XXVII: Una ciudad enorme

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En la enorme ciudad de Lynna eran cerca de las siete de la mañana, el sol brillante había emergido de las montañas del norte y la brisa era cálida.

Aquella metrópoli era tremendamente ruidosa en comparación a Labrynna, en aquella ciudad los cuatro mercados que habían cercanos tenían una actividad bastante movida.

Podían escuchar a los comerciantes ofertar sus productos con entusiasmo, los compradores haciendo fila tras fila para comprar aquella mercancía y los niños jugando en varias de las fuentes que habían en las cercanías.

Esto es al menos cuatro veces más grande que Hyrule...— pensó el hyliano al ver como después de tantos pasos habían avanzado muy poco.

Entre algunos callejones pudo observar algunos afiches típicos de la guardia de 'Se busca' con alguna recompensa jugosa por su captura.

Le llamó poderosamente la atención ver tan pocos afiches, en comparación a Labrynna apenas habían; allí en cada rincón habían en busca de distintos criminales, eso hablaba muy bien de su seguridad.

—¿Qué te parece la ciudad?— preguntó su nueva compañera dedicándole una sonrisa.

—Enorme.— confesó con algo de fascinación. —Mi ciudad natal es más pequeña...— agregó dejando pensativa a la muchacha.

—Pero según dicen es un fortín impenetrable.— contradijo mientras continuaban avanzando.

Link sólo asintió y continuó tras ella.

—La reina...— comentó de repente. —¿Estás segura que la reina nos dará una audiencia?— preguntó con algo de preocupación legítima.

Eran unos extraños, que les dieran una audiencia así por así era extraño.

—Confía.— le guiñó un ojo.

Siguieron caminando en silencio, el camino era bastante extenso, pedregoso y molesto. Pasaron restaurantes, cantinas, bares, callejones y bazares.

—Estamos algo lejos todavía...— comentó el rubio al ver que aún faltaban unos 300 metros.

—¡Qué llorón!— rió un poco dejando al rubio de malhumor.

—Llevamos caminando todo el día sin comer algo.— murmuró desviando la mirada con fastidio. —Es una salvaje...— agregó en voz baja.

Sin embargo ella escuchó y volteó a mirarle con el ceño fruncido, posteriormente se escuchó una fuerte bofetada.

—Y tú eres un irrespetuoso.— luego siguieron con su camino.

El rubio no objetó nada. Se lo estaba buscando.

Después de caminar desde que había amanecido por fin habían llegado a una enorme puerta de acero, custodiada por un par de guardias con dos lanzas enormes con la hoja de plata.

—¿Cuál es su asunto?— interrogó uno de ellos en un tono de voz muy intimidante.

—Deseamos una audiencia con la reina.— pidió la muchacha con algo de amabilidad.

A través del Tiempo | The Legend of Zelda [ℤ𝕖𝕃𝕚𝕟𝕜] [Editado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora