se daña la piel. Ya saben cómo es Lemillion, si alguien sabe del cuidado de la piel es él. Siempre le dicen que tiene la piel de un bebé y bueno, yo sólo quería descansar un poco al volver, así que acepté. — Mientras hablaba, los demás dejaron de prestarle atención. Izuku respiró profundamente para calmarse y comenzar a cenar.

Shouto aún veía su plato, recordando lo que habían hecho antes de tomar una siesta. Después de su momento juntos, ella usó un paquete de toallitas húmedas del kit que Izuku le había conseguido en la farmacia para sus días en los que había estado menstruando. Al sentir sus cuerpos algo pegajosos, necesitados de un baño, fue la mejor opción para no delatarse. Así que ambos se limpiaron entre sí para no ser tan obvios. Creyó que la explicación que estaba dando era creíble, pero le molestaba que Uraraka continuara insistiendo en acercársele, aunque a ojos de los demás, ella como Izuku eran amigos y nada más.

Los demás no notaron nada extraño en ella, ya que, por su parte, Todoroki se roció con su perfume, pero Izuku aún tenía impregnado el aroma suave y dulce de las toallitas. A su vez, Shouto le entregó algo de su ropa, pues ella se había quedado algunas prendas cuando Izuku se quedaba a dormir en su habitación. Sólo faltarían sus zapatos, pero a nadie le importaba mirarle descalzo, pues otros hacían lo mismo.

— Deku-kun, ¿ya sabes cuál será tu disfraz? — Preguntó Uraraka. Tsuyu sabía que en cualquier momento lo haría, pues toda la tarde estuvo especulando qué podría ser.

Con todo lo sucedido, Midoriya había olvidado que pronto sería Halloween. Tenya también le observaba, intrigado, mientras tomaba su cuaderno y pluma para anotar.— La lista de disfraces se está agotando, deberías apresurarte.

— Yo... — Izuku lo meditó un momento, pero no se le ocurría algo.

— Por cierto, Todoroki. Yaoyorozu eligió tu disfraz antes de que alguien tuviese la idea. Dijo que no te importaría ser un vampiro.

Shouto le escuchó y pensó en lo que le informaba. Momo debió elegirlo antes de que alguno de los chicos sugiriera algo vergonzoso para ella.— De acuerdo, me parece bien.

Iida anotó la confirmación e Izuku dio un vistazo a la lista. Habían muchos disfraces ya elegidos y si antes no tenía idea de qué usar, ahora debía optar por algo que no hubiesen ya tomado. Mientras pasaba la mirada por los nombres de sus compañeros y las ideas se sus disfraces, se detuvo en Bakugo.

— ¿Un hombre lobo? — Aquello le sorprendió. En primera instancia porque Katsuki no era alguien que gustara de los disfraces, más que cuando eran niños y lo hacía de All Might. Pero con el tiempo, Halloween se convertía en su excusa para molestar a todos, especialmente a él. Ahora tenía sentido.

Iida no comprendió cuando Midoriya le arrebató el cuaderno. Izuku observó las reglas que se habían planteado durante las prácticas y que él no había prestado nada de atención por encontrarse con Shouto.