| Estoy vivo | Juan Cubito

5

Zorman estaba de camino al santuario de Juan, o bueno, a lo que quedaba de este. Estaba acompañado de Noni y Tanizen.

Subieron al teleférico y esperaron a llegar. Había un gran silencio, pero no era incómodo, si no melancólico.

El teleférico paro de moverse, los tres bajaron, Zorman los guio al elevador oculto y subieron rápidamente.

– Joder, esto está hecho una puta mierda – Dijo Tanizen empujando unas tablas de madera tiradas por ahí.

– Señor Zorman, ¿exactamente para que venimos? – La vaca dijo, mirando al científico loco.

– Por varias razones la verdad, primero, buscaré cosas que hayan sobrevivido a la explosión, libros y cosas así, mágicas – Tanizen y Noni se miraron al escuchar las palabras de Zorman.

– ¿Qué tú no crees en la magia? – Replicó Tanizen mirando a Zorman con una ceja arqueada.

– Es algo, emm difícil de explicar, ¿Ustedes supieron que Juan visitó a los dioses del todo no? – Los dos trabajadores de empéñame esta respondieron afirmativamente – Bueno, por palabras de Juan el heredero del puesto de Hechicero supremo, según los dioses del todo, soy yo – Dijo mientras seguía buscando cosas en el suelo, esperando ver algún objeto extraño –  Crea o no en la magia tomaré el puesto, por Juan.

– Que plot twist –  Dijo Noni

– De científico que no cree la magia a Hechicero Supremo, que fumada chaval – Quitaba maderas que estorbaban.

Llevaban casi una hora buscando cualquier cosa que llame la atención, hasta que se escuchó un chillido por todo el lugar.

– ¿Qué mierdas fue eso? ¿fueron ustedes? – Zorman miro a Tanizen y Noni.

– No hemos sido nosotros señor Zorman – el chillido volvió a sonar.

– ¿Pero que mierda? – Tanizen intento adivinar de dónde venía el chillido. Otra vez se volvió a escuchar – Viene de por ahí, Zorman – Apunto a una zona de puros bloques de cuarzo destruidos.

Los tres se acercaron a aquella parte, el chillido volvió a sonar debajo de el pequeño derrumbe de cuarzo. Quitaron unos  cuantos bloques que tapaban su vista.

Debajo de este había un pedestal, y en el pedestal había un pollo de goma.

– Un pollo de goma, genial, que mágico – Dijo Zorman con sarcasmo tomando el juguete con su mano.

– Si el señor hechicero lo tenía aquí es por algo – Dijo Noni.

– ¿Tu crees que un puto juguete de goma sea mágico? – Dijo Zorman mientras apretaba dos veces el pollo.

Cuando Zorman iba a apretarlo otra vez, otro chillido se hizo presente, pero no fue Zorman.

– Eh, yo no apreté el pollo – Zorman se puso nervioso – No será esto una broma ¿verdad? 

– Dame eso Zorman – Tanizen le arrebato el juguete a Zorman y lo presionó dos veces, para su sorpresa, el chillido se repitió, como si alguien más estuviera respondiendo – ¿Hay un ente ahí?¡Aparece criatura maligna! – Tanizen lo dijo un poco de broma

No esperaba que frente a ellos, una luz naranja apareciera y que poco a poco, un pequeño zorro que flotaba se hacía presente frente a sus ojos.

– ¿Pero que mierda?