¿Pareja?

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Salgo del comedor en el momento que escucho la bocina ser tocada por cuarta vez. Corro hacia el auto grande y moderno de color negro. Miro la camioneta frente a mí, la cual nunca había visto en todo el tiempo que llevo aquí. Es un modelo reciente por lo que puedo ver, es realmente hermosa y parece ser potente. Subo al auto con algo de esfuerzo ya que es algo alta para mí. Jonás, me mira antes de sonreír de medio lado haciendo que me sienta avergonzado. Aparte de ser la primera vez que lo veo con otra expresión que no sea una seria o concentrada. El hecho de que se este riendo de mi me hace sentir apenado por mi manera de actuar.

El camino hacia el pueblo no se encuentra en las mejores condiciones el día de hoy, la lluvia de anoche dejo muchas partes muy húmedas y llenas de agua. Jonás no ha parado de quejarse por el mal estado del camino diciendo que ha propuesto varias veces invertir en el camino pero que todos quieren usarlo, pero no hacer lo posible por arreglarlo.

— ¿Comiste algo antes de salir? — pregunta sin verme.

— No tenia hambre, solo me tome un batido— respondo viendo su perfil.

— En la guantera— dice aun con la mirada en el camino.

— Ah— digo abriendo la guatera encontrando un contenedor— ¿Y esto? — pregunto sosteniéndolo en mis manos.

— Es para ti— dice viéndome por un segundo.

— Amanda me dijo sobre tu deficiencia de vitaminas, si no comes puedes enfermar y si enfermas, Jake no dejara de molestarme— dice haciéndome bajar la mirada avergonzado.

— Gracias— susurro viendo el emparedado de pollo que guarda el porta comidas.

Bajo del auto al llegar al pueblo, trato de mantenerme de pie correctamente, pero me es difícil, después de comer el emparedado que Jonás empaco para mí, las náuseas y ganas de vomitar, están por volverme loco. Aprovechando el momento en que el alto hombre se acerca a la tienda veterinaria, corro hacia el restaurante familiar en la plaza del pueblo y pido prestado el baño con urgencia. Me sostengo del váter con todas mis fuerzas al tiempo que dejo salir todo lo que tengo en el estómago. Desde hace una semana las nauseas y los vómitos habían mermado a solo cuando despertaba, pero ahora solo imaginar algo de comer me revuelve el estómago.

Salgo del cubículo donde me encontraba, para encontrarme de frente con Jonás quien, con brazos cruzados y ceño fruncido, espera de pie a un lado del lavabo. Me siento avergonzado en el momento que lo veo, lo que me hace evitar su mirada. Lavo mi boca y manos rápidamente antes de intentar salir del baño, pero el sujeto enorme me lo impide.

— Si te sientes muy mal, puedes darme la lista, yo me encargare— dice estirando su mano hacia mí.

— Estoy bien, solo fue el movimiento del auto— miento y acomodo el largo suéter de lana que uso.

— Toma esto— dice entregándome una botella de agua con gas— no se si sirva, pero cuando estuve casado con Amando ella se embarazo y el agua con gas calmaba sus nauseas— mi ceño se frunce al escucharlo.

— ¿Tiene un hijo? — la pregunta sale de mi boca antes de que pueda razonar.

— No, lo perdimos y después de eso, no pudo embarazarse nuevamente— muerdo mi labio inferior apenado.

— Lo siento— me disculpo.

— Olvídalo, será mejor que nos apresuremos, tengo cosas que hacer en casa.

Sin poder decir nada más, salgo del restaurante siguiendo al rubio quien se dirige directamente a la tienda departamental mas grande el pueblo, lo sigo sin decir nada. Al llegar a la tienda, me pide que tome un carrito y el toma otro. Repaso la lista antes de entrar en la tienda y tomar el liderazgo del camino. Camino por los pasillo dejando en el carrito lo necesario en las cantidades exactas. Jonás por otro lado, va dejando en el carrito que trae cosas al azar, no se si en realidad trae una lista, pero al verlo solo mirar los nombres de los productos y dejarlos en su carrito, me hace creer que solo esta comprando cosas que cree se necesitaran en casa.

My Little HopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora