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Juan solo estaba quieto mirando a Rojo fijamente y Rojo realmente se estaba incomodando con la mirada.

¿Porqué te quiere matar? – Dijo Pato

Supongo que por exiliarlo.

¡Muy divertidos tus trucos Pato!¡¿Qué tal si probamos los míos?! – Una ráfaga de viento empezó a emerger del cielo, moviendo con fuerza cosas a su paso.

Un remolino de viento rodeo la montaña por completo, y cortadas empezaron a crearse en el cuerpo de Pato y Rojo.

Juan volvió a atacar acercándose rápidamente, ahora sin ningún arma.

Lanzaba golpes a Rojo, aunque este no atacaba de regresó, esquivaba bien cada golpe y bien que hacía. Cada golpe que daba el de ojos Magenta aumentaba su fuerza.

Dio un golpe certero en el estómago de Rojo. Rojo tomó el brazo de Juan e intentó separarlo. Juan usaba más fuerza lastimando a Rojo.

Pato se acercó y le propinó un golpe a Juan directo en la cara.

Juan se separó de Rojo un poco aturdido.

Lo lamento, pero seas o no Juan no dejaré que mates a alguien – Dijo Pato con seriedad – No será la primera vez que me enfrento a Juan.

No me digas ¿Y le ganaste? – Pato lo miró de mala gana por aquella pregunta.

Siguió lanzando golpes pero ahora a Pato.

Pato esquivaba y a diferencia de Rojo, el también lanzaba golpes.

Juan desapareció, Pato se desconcentró un momento y él aprovecho para tomar la cabeza de Pato por detrás y aventarlo hacia el suelo con mucha fuerza.

Pato cayó al suelo y Rojo enseguida se aventó hacia Juan.

¡Ya detente Magenta! – Rojo lo tomó de los hombro, sus ojos brillaron de un rojo muy fuerte.

Estaba paralizando el cuerpo de Juan. Magenta se quedó rígido, su cuerpo estaba muy pesado, no podía moverlo.

O eso le hizo pensar a Rojo.

Magenta materializo rápidamente en su mano derecha una daga color esmeralda y magenta, la daga tenía un brillo color negro justo en la punta, y se la clavó en el hombro a Rojo, con su otra mano lo empujó.

Rojo gritó y cayó al suelo de espaldas. La daga salió de su hombro provocando más dolor. Cerró con fuerza sus ojos y cuando los abrió de nuevo, ya no eran color Rojo.

Rojo soltaba quejidos por lo bajo, con su mano tapaba su herida. Le dolía demasiado, miró su hombro y un color gris apagado surgía de su hombro abarcando parte de su brazo. No se estaba regenerando. No podía auto curarse.

El poco efecto de parálisis desapareció del cuerpo de Juan, se acercó a Rojo y pisó su pecho.

¿Qué ocurre?¿No funcionan tus poderes? – Se burló con una sonrisa en su rostro – Quizás en vez de proteger a el dios verde debieron protegerse a ustedes, pero no te preocupes, puedes quedarte ahí viendo como acabo con tu amigo antes de acabar contigo.

Magenta alzó su brazo en dirección a Pato que se intentaba levantar, aunque con mucha dificultad pues el golpe en la cabeza lo aturdió. Se iba a levantar pero su cabeza chocó con algo, se movió hacia un lado pero también se chocó con algo, había paredes transparentes color magenta rodeándolo.

Intentó empujar hacia todos lados. Con las manos en una pared y pateando otra. Magenta cerró la mano y las paredes se empezaron a cerrar lentamente.

Pato hacia lo que podía intentando parar las paredes, pero nada servía.

Acabaré con esto rápido – Pero antes de poder acabar con Pato, Spreen salió de la copa de un árbol dándole una fuerte patada a Juan en la cara.

Uh boludo, creo que le arregle su cara – Dijo Spreen para romper el hielo.

El golpe desconcentró a Magenta y el cubo en el que se encontraba Pato despareció.

Zorman se acercó a Pato – ¿Estas bien? – Le preguntó Zorman a la vez que lo ayudaba a levantarse y lo alejaba de la batalla.

No te preocupes por mí – Dijo Pato restandole importancia – Ayuda a Rojo a salir de ahí – Y Zorman fue a hacer lo que le dijo Pato.

¿Qué pasa boludo, te doy miedo? – Dijo Spreen burlón.

Magenta reaccionó agresivo lanzando discos esmeralda hacia Spreen. Aunque los esquivó fácilmente.

Un disco le dio a un árbol y el árbol enseguida se desvaneció en polvo.

Esos discos de mierda estan embrujados, tengan cuidado – Se dirigió Spreen hacia Karchez.

Son verdes, sus ataques y armas – Dijo Karchez uniendo hilos – Está usando los poderes de Juan.

– Que no sabes pelear de cerca, lanzando tus armitas de mierda – Spreen buscaba provocarlo.

¿Quieres una pelea a puños? Tengamos una pelea a puños – Juan soltó la daga con la que apuñaló a Rojo y se puso en posición de ataque al igual que Spreen.

Y empezaron a lanzar golpes. Spreen esquivaba fácilmente a una velocidad impresionante y atinaba una gran cantidad de golpes. Mientras que Magenta esquivaba igual de rápido no daba golpes certeros pero se notaba que un golpe de esos si te dejaba mal.

En una de esas Spreen lanzó una patada al costado de Magenta.

Magenta en vez de atacar a Spreen, se alejó, cubriendo disimuladamente con su mano su cinturon del costado.

Spreen se quedó parado, respirando rápido. Mostraba sus colmillos y sus garras se encontraban fuera. Sus gafas se habían caído al suelo y roto en el proceso.

Su cinturón – Dijo Spreen.

Karchez lo miró confundido y luego dirigió su mirada a Juan.

Cubre su cinturon y lo protege, mientras lo ataco evita que lo tome desprevenido y oculta su cinturon – Explicó Spreen con gruñidos de por medio y con la respiración agitada – Tiene una gema atada al cinturon.

¿Una piedra? – Preguntó Karchez, y fue ahí cuando se le prendió el foco. Recordó un libro que hablaba acerca de control mental y posesión – Eso es, si destruimos la piedra volverá su forma física, y por ende volverá su conciencia a su cuerpo.

Bien, pues ya tenemos plan – Dijo Spreen a la par que levantaba sus gafas rotas y se las colocaba de nuevo.

Se acercó a Drako y le dió su espada.

Ya oíste Drako.

Quitemosle esa puta gema.

|  Estoy vivo  | Juan CubitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora