Izuku había despertado gracias a una voz. Su quirk que le alerta del peligro se activó. A penas si recordaba haberse quedado dormido. Esos últimos días dormitaba en las calles, entre los escombros. Buscaba algún lugar donde el agua de la lluvia o de las tuberías rotas no llegase. Usualmente era entre los restos de edificios residenciales, por lo que debía cuidarse de que algún grupo de personas que no desearon unirse a los refugiados le pudiesen confundir con un villano y atacar.
Ese nuevo quirk le era de gran ayuda, percibiendo el peligro aún si estaba dormido. Ya le había salvado más de una vez.
Entonces se activó.
De inmediato utilizó sus látigos de energía. Fuese quien fuera que le estuviese atacando, primero debía mantener la distancia.
Había abierto los ojos de golpe, asustado, confundido y sudando por las repentinas emociones.
Sus ojos estaban más que abiertos, alertas. Esas no eran las calles, la única humedad en su cuerpo era por su sudor y no una mezcla de agua sucia de lluvia con aguas residuales.
— Baja eso o le picarás el ojo a alguien. — Está vez era Mineta, pero no era la voz que le había despertado.
Observó a su alrededor y sus recuerdos volvieron a aparecer, revueltos en la familiaridad de la sala común de su residencia en la UA.
Aún era temprano, el sol se asomaba y podía verlo a través de los ventanales. No recordaba el último día soleado que había presenciado.
Al terminar de dar un vistazo al rededor, observó al frente, la causa de que su quirk se activara. Era Ochaco.
Su rostro estaba asustado. Él mantenía su brazo derecho apuntándole con los látigos de energía.
— ¡Lo siento! — Sacudió el brazo, intentando que los látigos se disiparan. Uraraka dio un paso hacia atrás y por el escándalo, sus demás compañeros comenzaron a salir de sus habitaciones.
Midoriya cerró los ojos, intentado calmarse para concentrarse. ¿Por qué estaba Uraraka ahí? ¿Por qué estaba tan cerca y quería despertarlo? ¿Qué hacía también ahí Mineta?
Logró controlarse y los demás le observaban. Se sentía avergonzado.
— Ya no tienes porqué estar a la defensiva. — Le aseguraron Kirishima, Iia y Mina con una sonrisa. Los demás asintieron y percibió cómo sus ojos se llenaban nuevamente de lágrimas. No creía merecer tanta amabilidad y comprensión.
Escuchó pasos. Los últimos en llegar fueron Shouto y Bakugo. Katsuki no dijo nada, ni siquiera le miraba, tal vez por el sueño o que quería ocultar que estaba saliendo de la habitación de Kirishima.
Pero ahí estaba, miraba a Shouto. No sabía si había logrado dormir o no, pues un escándalo como ese no lograba despertarla.
Continuaba con las lágrimas en los ojos. Sentía una mezcla de gratitud por el apoyo de sus amigos y aún estaba muy confundido por su situación con Shouto.
Su corazón se aceleró al verla sonreír frente a él.
La había abandonado, le había ocultado un secreto demasiado importante y la dejó a la deriva con el problema de su familia. Al volver ni siquiera pensó en cómo acercarse de nuevo, sobre qué hablar y sentía que ya no le quería igual, puesto que ya no le llevó consigo después de quedarse dormido en el sofá.
Pero ahora estaba mirándole de frente, sonriendo para reconfortarle.
Sentía que no la merecía y en ese estado menos. Por cualquier movimiento, voz o tan sólo despertar en un sitio nuevo, su recién instinto de supervivencia aparecería y podría atacarla.
Ella no merecía eso después de todo lo que le hizo pasar.
Aunque en verdad esperaba ser la primera persona que mirara al abrir los ojos. Y se sentía muy egoísta de creer que le aceptaría de vuelta después de todo lo sucedido.
Sus amigos continuaron intentando animarle, más al decirle que lucharían a su lado.
Shouto se cruzó de brazos, riendo un poco. Risa que sólo Bakugo escuchó al ser quien estaba más cerca, puesto que era obvio que quienes estaban enamorados de Izuku serían los primeros en querer despertarlo. Pero verle a punto de atacar a Uraraka le había hecho sonreír. Si Ochaco quería estar con él, debería acostumbrarse a ese tipo de situaciones.
Ella se dio la vuelta para ir a la cocina y comer ahí, deseaba entrenar lo más posible y evitar escuchar las charlas que cualquiera tuviese con Midoriya. Había ocurrido mucho desde su huida y estaba segura de que querría saber lo más posible, le conocía bien.
Transcurrió el día con relativa normalidad, al menos la que el grupo 1-A ahora estaba acostumbrada. Consistía en despertar temprano, desayunar y ver las noticias mientras se turnaban para entrenar.
El estado de vigía no era únicamente de Izuku. Todo el ambiente era tenso. Nuevas noticias, todas malas. Esperando también instrucciones por parte de la UA o actualizaciones del estado de sus profesores heridos.
Mientras almorzaban, le contaron sobre el deceso de su profesora Midnight, también de noticias de sus familias, como la de Momo que huyó al extranjero y le pidieron irse también. El hermano de Iida continuaba hospitalizado y temían que atacaran el sitio donde estaba internado. Hicieron una lista de las familias de sus compañeros que también se refugiaron en la UA, pero no podían ver a sus padres. Malas noticias tras otras, pero él debía conocer su nuevo panorama. La información era lo más importante, siempre lo priorizó y ahora más que nunca sabía que sería de gran utilidad, así que quería saberlo todo, por más doloroso que fuera.
Todos la pasaban mal, no era el único sufriendo y ahora más que nunca debía ser fuerte.
El grupo 1-A debía estar unido y eso incluía a cada uno de sus compañeros.
Al mirar la televisión, apareció la premisa de último momento sobre Star And Stripes junto a su grupo de combate.
Todos se acercaron al televisor, incluso los que habían comenzado a entrenar.
Más malas noticias.
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Siempre tú
RomanceShouto Todoroki e Izuku Midoriya son bastante similares. Desde que se conocieron en la UA se volvieron inseparables. TodoDeku Fem