Capítulo 25

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CAPÍTULO 25
NOCHE DE CISNES

Viktor.

Dolor intensificado en mi palma por los azotes que anoche le propiné a Freya en sus nalgas redondas como castigo. Los gemidos vivos cuando después me la follé en el suelo de nuestra habitación.

Solo recordarlo me la ponía dura, por lo que remuevo mi miembro entre el pantalón para colocarlo de nuevo en su posición original.

Tuve que ausentarme dos días para asistir a la reunión Italiana y así renovar el convenio. Padre pactó un contrato de larga duración con ellos antes de su muerte y era mi deber mantenerlo a flote.

En exactamente una hora estaremos aterrizando en Moscú, señor. —tronó por el altavoz del avión.

No quise dejar a Freya sola con madre y mi esposa, pero Katya insistió en que la cuidaría bien.

Recibí una llamada de Milena trasladando su gran interés en hablar conmigo personalmente. Pero le aclaré explícitamente que esta noche celebrábamos el evento más conjeturado del año y no dispondría de tiempo, ya que los Kozlov éramos anfitriones.

Ella refunfuñó como siempre.

Finalmente le hice entrar en razón sin dejarle otra opción, exigiendo aplazarlo. Después aproveché para dormir lo que quedaba de trayecto.

Brenda.

Picaron a la puerta. Sin embargo, al abrirla no vi a nadie. Miré a mis pies tropezando con una caja de tamaño medio y envoltorio decorativo plateado.

¿Qué será? ¿Quién lo ha dejado aquí?

Observé mi alrededor inspeccionado antes de recoger el paquete y llevarlo dentro. Lo cargué encima de la cama para poder hurgar dentro.

Desmonté la prenda impolutamente doblada tendiéndola con mis dedos. Un vestido albino embalsamado por diamantes minúsculos. La abertura del escote en forma cuadrada y una larguísima cola en la zona trasera.

¡Que preciosidad!

También unos guantes a juego y zapatos de tacón fino. La sorpresa vino cuando un pergamino brotó del interior en el momento que extraje todo.

Cogí aire y lo desplegué impacientada.

"Queridísima Brenda Davis,

Sería un honor para mí que llevara este traje durante la fantástica velada de esta noche.

De lo contrario, muy seguramente a su amigo del alma le ocurra una desgracia durante la fiesta.

Se estará preguntando quién soy, pero no se ofusque con eso porque pronto lo sabrá."

Mi pulso se erradicó. Otra amenaza, pero esta vez directamente a Damon. Algo estaba claro y es que, conocía nuestras auténticas identidades.

Arrugué la nota con mis propias manos y pegué un grito cargado de impotencia desmesurada.

No me quedaba más remedio que acatar.

[...]

La sensación fue haber retrocedido algún siglo atrás donde los bailes y festines servían para cortejar flirteando con simples miradas.

El jardín Kozlov se había convertido en un mar de desconocidos vagando entre la decoración celestial habilitada por un diseñador experto. Rosas en tono pastel flotando como arco iris y velas tradicionales colgadas en la fachada de la mansión. Hasta pavos reales tricolor rondando a su antojo por ahí.

TAIPÁN ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora