HERMANOS

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Permanezco sentando en la cama, pensando en si debería salir de la habitación o tratar de ocultarme por mas tiempo aquí. Ocultarme en esta habitación, sé que es algo estúpido, en algún momento tendré que salir o simplemente Jonás derribara la puerta para ver como me encuentro.

Si soy sincero, no sé de qué manera comportarme frente a mi exjefe, ni siquiera se si sigue siendo mi exjefe. Solo se que le gusto y mentiría si digo que no me llama la atención, pero ¿Qué se supone que debería hacer? Aparte de ser alguien que me pone al extremo nervioso, es el hermano de mi mejor amigo y el exesposo de la única persona que en la vida que me ha ayudado desde el primer momento sin ninguna intensión oculta.

Sacudo mi cabeza con la intención de drenar los miles de pensamientos que hacen que me duela la cabeza. Me pongo de pie decidido a salir por fin de la habitación y enfrentarme a lo que sea que se encuentre al otro lado de la puerta. Salgo de la habitación mirando a los lados como si fuese un ladrón que in tena huir de una casa a la que han llegado sus dueños repentinamente. Me tranquilizo al ver el pasillo completamente solo, cierro la puerta tras de mi y me encamino hacia las escaleras que llevan a la primera planta. Me detengo al pasar por el reloj de pared vintage que cuelga de la pared justo al lado de la entrada a la habitación de Jonás.

— ¡Se responsable de una vez! —

— ¡Es mi maldita vida y yo vere que hago con ella ¡ —

— Por favor, no es momento para esto—

Frunzo el ceño al escuchar los gritos, y sobre todo por lo familiarizado que estoy con esas voces. Rápidamente camino hacia las escaleras, escuchando como el volumen de la discusión se hace cada vez mas y mas fuerte. Bajo rápidamente y con cuidado las escaleras quedando casi pasmado al ver a mis dos mejores amigos juntos a Jonás en la sala de estar. Reacciono al ver como Jake da un paso hacia Jonás.

— ¿Qué rayos está pasando aquí? — pregunto ganándome la atención de los tres.

— Daniel— la voz de los dos hombres y la mujer se escucha.

— ¿Qué sucede aquí? — pregunto nuevamente.

— No pasa nada— responde Jake sentándose.

— Oh por dio...—

— No volveré a preguntar — hablo pasando mi mirada por los tres adultos frente a mí.

— Tranquilo, no es nada— Jonás se acerca — ¿Quieres sentarte? — pregunta señalando uno de los sillones.

— ¿Jake? — pregunto al único de los presentes que hasta el momento jamás ha podido conmigo.

— No ha dejado de joderme desde que llegue esta madrugada— se queja sin verme.

— ¿Por qué están aquí? — pregunto.

— Solo queríamos ver que te encontraras bien— Patricia es quien responde.

— Solo ha pasado un minuto y ya han hecho que me duela la cabeza— sostengo el puente de mi nariz.

— Les dije que no podía verse sometido a estrés— Jonás se acerca, pero evito su toque.

— Por lo que veo, aun no han siquiera desempacado ¿Por qué mejor no se ponen cómodos y luego hablamos o nos mordemos unos a otros? — hablo molesto.

Doy media vuelta siendo seguido por el mayor de los hermanos, quien insiste en ayudarme a subir las escaleras. Suelto un suspiro al llegar a la planta de arriba, miro al vaquero rubio antes de seguir mi camino. Ambos nos detenemos uno frente al otro al entrar en la habitación que ocupo desde que me radique en esta casa.

My Little HopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora