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Bueno, llegamos – Spreen bajo de su espalda a Juan sin avisarle, provocando que Juan caiga de trasero al piso.

¿¡Porqué me sueltas pendejo!? – Dijo Juan mientras se ponía de pie y se sobaba.

Che no digas boludeces, si cuando te cargue te estabas quejando – Le saco el dedo de en medio.

Y empezaron otra de sus vistas discusiones.

Oye, ¿hay alguien ahí o es mi ilusión? – Le preguntó Karchez a Drako.

Drako volteo a ver y una silueta se veía no muy lejos en aquella misma montaña.

Pendejo de mier- – Una mano se poso en la cara de Juan antes de que termine de insultar a Spreen.

¡Dejen de pelear, mamahuevos!¡Hay alguien ahí! – Drako susurró mientras se interponía entre ambos chicos.

Spreen y Juan voltearon a ver. Una pequeña silueta sentada en una roca.

Iban a acercarse en silenció, siendo sigilosos, pero con los gritos de la pelea de Juan y Spreen fue imposible ser sigilosos.

¡No os escondáis, os estaba esperando! – Dijo la silueta gritando para que los recién llegados escucharán.

Yo conozco esa voz... – Susurró Juan para si mismo, entrecerrando los ojos intentando recordar de quién era esa estruendosa voz.

Sabia que vendrías aquí, así que llegue antes que vosotros – La silueta se paró y se fue acercando.

¿Pato? – Dijo dudoso Juan.

Así es, mi querido amigo, Soy Pato – Salió de las sombras aquel híbrido de pato.

¡Pato! Uy.. – Dijo Juan mirando a aquel Pato, no era igual al de su dimensión, el Pato de aquí era muy ¿extraño?

¿Qué ocurre, Hechicero? 

Es que... Mmm... No te pareces al Pato que yo conozco. Él no tiene un cuerno, y mucho menos un tercer... ojo – Juan Miró bien esas facciones nuevas en aquel Pato. Se le hacía tan diferente – Espera un momento, ¿Porqué tu no me atacaste? Se supone que soy malo aquí – Atacó Juan.

Oh, no amigo, yo sé que no eres de por aquí – Dijo con obviedad –Aroyitt dijo algo acerca de ti. Además, no se si el Pato de esa dimensión lo sea, pero yo soy un Dios, el Dios del Bosque – En cuánto dijo eso, al rededor de Pato creció césped y flores en un instante 

Impresionante – Juan miraba asombrado el suelo – En mi dimensión si eres Dios del Bosque, pero por culpa del profeta no podíamos usar nuestros poderes por ende creo que por eso Pato no era como tú – Juan se tomó de la barbilla recordando.

Y buscas regresar a tu dimensión, ¿o me equivoco? – Preguntó Pato.

No te equivocas, por esa razón vine al santuario.

Y por esa misma razón vine yo, te ayudaré a regresar.

|  Estoy vivo  | Juan CubitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora