[15] Fin de esta guerra

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Quackity se levantaba de aquella cómoda cama en la que supuestamente lograba descansar, Eret se había ido hace un rato debido a que tenía que alistar cosas para defenderse del golpe de estado que estaba por ocurrir.

El pelinegro se sentó a la orilla de la cama frotando su cara con sus manos y dejando la vista baja logrando ver aquel frasco con slime en el suelo, se le hizo extraño.

Se arregló a él mismo y arregló sus pertenencias lo más que pudo, había dejado la escritura hace unos días debido a que no les quería dejar ningún rastro de sus conocimientos de la crueldad humana a ninguno poseedor de ella pero esta vez hizo una excepción sentándose por aproximadamente una hora buscando las palabras correctas para aquel escrito; una vez acabado hizo un sobre y escribió un nombre sobre ella.

Salió de ahí agarrando su chaqueta y caminando hasta la sala de reuniones donde se suponía que estaría aquel semidiós.

-Tardaste- Dijo aquel "amigo" que le había acompañado en la construcción de aquello que ahora solo era un recuerdo.

-Lo sé- Agarró su silla y se sentó poniendo las manos en la mesa -Tenía cosas que hacer.

-Entiendo- Dijo mientras sacaba el papel que le había dado Quackity el día anterior y lo señaló -Todo está a como planeado, es muy posible que no funcione ya que la topografía que hay en el área de Karmaland es irregular pero no perdemos nada intentando.

-Muchas gracias, Foolish- Sacó una bolsa llena de lingotes de oro -Aquí tienes tu tan deseada paga.

-Es más de lo que pedí- Dijo Foolish mientras veía la bolsa y escuchando la risa del contrario ante su comentario.

-Tómalo como un regalo de despedida- Agarró la hoja y se levantó de la silla saliendo del lugar sin dejar que Foolish preguntara a qué se refería.

Foolish se había quedando pensando en el lugar, ¿a qué se refería con regalo de despedida?.

-Puede ser complicado de entender- Una voz tras él lo distrajo, Wilbur.

-Lo sé- Suspiró pesado -Trabajé con él por tanto tiempo que ya sé cuando debo preocuparme y siento que este momento es uno de esos.

La mano de Wilbur paró en el nombre de aquel imponente ser que se estaba quebrantando de inquietud por su amigo.

En cambio ahí estaba Eret en aquel gran jardín viendo como el viento movía las ramas de los árboles hasta que escuchó como alguien se tiraba a su lado.

-Buenos días bello durmiente- Burlona saludó.

-No es mi culpa de que te despiertes tan temprano- golpeó suavemente su hombro.

Eret rió pero luego volvió a perderse en aquellos árboles

-Hoy es el día- Dijo pesada.

-Sí.

-¿Tienes miedo?

-No- Sonrió Quackity -¿Tú sí?

-Sí, estoy muy asustada si te soy sincera- bajó la mirada, se sentía impotente.

-No hay porqué.

-¿A qué te refieres?- Dijo ahora curiosa.

-Nadie aquí morirá, están bajo mi cuidado y no permitiré que Dream arrase con gente que no tiene que ver con sus ambiciones tontas, incluyéndote, no van a morir a sus manos y yo tampoco.

A Eret se le enfrió la sangre, sabía que esas palabras no tenían ni una mentira de por medio pero tenían una intención escondida, así ha sido desde que lo conoció pero nunca había sido tan franco.

No pertenece -{Quackity :]}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora