XXIX: Persecución

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Una tarde lluviosa en un bosque alejado de Lynna...

La lluvia era tremendamente inclemente, las gotas de lluvia se precipitaban de forma violenta sobre la tierra.

En aquel bosque repleto de árboles del extranjero se encontraba caminando el Campeón de Hyrule, su paso era bastante calmado, detrás de su espalda reposaba su espada, cubierto con una enorme capa verde intenso casi negro.

La expresión que había en su rostro era seria y hasta vacía, sus manos estaban en sus bolsillos.

A su alrededor todo estaba tranquilo, podría anochecer de un momento a otro. El poblado más cercano estaba bastante alejado.

Habían pasado muchos días desde que estuvo en el castillo de Lynna con la reina Veran.

Estaba en dirección a un poblado muy alejado de la ciudad capital, aquello por recomendación para cumplir su misión.

Buscaba el escondite del ladrón, se dirigía al pueblo Ignoto, aparentemente encontraría información muy valiosa.

Link se detuvo al encontrarse un árbol con una raíz bastante irregular, había un agujero y el tronco podía servir de refugio.

—Me siento bastante solo...— suspiró mientras se sentaba al pie de la raíz.

Luego tomó su tabique con sus dedos pensando en la actividad de sus últimos días.

Miró al frente y se percató que el cielo se oscurecía cada vez más.

Su nueva amiga ahora no lo acompañaba. Aunque tenía su razón de ser.

—Marin...— frunció el ceño de forma preocupante. Luego miró su alforja y revisó sus raciones de comida.

Contempló que aún le quedaban dos piezas de pan, dos bolsas de queso embalado, y un poco de carne seca.

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—Link. ¿Entonces te irás?— preguntó la pelirroja al chico.

Estaba con todas sus cosas listas para partir.

—Sí.— asintió mientras se colocaba su capucha y miraba en dirección al bosque. —Necesito avanzar lo más que pueda. Me estanqué varios días.— agregó con seriedad acomodándose una hebilla que sujetaba su capa.

—Vale...— miró a otro lado con algo de preocupación. —¿Por qué no puedo ir contigo?— cuestionó con desilusión.

—Ya te lo he dicho. Es peligroso.— miró con desolación a la muchacha.

—Entiendo...— suspiró encarándole con seriedad también. —Pero puedo cuidarme sola.

—Ya te lo dije. No daré mi brazo a torcer.— determinó con seriedad. —No pondré en peligro a alguien inocente.

—Está bien Link.— aceptó rindiéndose. Luego miró a otro lado. —Yo... Sabía que serías así de necio.

Link le sonrió de forma afable.

—Me compadezco de la pobre Zelda.— luego le entregó una bolsa que metió en su alforja. —Ha de sufrir mucho con alguien como tú.

—Y yo por tener a alguien como tú fastidiando.— bufó mientras ella le propinaba un puñetazo en el hombro.

—Cuidaré de Epona hasta que te vayas a Hyrule.— comentó mientras él volteaba a darle la espalda.

A través del Tiempo | The Legend of Zelda [ℤ𝕖𝕃𝕚𝕟𝕜] [Editado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora