A través del Tiempo | The Legend of Zelda [ℤ𝕖𝕃𝕚𝕟𝕜] [Editado]

XIV: Una segunda búsqueda

—Zel...— suspiró de forma anhelante mirando la misiva de la rubia. —Te amo...— sonrió para luego guardarla entre sus cosas más importantes.

Colocó la carta en su zurrón y miró por la ventana. Divisando un cielo estrellado bañado por la luz de luna.

—Mañana te llegará mi respuesta...— se dijo a sí mismo al ver por su ventana un par de estrellas reduciendo más que mil soles en el cielo.

Posteriormente se fue a acostar para reponer energías y tratar de descansar.

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Conciliar el sueño no fue difícil, sin embargo en su mente se repetía una y otra vez una pesadilla.

Concretamente aquella pesadilla involucraba a la Máscara de la Fiera Deidad.

Siempre aquella entidad se presentaba ante él en un lugar cegado por la niebla y la Deidad no decía una palabra. Sólo había silencio, no importaba cuando insistiera no respondía.

Siempre aquella pesadilla acababa igual; Él se abalanzaba sobre Link con espada en mano, listo para matarlo con una acometida brutalmente fuerte.

Despertó sobresaltado y con algo de dolor en su pecho; le restó importancia a aquello y se lo atribuyó al estrés que le generaba la misión y los peligros que conllevaba. 

Finalmente se levantó y ordenó la habitación, preparó su desayuno y luego se cambió para salir.

Camisa de cuello alto color blanco, mallas cómodas del mismo color, botas de cuero con la suela reforzada en hierro, su característica túnica verde encima de su camisa y mallas, cinturón de cuero amarrado a su cintura junto al zurrón de sus cosas.

Salió de la casa y pasó doble llave, caminó por la ciudadela por el ala Este; al llegar a la oficina de correos dejó la carta en los buzones y partió en dirección a los muros.

Tomó la ruta en dirección al puente levadizo, allí estaba la escalera que le otorgaba el acceso a la zona más elevada.

Con lo que no contaba es que al llegar cerca de la fuente central se encontraría con una muchacha que ya conocía.

—Hola...— saludó con algo de timidez esbozando una sonrisa. —¿Qué tal?

Él le sonrió y devolvió el saludo con la mano, estaba algo apurado en llegar a cubrir el turno de guardia.

—Me encuentro bien.— se detuvo para no dejarle con la palabra en la boca. —¿Y tú Sophie?

Como respuesta ella se encogió de hombros y sonrió.

—¿Qué te trae por la ciudadela?— preguntó al notar que el chico estaba por aquellos lugares.

Él notó que le había preguntado algo de forma tardía.

—Sólo es trabajo.— se encogió de hombros y miró a otro lado.

Se notaba que quería irse.

—Te gustaría...— miró a otro lado. —¿Salir luego?

Él buscaba la forma más rápida de irse, estaba pensando en una excusa buena.

—Saldré muy tarde...— le negó algo apenado mirando a otro lado. —Te veré luego...

Él abandonó la estancia algo apurado, quería llegar cuanto antes.

Sin embargo luego regresó al recordar las últimas palabras que intercambió con Seth.

—Sophie...

—¿Sí Link?— preguntó con algo de ilusión con suavidad en su voz.

—Seth te envió saludos antes de irse.— luego se volvió a ir tan rápido como hace rato.