Extra: Pesadilla

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Se habían separado durante el combate. Hawks había caído, se quedó sin plumas protegiendo a algunos civiles del área y su cuerpo no resistía el calor. Shouto tuvo que interferir, resistiendo con hielo que Dabi en seguida derretía con sus llamas.

Hablar no funcionaba, ya habían intentado esa táctica sin ningún fruto. Hawks a penas si estaba consciente.

— ¡Llévatelo! — Ordenó Shouto a Tokoyami, quien no podía utilizar a Shadow por la luz que emanaba el incendio a su alrededor. Le cargó en hombros y le repetía a ella que conseguiría ayuda.

Izuku se acercó con rapidez gracias a su quirk, pero sintió que le halaban, era All Might. Se detuvo un momento al percatarse de que trataba de él. Decía algo que no podía entender, la mirada la tenía fija en Shouto y era un caos alrededor. Ella había contra atacado esta vez con fuego. Las llamas azules contra las rojas colisionaban.

El ambiente era cada vez más caliente e insoportable, les costaba respirar. El aire se encontraba completamente seco. A su alrededor los escombros se consumían por el incendio.

Debía sacarla de ahí.

All Might se aferró a su traje, desesperado y por primera vez a Izuku no le importaba herirlo. Apartó a su mentor, ya se disculparía después.

Shouto debía estar a salvo. Sólo debía correr hacia ella, tomarla y huir.

Se concentró en sus pantorrillas, debía enfocar toda su fuerza en esa parte y utilizar su quirk con látigos de ser necesario. Dabi no se estaba conteniendo. Si se convertía en una bomba, no le importaba. El odio lo estaba cegando y se desquitaría por completo en Shouto.

Izuku había aprendido a identificar cuando no iba a ganar y ese era uno de esos momentos. Aunque deseaba ser él en lugar de ella.

Sintió una brasa rozarle el pecho, traspasando incluso su traje. Ya había tomado a Shouto por la cintura y ella interpuso su mano izquierda, dándole de lleno con su quirk e impulsándolo en la dirección de la cual provenía.

Su cuerpo ardía, cada célula gritando por el dolor que le causaba el fuego. All Might lo atrapó como pudo, sufriendo también por la caída mientras veían cómo a lo lejos las llamas azules consumían a las rojas hasta desaparecer.

Izuku intentó levantarse de inmediato, las lágrimas ni siquiera llegaban a sus mejillas, se evaporaron por el insoportable calor.

All Might volvía a decir algo y Tokoyami lo haló también. Empujó a ambos, tropezando, no sabía si era por su poca fuerza o que de nuevo le estaban halando.

— ¡SHOUTO! ¡¿DÓNDE ESTÁ SHOUTO?!

Gritó sin importar que se desgarrara su garganta. Tokoyami insistía y consigo estaba ahora Iida, los tres se lo llevaron a rastras, pero aún luchaba. No sabía en qué momento llegaron Kirishima y Bakugo. Golpeó a cualquiera que se le pusiera en frente, pero se interponía una brillante luz azul que se dirigía a ellos.

Ya no estaba. Cualquier objeto o persona cerca de Dabi se incineraba. No podía aceptarlo, debían rescatarla. Tal vez se refugió en un bloque de hielo, tal vez el impacto la impulsó hacia el lado contrario, aún tenía esperanza, pero la voz en su cabeza que analizaba cada escenario en misión le decía que no era posible, que Shouto le había empujado para salvarlo a costa suya.

Las piernas le temblaban y el pecho le ardía, no sólo por las quemaduras. El aire le faltaba y sus ojos picaban por el llanto que en seguida se desvanecía. Gritó incontrolable y sólo el quirk de Kirishima lo detuvo de lanzarse contra Dabi.

— ¡Izu!

Su corazón latía, podía escucharlo incluso en sus oídos. Respiraba con gran dificultad y volvió a sentir humedad, su rostro estaba empapado y su cuerpo también por el sudor.

Shouto le miró preocupada, su ropa para dormir también estaba húmeda. — Me estabas abrazando muy fuerte y desperté. Estuve llamándote y no respondías...

Izuku se limpió el rostro con las manos, sentándose sobre la cama. Todo había sido muy vívido. Observó a su alrededor, era su propia habitación y Shouto estaba a su lado. Le abrazó de vuelta con fuerza y hundió el rostro en su cuello.— Creí... creí que no te volvería a ver...

Todoroki le abrazó de vuelta y acarició su espalda.— Me asusté... estabas llorando y no despertabas... no sabía qué hacer... — Hundió también el rostro en su cuello.

— No quería preocuparte... lo siento... — Murmuró y se concentró en su aroma, su calidez y la forma de su cuerpo entre sus brazos.

— ¿Quieres contarme? — Preguntó y comenzó a limpiar los restos de sus lágrimas con los pulgares.

Izuku comenzó a narrarlo. Mientras más lo recordaba, más se aferraba al abrazo y está vez hundió el rostro en su pecho, sin importarle la tela húmeda o que la empapara aún más. — No quiero que nada te suceda...

Shouto le arropó, rodeándole en un fuerte abrazo.— Sabes... que eventualmente debo enfrentarme a todos los pecados de mi familia... pero prometo que seré más fuerte cuando me enfrente a Dabi...

No era lo que Izuku esperaba escuchar, no era nada reconfortante, pero asintió. — Estaré contigo...

Ella le tomó por la barbilla y buscó besar sus labios.— Estaré bien, estaremos bien.

— Estaré bien, estaremos bien

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Siempre túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora