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Zorman se quedó mirando al cielo, un pequeño momento. Noni y Tanizen solo observaban las acciones del científico.

¡Dioses de todo!– Zorman alzó los brazos.

Al momento sonaron muchos truenos,  el cielo se puso nublado y una leve llovizna empezó. Un escalofrío recorrió todo el cuerpo de Zorman.

Me tendré que acostumbrar a esto... – Susurro el científico para si mismo – Eh... ¡Budcat me a comunicado que necesitan hablar conmi- – Antes de terminar de decir dichas palabras un gran rayo cayó justo al lado de Zorman.

Zorman se asusto y dio un salto. Justo donde había caído el rayo, apareció un portal de tonos azulados y rosados.

¿Tengo que entrar ahí? – Preguntó el científico mirando a Budcat.

El pequeño animal asintió y se acercó a Zorman.

¡Entra ahí Zorman!¡Ponle huevos joputa! – Grito Tanizen animando a Zorman.

Pero es que no se ve segur- ¡Ah! – Budcat empujó a Zorman al portal.

Apenas Zorman entró a aquel portal, este mismo desapareció.

Noni y Tanizen se acercaron observando el lugar.

Bueno, nosotros nos quedamos aquí y esperamos que Zorman regrese – Tanizen tomo asiento en el gran pedazo de madera donde Zorman invocó a los Dioses.

Pues yo seguiré buscando cosas entre los escombros.

Noni camino hacia el centro del lugar buscando algún objeto mágico.

Mientras tanto, el pequeño zorro rojo desapareció de aquel destrozado santuario y apareció en un gran templo en total oscuridad.

Un Gran y espacioso pasillo era lo único que se divisaba.

Zorman estaba ahí, en medio del largo pasillo. Se levantó y sacudió su bata blanca que se había ensuciado un poco al caer.

Acomodó sus lentes y miro a todos lados sin saber exactamente hacia donde ir.

Budcat provocó un pequeño sonido de maracas. Zorman le dirigió la vista

¿A dónde tengo que ir Budcat? – El mencionado se posicionó frente a Zorman y comenzó a avanzar – ¿Te sigo? – El zorro no contesto y siguió avanzando.

Zorman sin saber que más hacer empezó a seguirlo, observando cada detalle de aquel lugar.

Era un lugar espacioso, grandes pilares habían a los costados, como un templo griego. Todo era de un material blanco y rocoso. No había luz en aquel lugar.

De la nada Budcat empezó a irradiar una pequeña luz naranja de todo su cuerpo para poder iluminar el camino y poco a poco llegaban al final del pasillo.

Llegaron al final de aquel largo camino, todo era oscuro y silencioso.

Hasta que tres luces se hicieron presentes frente a Zorman

Una luz roja, una naranja y una azul.

La luz azul habló.


"Zorman Cubito

Heredero

Supremo"

|  Estoy vivo  | Juan CubitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora