XX: Sospechas

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Para el día siguiente, el sol brillante se asomaba por las montañas más lejanas de Hyrule, trayendo consigo la calidez de un nuevo día apartando el frío nocturno.

En la ciudadela de Hyrule se vivió en la noche algo más que el terrible frío nocturno, se vivió una auténtica pesadilla; ser atacados y para colmo, no haber visto a los atacantes. Esa corta y rápida experiencia les costó mucho a la guardia nocturna, además que dejó al descubierto las carencias defensivas de la muralla; ese ataque acabó por dejar a tres guardias muertos y una víctima civil, que estaba totalmente irreconocible. Únicamente lograron extraer del cuerpo una nota que tenía insertada.

La nota era una amenaza al Rey de Hyrule, allí se decía claramente que debía huir de Hyrule y dejar su cargo de monarca si apreciaba su vida, al contrario... Ellos estaban armando un ejército y no dudarían en atacar y sitiar la ciudadela, además de barrer sin piedad con los habitantes. Algo completamente preocupante, teniendo en cuenta que no sabían quienes eran, donde se escondían y lo peor es que eran sumamente cautelosos y hábiles, eso suponía que estaban mucho mejor entrenados que los guardias reales. 

Una amenaza terrible, que se acrecentará con el paso de los meses, pues en la nota había una fecha límite, que de incumplirse se tomarían cartas en el asunto. Sin embargo, Astoria, el soldado que estaba encargado de la guardia esa noche, no palideció, sintió su cuerpo llenarse de coraje e inmediatamente fue camino al Castillo de Hyrule, allí entregaría la amenaza a su superior y esperaría por el siguiente movimiento.

Caminó cerca de media hora a pie hasta llegar al Campo de Entrenamiento, allí buscó con la mirada al Comandante del ejército para comentarle lo ocurrido la noche anterior.

—Comandante. Saludos.— dijo el soldado al llegar para luego acompañar el saludo con una pequeña reverencia. —He regresado al castillo porque ocurrió algo terrible en la ciudadela.— luego le entregó la nota que retiró del cuerpo en la pradera dejando al hombre algo sorprendido.

En un principio él leyó lentamente la nota, conforme avanzaba en la lectura su expresión cambió de una despreocupada a una de sorpresa, para luego completar su expresión con una mirada algo desoladora y completamente preocupante.

—Muy bien. Gracias por informar Astoria, retírate y vuelve a tu puesto. Yo me encargo a partir de ahora.— le ordenó el sujeto recuperando el semblante autoritario de todo militar de alto rango del ejército de Hyrule. —¡Maldición! Esto no es bueno...— pensó completamente preocupado mientras miraba en dirección a la ciudadela, allí se fijó en la muralla que les protegía. La mirada que le dedicó al muro fue de una preocupación profunda, temía que aquello no sería suficiente para frenar un ataque enemigo.

El experimentado espadachín luego suspiró y se fue caminando en dirección al despacho del rey, le entregaría la amenaza y discutiría acerca de una hipotética invasión, para comenzar a prepararse.

En la oficina el viejo monarca le recibió y al oír las pésimas noticias su preocupación no fue menor, sin embargo su caballero de confianza más leal trató de confortarlo, inmediatamente le planteó una situación en la que invadían la ciudadela; el anciano guardó silencio, no le sentó muy bien oír eso, pues frunció el ceño algo malhumorado, pero Jagen le explicó que solo era un planteamiento para pensar como lo haría el enemigo. Con la explicación ambos determinaron que a pesar de tener una cantidad de soldados que iba en aumento, su entrenamiento era deficiente y las técnicas eran muy básicas. Necesitaban aumentar el nivel, y seguramente buscar algún artefacto para atacar fuera de los muros a la pradera de ser necesario.

Ya habían localizado el problema, pero no sabían muy bien como afrontarlo de forma realista, aunque ya sabían lo más importante, conocer sus flaquezas defensivas. Ahora el siguiente paso sería preparar a los soldados y tener los muros como una auténtica fortaleza, con más armas y personal bien entrenado. Pero eso requería técnicas avanzadas -Al menos con los entrenamientos de tropas- Por ese motivo el rey le encargó a Jagen preparar a los reclutas físicamente para poder aprender con éxito las nuevas tácticas, ya él tenía en mente a la entrenadora perfecta.

A través del Tiempo | The Legend of Zelda [ℤ𝕖𝕃𝕚𝕟𝕜] [Editado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora