Familia

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— Agh— suelto un gemido en el momento que Jonás sale de mi.
Ha pasado casi unes desde su cumpleaños y después de dar ese paso, Jonás ha sido algo insaciable, creo que había estado reprimiendo sus instintos por demasiado tiempo. Me aparto del rubio alto y acomodo mi ropa para poder ir al baño y asesarme. No debí dejarme convencer para hacer algo como lo que acabamos de hacer en el almacén de la cocina. Respiro profundo sin darle una mirada a mi novio antes de salir rápidamente sin atreverme a levantar la mirada para no encontrarme con Emma o Billy.
Salgo de la cabaña del comedor con afán por ir hacia la casa grande y poder darme un baño rápido, pero mis planes son cortados cuando otro hombre rubio y corpulento sale de la casa grande vistiendo un polo básico negro, tejanos negros ajustados y zapatillas deportivas. Me detengo un poco sorprendido al ver a Jake quien corre hacia mi y me abraza sin darme tiempo a escapar.
— Te extra….¿Que es ese olor? — pregunta apartándose un poco— hueles a sex…—
— Cierra la boca — lo aparto y corro a la casa.
— Jake— escucho la voz de Jonás en el momento que abro la puerta de la casa.
Después de ducharme y cambiarme de ropa, doy un vistazo a Dylan quien últimamente permanece más tiempo dormido que despierto. Salgo de la habitación para dirigirme hacia la cocina donde escucho la voz de los dos hermanos. Al llegar me encuentro a Jake  cortando algunas verduras y a Jonás sentando en la barra. Me acerco a Jake quien me da una mirada antes de señalarme el pollo en el fregadero.
— Deberías descansar, yo puedo encargarme de la cena— digo a mi amigo y cuñado.
— Creo que eres tú quien debería descansar, conozco el tamaño de Jonás — dice dejándome pasmado.
— ¡Jake!— la voz fuerte de Jonás se escucha.
— Cuánto es ¿Veintidós o veintitrés centímetros? — siento mi cara arder al escucharlo.
— Si no te callas te pateare en la boca— amenaza Jonás— además eso era lo que media cuando era más joven— giro rápidamente.
— Cierra la boca— suelto al instante.
Salgo de la cocina sin poder seguir escuchando a los hermanos hablando sobre el tamaño de sus aparatos reproductores. Salgo de la casa y me siento en el columpio que se encuentra en el pórtico tratando de controlar la vergüenza que siento. Me columpio por un rato, hasta que veo un auto familiar entera por el camino empedrado del rancho. Me pongo de pie y bajo del pórtico para esperar a la recién llegado quien aparca rápidamente. Amanda baja del auto y me sonríe antes de acercarse y darme un abrazo.
— ¿Cómo haz estado?— pregunta.
— Buen, las cosas van marchando como deberían— respondo.
— Me alegra— miro a la mujer quien se ve emocionada.
— ¿Sucede algo?— pregunto.
— Bueno… conocía alguien— dice bajando el volumen de su voz.
— ¡Eso es bueno!— exclamó— tienes que contarme lo todo— pido.
— Claro— responde con una sonrisa feliz.
  Después de hablar conmigo amiga y de que revisara a mi pequeño hijo quien pasa más tiempo durmiendo del que debería resultado de su desarrollo según los estudios que se le han realizado, le pido a Amanda que se quede a cenar. Jake dijo que había venido por qué tenía algo que contarnos y quería que cenaremos en familia aunque faltan algunos integrantes.
La cena de hoy fue preparada por los hermanos Everett, bueno por Jake ya que Jonás me ha demostrado varias veces que lo máximo que puede preparar es pan tostado con huevos y salchichas. La conversación durante la cena se centra en el nuevo posible romance de la doctora, tanto Amanda como yo amenazamos a los hermanos para que no intervengan y espanten al nuevo doctor que ha llegado al pueblo con quién Amanda a iniciado a hablar y todo parece ir bien.
***
Ha pasado un tiempo desde la última vez que vi a mi madre y a Demian, no se cómo estarán, la ultima vez que hablamos fue hace quince días y parecían estar bastante ocupados, a veces me siento mal por que debería estar cumpliendo también con algunas responsabilidades denla familia, pero ellos han insistido en que mi debes es permanecer tranquilo junto a Jonás y Dylan.  Quizás debería viajar en cuento la temporada alta en la granja termine, también quiero ir a ver cómo le está yendo a Jake y Patricia en la ciudad, desde que hui no he vuelto y deseo hacerlo .
— ¿Pareces preocupado? — Jonás se acerca.
— No es nada, solo pensaba en mamá y Demian— respondo.
— Deberías ir a verlos, creo que también es hora de que los otros miembros de tu familia te conozcan— dice sentándose a mi lado.
— Lo haré después del cumpleaños de Dylan, también pensaba  en pedirte que vinieras conmigo— comento— en ese momento la temporada habrá terminado y no tendremos mucho trabajo— hablo mirando al rubio.
— Yo… si es lo que deseas— dice con un poco de duda.
— Bueno, si voy a presentarme con el resto de la familia, debo hacerlo con mi familia— sonrió.
— Iré contigo — dice está vez con seguridad.

No sé en qué momento se me metió en la cabeza hacer esto, pero ahora no puedo echarme para atrás. Suelto un suspiro antes de ponerme de pie con mi pequeño Dylan en brazos para bajar del avión, Jonás toma nuestro equipaje de mano antes de liderar el camino para poder recoger nuestro equipaje y salir del aeropuerto. Jonás se encarga de todo al bajar del avión, el paso por migración, recoger nuestro equipaje, incluso el ayudarme con el bolso de mano de Dylan.
— Cúbrete, parece que está algo frío — dice el rubio entregándome si chaqueta.
— Señor ¿Vanderheint Veliel?— levantó la mirada al escuchar que llaman por mi nuevo apellido.
— ¿Quién es usted? — pregunto al hombre de traje y pulcramente arreglado frente a mi.
— Soy el asistente personal del señor Demian, el señor me ha enviado a recibirlo— frunzo el ceño al escucharlo.
— ¿Sucede algo? — Jonás aparece con nuestro equipaje.
— Dice que viene de parte de Demian— respondo.
— Oh, olvide decírtelo, Demian llamo antes de que abordáramos y cuando supo que tendríamos dijo que enviaría a alguien por nosotros— asiento.
— Permítame ayudarle con sus pertenecías—  el asentó de este hombre es tan marcado que es evidente que su lengua materna es otra.

Nunca había tenido la oportunidad de viajar fuera del país y sinceramente tuve algo de miedo estando en el avión, pero Jonás se encargo de tranquilizarme. Ahora estando en un país lejano al nuestro, en un automóvil de alta gama que nos lleva en dirección a la mansión de la familia como lo ha dicho antes el asiste personal de Demian. No puedo dejar de maravillarme por lo hermoso que es este lugar, debo decir que si da la vibra que por lo general muestran en las películas europeas, todo parece muy sofisticado y elegante.
— Es muy grande— dejo de ver por la ventanilla cuando escucho a Jonás.
— ¿Qué? — pregunto.
— La casa de tu familia— responde señalando una mansión bastante grande que se ve unos metros más adelante.
Está rodeada por una pared de arbustos altos bien podados, hay una enorme reja de dos puertas. En el momento que el auto llega frente a la reja, esta se  abre inmediatamente dejándome ver claramente un camino que lleva hasta una gran mansión pintada de color blanco y de arquitectura un poco antigua. A medida que avanzamos, puedo ver a varias personas que se encuentran de pie frente a la casa, unas formadas en líneas y otras de pie frente a la puerta mirando hacia el auto.
En el momento que el auto se detiene, puedo ver a Demian, mi madre y una pareja de adultos mayores esperando de pie frente a la gran casa. Jonás baja del auto primero y me ayuda a bajar sosteniéndome de uno de mis brazos ya que llevo a Dylan en brazos. En el momento  que bajo siento todas las miradas de los presentes sobre mi. Mi ceño se frunce al sentir la mirada de todos, pero se relaja en el momento que Demian se acerca con una sonrisa.
— Debiste decir que vendrías, habría arreglado un vuelo privado para ti— dice como saludo.
— ¿Me veo como alguien que andaría en un jet privado? — respondo con un pregunta.
— Sería más cómodo— no parece feliz de que haya viajado por mi cuenta.
— Cariño— Agatha mi madre se acerca — debes estar agotado— dice viéndome antes de acariciar la cabeza del pequeño en mis brazos quien mira a todos lados.
— Ujum ujum — el sonido de una tos fingida
Un hombre mayor de unos setenta años se encuentra aún en la entrada de la gran mansión junto a una mujer de unos sesenta y tantos elegantemente vestidos los dos. La mujer con una sonrisa sonrisa elegante en su boca y el hombre con una mirada seria y el rostro rígido, ambos observándome.
— Ven te presentaré a nuestros abuelos — mi ceño se frunce automáticamente.
Aún cuando ya tenía una leve idea de quienes podrían ser la  Pareja de ancianos, algo en mi quería evitar enfrentarse a la persona culpable de todaa y cada una de las desgracias por las que he tenido que atravesar a los largo de mi vida.
Suelto el aire retenido antes de subir los dos escalones y acercarme a la pareja quienes no despegan su mirada de mi.
— Daniel, ellos son nuestros abuelos— dice Demian al estar frente a los ancianos.
— Es un gusto — sonrió educadamente.
— Es realmente grato conocerte, después de tanto tiempo por fin la familia está completa— la anciana de unos hermosos ojos azules muy claros habla viéndome antes de ver a Dylan — es una hermosura — dice y toca si cabeza.
— Es un gusto conocerte— desvío la mujer de la anciana al escuchar al hombre.
— Buenas tardes, espero se encuentre bien— saludo — el es Jonás, mi prometido — presento al rubio quien entiende su mano.
— Escuché que tienes un hij…—
— Ni se le ocurra acercarse a mi hijo — frunzo el ceño viéndolo a los ojos. 
— No es manera de hablarle a los mayores ¿Tienes idea de quién soy? Parece que fuiste criado por perros— dice con molestia.
Sin decir nada, doy media vuelta y le paso a Dylan a Jonás quien me mira confundido. Respiro profundo antes de girar nuevamente hacia el hombre mayor quien mantiene una mirada dura y en su rostro una expresión agraviada.
— No fui criado por perros, de hecho no fui criado por nadie en específico gracias a usted— suelto manteniendo la calma— no me culpe, por querer mantener a mi hijo alejado de usted, quien puede decirme que aún no mantiene la costumbre de robar y abandonar a niños inocentes— espero en su cara
— Daniel— soy regañado por Jonás— ¿Qué crees que estás haciendo?— pregunta.
— Por favor, no hagamos esto— Agatha habla tratando de calmar la situación.
— Que insolencia— dice el mayor dando media vuelta.
— Esto es…—
— Dejemos al pobre anciano tranquilo, parece que la vejez no lo deja aceptar que ha hecho mal y debe disculparse, solo es un viejo senil— Demian habla con molestia— entremos, bienvenido a tu casa hermano— soy tomado por una de mis manos.








Restan solo unos pocos capitulos para el final. Perdon por tardar en actualizar.


My Little HopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora