Noticias que preocupan

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Salgo de la habitación después de haberme duchado y vestido listo para ir al hospital, esta mañana desperté muy temprano para poder dejar preparado el desayuno para Steve, Jonás, y tres trabajadores más que vendrán el día de hoy para alimentar a los animales. También prepare algunos platos para Amanda, ya que no quiere recibir mi dinero, cocine para ella, creo que con lo que he preparado, no tendrá que preocuparse por llegar a su casa a cocinar durante una semana. Ajusto mi abrigo un poco antes de tomar la bolsa de tela en la que llevo los toppers para la doctora. El camino desde aquí hasta el pueblo es largo y según se, hoy nadie ira hasta el pueblo. Si salgo desde ahora, podre estar de regreso a medio día o un poco más tarde.

Salgo de la granja con dirección al pueblo, desde que estoy en este lugar, no he tenido necesidad de usar el transporte así que no tengo la más mínima idea de a que hora pasa, lo único que sé es que solo pasa dos veces al día. Ajusto un poco mas mi abrigo al sentir un viento frio. Esto es molesto.

Tomo asiento sobre una gran roca después de no se cuento tiempo de estar caminando. Cuando Sali del rancho aún no había salido el sol en su totalidad, pero ahora incluso inicia a hacer algo de calor. Me pongo de pie con la intención de seguir mi camino cuando mi teléfono suena de repente. Frunzo el ceño por que por lo general solo hablo con Jake o Patricia y esos dos a estas horas están durmiendo aún. Miro la pantalla de mi móvil viendo el numero desconocido que me llama.

— Hola— respondo.

— ¿Dónde se supone que estas? — aparto el aparato de mi oreja para ver el número.

— ¿Quién es? — pregunto.

— Jonás ¿Dónde estás? ¿Por qué no estás en tu habitación? — pregunta.

— Oh... he dejado el desayuno listo sobre la mesa en el refrigerador esta el jugo y en el horno... —

— No pregunte sobre el desayuno— corta mis palabras.

— Voy de camino al pueblo— digo sintiéndome algo desconcertado.

— ¿Vas caminando? — pregunta.

— No...— miento.

— Es domingo, hoy no pasa el transporte y frente a la graja no estas— habla con reproche.

— No esta tan lejos— digo al ser descubierto en mi mentira.

— Son más de trece kilómetros—dice haciéndome fruncir el ceño— ¿dónde estás? — iré a recogerte—dice y escucho como la puerta de la camioneta es cerrada.

— Ya estoy cerca, no tiene que molestarse— trato de persuadirlo.

— ¿Dónde estás? — vuelve a preguntar.

— Un momento— digo antes de caminar un poco y leer el nombre de la graja que esta cerca— frente a la granja Belmont— hablo y escucho un resoplido.

— Has avanzado bastante— dice — pero una te faltan más de 5.6 kilómetros— siento mis piernas aflojarse al escucharlo— hay una gran roca bajo un árbol cerca de allí, siéntate y espera— ordena antes de cortar la llamada.

Miro el aparato en mi mano sin saber cómo debería reaccionar, se supone que hoy es mi día libre ¿Por qué se enoja si salgo? Parece que por mas que quiera no puedo hacer que las cosas vayan bien, siempre hay algo que hace que las cosas vayan en declive. Camino sin tener más opción hacia la roba bajo el árbol en la que me había sentando antes para sentarme nuevamente a esperar al rubio vaquero amargado. Miro mi reloj dándome cuenta que ya han pasado diez minutos desde que Jonás me llamo. Busco en la bolsa que llevo la botella con agua que prepare antes de salir y bebo un poco. Me distraigo viendo a un grupo de caballos correr en los corrales de la graja frente a mí. Ahora que lo pienso, desde que llegue aquí, no me he acercado a un solo animal de granja. He visto ovejas, caballos, vacas, gallinas y otros desde lejos pero nunca me he acercado a ellos. Debería intentarlo, después de todo estaré aquí un poco más.

My Little HopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora