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Spreen se encontraba sentado en una roca, jugando con una pequeña pelota, rebotándola en el suelo y atrapándola constantemente. Su pie no dejaba de moverse a causa del nerviosismo y angustia que sentía.

Y no solo el se encontraba así. Karchez estaba que se mordía las uñas y parecía como si Drako se hubiese puesto de mal humor. Nadie sabía que ocurría dentro del portal y ninguno podía pasar, solo Zorman pudo, por alguna extraña razón, y no había regresado.

No es como que hubiese pasado mucho tiempo, pero cada segundo se sentía como una hora y más aún con la tensión que había.

Pato solo se sentó en el suelo a meditar (ya saben cosas de dioses pacíficos).

Rojo se mantuvo en su lugar frente al portal mirando fijamente a este con una mano en la barbilla tapando parte de su boca. Estaba pensando muy profundamente.

"Juan entró y Zorman también logró pasar... ¿Porqué yo no pude? Incluso siendo un Dios" 

Spreen seguía rebotando la pelota, cada vez más fuerte. Hasta que sostuvo la pelota y la apretó con mucha fuerza, que la reventó.

Ya no puedo con esto – Se paró y se acercó al portal – Si no salen entraré al portal  – Dijo ya arto.

Nadie puede entrar, solo Zorman y Juan pudieron – Dijo Rojo.

Me chupa la pija – Spreen trató de atravesar la barrera, y por obviedad no logró pasar. Provocando que se frustre y enoje más, sacó sus garrar y empezó a lanzar zarpazos a aquella barrera – ¡Ya rompete hija de puta! 

Iba a dar un zarpazo más cuando la barrera desapareció.

Rojo se acercó enseguida – ¿La rompiste?¿Cómo?

No la rompí, desapareció sola – Dijo retractando sus garras – Los iré a buscar.

Spreen dio un paso, dispuesto a entrar al portal, pero alguien salió del portal muy cerca, tropezando y cayendo encima de él.

Auch –Dijo Juan algo aturdido por la caída.

Drako se acercó nada más vio que Juan salió del portal, y llegó justo cuando Zorman salió y tropezó también con los dos chicos que se encontraban en el suelo. Drako lo agarró de lo hombros antes de que pudiera caerse. Justo cuando salió Zorman, se cerró el portal.

Ey ¿Estas bien?  – Preguntó Drako revisando la cara de Zorman.

S-si – Dijo Zorman nervioso, rojo como tomate por la cercanía de Drako.

¡Boludo! – Expresó Spreen molesto, de broma, en realidad sintió alivio de ver a Juan. Aunque su alivio no duró mucho cuando vio que Juan tenia algunas heridas por la cara, mantenía sus ojos entrecerrados, parpadeaba mucho y en su nariz tenia sangre seca. Las alarmas de Spreen se activaron, sus orejas al instante se pararon– ¿Qué te pasó? Te ves horrible amigo.

Y-yo estoy b- – Juan iba a contestar, pero cayó en cuenta de la posición en la que se encontraba con Spreen – ¡Estoy bien! – Dijo al instante para pararse rapidamente intentando disimular que estaba nervioso, aunque su cara roja como tomate lo incriminaba.

Siempre supe que Juan era gay – Dijo Drako de la nada.

Juan solo ignoró el comentario. Le tendió la mano a Spreen y el mencionado aceptó con gusto la ayuda para levantarse.

Menos mal estas bien Juan, ya nos tenias preocupados a todos macho – Karchez se levantó de la roca con alivio – ¿A dónde te llevó el portal? Te ves muy herido – Preguntó y se acercó a Juan.

Juan solo se quedó en silencio mirando al suelo. Estaba extraño.

No contestó a la pregunta hecha por Karchez.

¿Juan? – Pero Juan seguía mirando al suelo, su mirada estaba perdida, sus pupilas muy apagadas – ¡Juan! – Le gritó Karchez mientras lo sacudía por lo hombros.

Juan pasó su mirada a Karchez y sacudió su cabeza.

Dime – Dijo con normalidad.

¿Qué te ocurre? Estas muy perdido.

Y-yo- Creo que el portal me mareó, no es nada, ¿Me preguntaste algo? – Su voz se escuchaba diferente, como si estuviera muy tranquilo a pesar de que casi se pierde en alguna dimensión.

Karchez entrecerró los ojos – No, no pregunte nada – Dijo finalmente.

Karchez se alejó de Juan y se fue a hablar con Pato. Juan observó en silencio.

Juan – Llamó Rojo – Tenemos que regresar.

Oh, cierto – Respondió.

Juan abrió el libro dimensional (el cual agarró cuando Zorman llegó a aquella dimensión) y miró rápidamente unas cuantas paginas.

Abriré el portal y regresaremos a casa – Al decir eso, los ojos de Juan se iluminaron sutilmente de un color peculiar, ese magenta seguía presente.

Juan cerró el libro y lo colgó en su cinturón, tomó posición en el centro del circulo ya hecho anteriormente, solo que se encontraba acomodado de forma diferente. Sentado sobre sus piernas, arrodillado, con las manos al frente formando un circulo.

A Rojo, esto le llamó mucho la atención. Era demasiado sospechoso. Tomó su bastón en caso de usarlo. Algo estaba raro.

Y Rojo no era el único sospechando.

Las líneas marcadas en el suelo empezaron a brillar. El hechizo estaba por empezar.

Pero antes de decir una mínima palabra. Una espada se posicionó en el cuello de Juan.

Tu no eres Juan, deja el cuerpo de Juan y lárgate o si no tendrás consecuencias – Dijo Pato totalmente seguro.

A lo que "Juan" solo sonrió maliciosamente y miró a Pato con los ojos totalmente magentas.

|  Estoy vivo  | Juan CubitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora