[12] Abandonarte?

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Eret vio como Wilbur salía de la habitación de su amado con marcas en su cuerpo, no iba a mentir, sintió celos pero sabía las razones de Quackity.

Se adentró más al pasillo tocando la puerta.

-Pase.

Se escuchó desde adentro, ahí estaba el pelinegro, poniendo las copas en su lugar.

-¡Cariño, es bueno verte!- Dijo Quackity acercándose a la más alta.

-Hola precioso, ¿cómo te fue?- Le acarició su cabeza mientras lo veía con cariño.

-Bien, en realidad tengo asco de mí ahora pero si es lo que conlleva hacerte feliz entonces lo haré- Sonrió y Eret puso sus manos en los laterales de su cara.

-Oh cariño, no lo hagas solo por mí, sé que hacer eso puede dar asco pero realmente sigues viéndote igual de hermoso- apartó el cabello negro de la cara del menor.

-¿Eso crees?

-Lo sé- Quackity sonrió haciendo que Eret no se pudiese resistir más.

Eret se agachó un poco hasta quedar a la altura del contrario y acercándose con delicadeza para besar con cariño esos labios que él llegaba a describir como "suaves y tentadores", una vez se separaron Quackity miró a la más alta sorprendido pero luego rió.

-LO SIENTO, NO PUDE RESISTI-- fue interrumpida por otro beso pero esta vez siendo de parte de su amado.

-No me expliques- Dijo sonriendo -Ven, vamos afuera.

Ambos caminaron discretamente por los pasillos saliendo nuevamente del castillo llegando hasta ese riachuelo nuevamente donde se sentaron a la orilla.

-Te ayudaré lo más que pueda- Dijo Eret viendo las manos de ambos juntas.

-Gracias mi reina- levantó la mirada viendo hacia el cielo.

-Imaginas que los Dioses nos cumplieran un deseo?, creo que si hubiese podido entonces hubiese deseado ser dos personas con vidas normales- el azabache vio a su amada preocupado.

-No es posible pero te aseguro que si en algún momento de mi vida te sacaré de esta vida de agonía a la que se nos fue impuesto- El ver el brillo en los ojos del contrario fue lo mejor de esa noche.

-Te amo, Quackity.

-Y yo a ti.

Y con eso ambos se abrazaron dándose el cariño que habían esperado por años, sin duda disfrutarán todo eso mientras podían, su noche iba a ser hermosa uno cerca del otro.

Eret no iba a mentir, ver a Quackity venderse por favores no la dejaba tranquilo y estaba enojado con él, pero Dios, ese chico la traía embobada, no tenía idea por qué lo amaba tanto.

Pero ella sabía que no iba a ser así por mucho.

[...]

Mientras ambos tenían esa noche solo para ellos Luzu estaba en su cocina bebiendo un café, no podía dormir, la culpa no lo dejaba, estaba tratando de encontrar una forma de vengar a esa persona a la que perdió, Dios, que mal se sentía.

Los demás estaban más preocupados por el estúpido libro pero Luzu lo único que quería era pedirle disculpas al pelinegro. Se levantó de su silla lentamente y despeinandose en busca de liberar su frustración.

Agarró su teléfono y trató llamar a Auron pero caía directo al buzón, además de haberlo estado llamando en la madrugada estaba decepcionado, entendía su retiro y el porqué el evadir, pero necesitaba a alguien.

-Luzu de Karmaland- Escuchó una voz detrás de él.

Al voltear no había nadie, una inquietud se hizo presente, ¿se estaba volviendo loco?.

No pertenece -{Quackity :]}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora