XXXIII: Una aparición en el bosque

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En el castillo de Lynna, mediodía...

Estaba en la sala del trono, el paladín de vestimentas harapientas y cabello desordenado.

—Link, tu presencia me honra. Campeón de Hyrule.— saludó la reina Veran sin percatarse que estaba hecho un desastre.

—Majestad, el gusto es mío.— se colocó sobre su rodilla derecha -la cual estaba algo lastimada- —Pese a que no sea digno de su atención...— aquello lo dijo con algo de vergüenza.

—¡Oh no Link!— negó inmediatamente mientras se levantaba del trono para darle alcance. —Al contrario.

Él guardó silencio con vergüenza y algo incómodo por la cercanía de la mujer.

—¿Cómo ha ido tu misión en esta tierra?— preguntó con notable curiosidad. —Si necesitas algo, tienes mi atención y cuidados a tu disposición.

—Se lo agradezco mi señora.— asintió a forma de agradecimiento.

Hubo algo de silencio, ella esperaba la respuesta del paladín.

—Mi misión acá dió sus frutos, ahora mismo puedo descansar un poco.— la monarca asintió con alivio. —Presiento que posteriormente, esto me llevará a mis tierras.— estaba algo serio y realmente temía aquello.

Pues eso implicaría que iba a ser parte de las fuerzas que atacarían Hyrule. Esa preocupación se reflejaba en su rostro.

—Link...— colocó su cálida mano sobre su hombro. —Le he prometido a Zelda que cuando llegue el momento te ayudaré a ti y a Hyrule...— prometió en un tono algo cálido y un poco menos formal. —No los abandonaré.

—Se lo agradezco con todo mi corazón mi reina.— colocó su mano en su pecho de forma honorable. —Significa mucho para mí.

—¿Necesitas ropa limpia?— ofreció con algo de amabilidad en su voz.

—Se lo agradezco majestad. Pero cuando vuelva sospecharán de mí por mis vestimentas.— rechazó muy cordialmente, aún apoyado sobre su rodilla.

Para ese punto su cuerpo estaba gritando de dolor por sus heridas de la noche anterior.

—Lo entiendo...— caminó un poco y le dió la espalda. —Puedes quedarte en mi castillo unos días, mientras descansas antes de volver...

El ofrecimiento era de lo más atractivo para él, significaba recuperarse casi en un 100% más alimentarse bien y seguramente comunicarse con su querida princesa.

—¿Qué opinas?— el seguía en silencio, pensando su respuesta no quería ser maleducado con su reina.

—Me quedaré mi señora, es lo mejor para mí.— accedió de forma educada mientras la reina sonreía a forma de satisfacción.

—No sabes cuánto me alegra eso.— sonrió de medio lado mientras el chico se colocaba en pie.

—Majestad...— ahora se dirigiría a algún otro lugar, para dejar a la reina hacer sus actividades con normalidad. —Si me lo permite me retiro...

—Link.— llamó su atención e inmediatamente llamó su atención.

—Mi señora.

—Zelda...— dudó un poco. —Creo que tienes algo de correspondencia de ella...— notó como su mirada se iluminaba.

—Oh...— suspiró de forma anhelante.

—Ordenaré que te las entreguen. Son unas cuantas.— comentó mientras se dirigía a una gaveta y sacaba una carta.

A través del Tiempo | The Legend of Zelda [ℤ𝕖𝕃𝕚𝕟𝕜] [Editado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora