Capítulo 15

16.1K 1.3K 209
                                    

CAPÍTULO 15
EL BESO SELLARÁ LA UNIÓN

Brenda.

Viktor Kozlov atinando mi propio cuchillo para atacarme, hizo que gritara aterrorizada por solo imaginarme muerta en esta frívola mazmorra.

—¡Silencio! —exigió dictatorial. —Te advertí que esto pasaría si no acatabas mis normas.

—¡Eres un cobarde de mierda! —grité agitando mi cuerpo luchando contra el agarre.

No hubo éxito.

¿Porqué tenía la puñetera manía de terminar metida en sótanos y lugares fétidos como este?

Mi futuro apestaba a desgracia.

—Hoy acabarás entendiendo que eres mía. —habló aproximándose a mí hecho una fiera. —No tendrás más remedio que aceptar ser mi dama aquí y ahora.

Sus fosas nasales se expandieron tanto que ahí dentro cabía un helicóptero. Viktor oprimió sus puños para no pegarme a mí, pero aún así, ese monstruo me atraía como nadie antes.

—¡Ni en tus sueños! —espeté frenética. —¡Nunca voy a ser de tu propiedad, desgraciado!

—Una vez unidas nuestras sangres, no podrás escapar. —sonó irrebatible. —Llevaremos a cabo el ritual para que sea oficial antes de la boda.

Definitivamente se le había ido la pinza.

—¿Nuestras sangres? —inquirí soltando un pequeño chillido por el impacto ocasionado.

Infló su pecho antes de explicar.

—Es necesario mezclar ambas sangres para sellar el compromiso entre dama y amo. No vamos a irnos hasta llevarlo a cabo. —narró subiendo los puños de su americana hasta los codos impaciente. —Ya elaborado el ritual, nuestro amor será irrompible por ley. No podrán separarnos, ni siquiera Milena siendo mi esposa. Tampoco lo permitiría.

Sus pupilas brillaron por un instante.

—Estas enfermo. —escupí con mis dientes prietos de la rabia que le tenía ahora mismo.

Empuñó el arma blanca hacia su antebrazo para hacer un corte fino e impecable. El líquido rojizo comenzó a brotar de la herida y Viktor sonrió.

—Yo seré tuyo y tu serás mía, Freya. —afirmó mirándome hitamente con sus esferas azules.

—¡Yo no soy ni seré propiedad de nadie!

Se aproximó hasta mi posición ignorando mis reproches. Luego agarró mi brazo con sus zarpas para trazar el diseño idéntico al suyo con el mismo cuchillo. Arrugué mi nariz ante el dolor. Habría sido una tontería oponerme aún siendo el acto más sádico del que haya sido testigo.

Incrustó su herida en la mía. Y entonces, una corriente tan sombría como íntegra nos rodeó.

Cogí aire bloqueando mis párpados a la vez.

—Deberás repetir conmigo. —informó él antes de comenzar. Algo inexplicable hizo mover mi cabeza en forma de aceptación. —Prometo ser quien te sostenga cuando sucumbas. Prometo morir cuando tú también lo hagas. Prometo no soltar tu mano aún estando sola haciéndome invisible. Juntos hasta que el infierno reine. Aquí y ahora, Amén.

Un escalofrío paranormal atizó mi columna vertebral. Esto era una completa locura, sin embargo, mis labios comenzaron a moverse recitando las oraciones de Viktor.

Mis lagrimas surcaron cuando sentí una mezcla de emoción y terror a la vez. Ambas heridas siguieron pegadas hasta que terminé. Después Viktor lamió su sangre y esperó a que yo lo hiciera con la mía.

TAIPÁN ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora