Feria

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Siempre he visto las ferias en las películas o en algunas series, pero jamás he ido a una, por eso me siento emocionado. Me miro en el pequeño espejo que se encuentra. Decidí vestir algo un poco abrigado, no lo solo por tener que ocultar mi estado, sino porque el otoño se acerca y en las noches hace un poco de frio y viento. Tomo algo de dinero del que guardo antes de salir de la habitación para salir el pórtico de la cabaña donde se encuentra la cocina y mi habitación. Jonás se encuentra recargado contra su camioneta mientras fuma un cigarrillo, parece haber estado esperando desde hace un rato.

Camino hacia el hombre quien al verme abre asiente antes de subir a su camioneta. Camino hasta llegar al lado del copiloto donde abro la puerta del vehículo y subo. El olor molesto del tabaco llega mis fosas nasales haciéndome sentir un revoltijo en el estomago lo que causa que frunza el ceño. Jonás me mira sin decir una palabra tira el cigarrillo antes de encender el auto.

— Ajústate el cinturón, iré rápido, de esa manera podrás disfrutar mas de la feria— dice poniéndose en marcha.

Inconscientemente llevo una de mis manos a mi vientre recordando que el camino tiene muchos desniveles y parte que no han sido asfaltadas, lo que hace que los autos reboten mucho cuando se conduce muy rápido.

— No es necesario correr, el camino también es agradable— digo observando por la ventana.

— No creí que a un chico de ciudad como tu le gustara el campo— dice ganándose una mirada.

— Me gusta la tranquilidad— respondo disfrutando del aire fresco que entra al auto.

— Siendo amigo de mi hermano, me es difícil creerlo— mi ceño se frunce el escuchar eso.

— Jake es alguien responsable, ha cuidado muy bien de el mismo hasta ahora— digo sitiándome algo molesto.

— Parece que para ustedes los chicos de ciudad, hacerlo bien tiene otro significado— miro al hombre sintiéndome ofendido.

— ¿A qué se refiere? — pregunto dejando que mi molestia sea notable en mi pregunta.

— Mi hermano dejo sus responsabilidades aquí y se marchó, sé que va de juerga en juerga y quien sabe que cosas hará— habla sin verme.

— Eres demasiado prejuicioso— digo sintiéndome triste.

¿Qué pensara de mi si llega enterarse de mi estado? No soy alguien libertino, no diré que soy alguien extremadamente tranquilo, pero siempre he sido una persona que se ha valido por si sola, siempre he trabajado y me he mantenido a mi mismo ¿Un error es suficiente para borrar todo lo bueno que una persona hace? ¿En que clase de mundo vivimos donde solo se apunta para juzgar? Los prejuicios de las personas cada vez son mas y mas grandes, sin saber la realidad de las demás personas.

— ¿Te sientes mal? ¿Por qué tienes la cara tan roja? — habla haciendo que salga de mi mente.

— No es nada, solo siento algo de calor— miento.

Antes creía que las cosas malas que me pasaban eran porque fui un mal hijo que hizo que su madre muriera al nacer. Siempre pensé que la vida que me toco llevar era el pago por haber nacido robando la vida de quien me trajo al mundo. Cuando me hice algo mayor, supe que en realidad no era por eso que tenia que vivir de esa manera, supe que aun cuando cada ser humano es responsable de si mismo, la crianza y la ayuda de nuestros padres no impulsa a ser mejores personas. Después de pensar de esa manera acepte que mi vida era una mierda porque mi madre murió en el parto y mi padre fue alguien que nunca me brindo nada. Por ese motivo. Por ese motivo, no seré igual que ellos, yo siempre estaré allí para ti y velare por tu bienestar. Quizás no pueda darte la mejor de las vidas o brindarte todo lo que quieras tener, pero lo que si se es que jamás te hará falta cariño y buenas enseñanzas. Acaricio mi vientre.

My Little HopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora