26

460 58 2
                                    

¡Deja de sonreír y dime quién eres! – Dijo Pato acercando más la espada a su cuello. A pesar de eso, la sonrisa de su rostro no desaparecía

¡Es Juan, Pato tranquilízate! – Le gritó Drako.

¡Ya te dije que no es Juan! – Gritó Pato aún más enojado haciendo presión con la espada.

Juan con una mano libre tomó el filo de la espada, la apretó y la alejó de su cuello aguantando la fuerza que Pato ejercía.

Quizás no sea Juan – Dijo con una voz distorsionada, se identificaba la voz de Juan pero también la de alguien más – Pero este sigue siendo su cuerpo, y no creo que les guste tener que hacerme daño ¿verdad? – Presionó aún con más fuerza la espada provocando que  la palma de su mano empezara a sangrar.

Pato alejó su espada enseguida.

Más mierda aún – Dijo Spreen enojado – ¡Salí del cuerpo de Juan ahora mismo y tendremos un poco de piedad contigo pedazo de cagada!

Si te rindes ahora no te haremos daño – Gritó Karchez

Qué les hace pensar que sus simples palabras harán que me rinda – Dijo mostrando sus ligeros colmillos que sobresalían un poco.

No tienes oportunidad contra nosotros, tenemos a un dios de todo de nuestro lado – Dijo Karchez mientras apuntaba a Rojo

La sonrisa de Juan se intensifico

¿Un dios de todo dijiste? – Una maza muy filosa brillante se empezó a formar en su mano – Uy que miedo, será mejor que lo eliminé antes de que me haga algo ¿no? 

Y miró a Rojo.

Esa mirada era asesina, una mirada tan filosa que sentías que te podía cortar. Solo empezó a caminar lentamente en dirección a Rojo.

¡Detente ahí – Rojo sacó una lanza de madera con punta de rubí de la palma de su mano, que a mi parecer se veía muy filosa.

No le vayas a hacer nada, Rojo – Dijo Drako – Sigue siendo Juan.

A ti no te conozco– Dijo mientras seguía caminando hacia Rojo – Pero creo que tu a mi si.

Rojo palideció, ese color le recordaba a algo.

– ¡Tú! – Rojo le apuntó con la lanza – ¡No deberías estar aquí! – Aprieta con más fuerza su lanza.

 – ¿Lo conoces? – Dijo Zorman 

 – Es un peligro si lo enfrentamos, debemos regresarlo a donde estaba y separarlo de Juan lo antes posible – Dijo Rojo alarmado.

¿Y como hacemos eso? – Preguntó Drako.

No lo sé.

Antes de poder pensar en algún tipo de solución Juan se aventó a Rojo atacando con su maza. Rojo lo esquivó como pudo aunque el filo de la maza le provocó un corte.

Una sonrisa de puro nerviosismo se asomó en la cara de Rojo al ver que un fino hilo de sangre corría por su brazo.

Pato abrió los ojos de sorpresa. Aquel ser logró hacerle daño a un Dios.

Imposible – Pato se alejó un poco – A menos que sea.

Juan iba a seguir atacando a Rojo, pero Pato se acercó rápidamente a Juan por las espaldas, tomó su pie y lo hundió en la tierra con la facilidad de que la tierra cambio su estado físico, parecía agua. Nada más Juan se hundió por completo la tierra volvió a la normalidad. 

Pato se acercó a Rojo de manera rápida.

¿Quién es? – Preguntó Pato molesto – Él logro hacerte daño, dime quien es.

¡¿Qué le hiciste a Juan, Pato?! – Se acercó reprochando Drako.

¡Dime quien coño es! – Gritó Pato a la par que unos rayos caían.

¡El es el primer Dios del todo! – Respondió Rojo – ¡Era un peligro y tomamos la decisión de aislarlo, no tengo idea de como escapó!

La tierra empezó a temblar, la tierra donde estaba enterrado Juan se elevó de golpe y emergió del suelo Juan flotando . La tierra empezó a tomar forma de filos puntiagudos.

¡Cuidado! – Los filos empezaron a ir con velocidad hacia ellos

 Pato elevó un muro de tierra lo suficientemente grueso para aguantar el ataque.

Si sigue controlando a Juan no tendremos como atacar – Dijo Karchez tomando granadas de humo que tenia en su cinturón – Es un caso de posesión, podríamos usar alguna debilidad de Juan para vencer a el dios.

¿Cómo sabes tanto? – Dijo sorprendido Zorman.

Soy un Chamán, se mucho de esto – Karchez miró a Zorman detenidamente – Tu eres muy amigo de Juan ¿verdad? Podrías decirnos cosas de él que nos puedan ayudar.

Bueno, no es como que Juan tenga muchas cosas en contra – Dijo Zorman pasando su mano por su nuca – Es muy sentimental.

¿Podéis apuraros? – Dijo Pato – No aguantaré más la muralla.

No se me ocurre nada.

Alejaos y esconderos, bajaré la muralla, idead un plan conforme veáis  a Juan, defenderos – Explicó rápidamente Pato.

Todos hicieron caso. Pato bajó la muralla, la ráfaga de tierra había acabado.

Spreen y Drako se escondieron en una piedra cercana, Zorman y Karchez se fueron atrás de un árbol, mientras que Rojo y Pato se quedaron en el mismo lugar.

Escucha Zorman, tengo un plan, hay que buscar algo, algún punto ciego o su talón de Aquiles, tenemos que distraerlo y analizar la situación – Dijo Karchez dándole a Zorman la granada – Toma, es una granada de humo, hay que decirle a los demás que busquen una mínima debilidad.

¿Y que hago yo con esto? – Karchez se fue corriendo hacia Drako – ¡Espera, no me dejes solo!

|  Estoy vivo  | Juan CubitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora