[4] Preocupante?

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Luzu llevaba un tiempo tocando la puerta de la cabaña de Quackity, pero no habían señales de alguna respuesta o movimiento dentro de esta, estaba empezando a estresarle hasta que escuchó cierta voz que podía significar su salvación.

-¡Hombre, Luzu, que bien verte por aquí!, ¿vienes a ver al niño?- IlloJuan le saludaba alegremente.

-Así es, pero no me abre la puerta, ¿sabes si salió a minar o algo?-Preguntó Luzu a lo que Juan negó.

-Pero hay una forma de saberlo- Sacó un grupo de llaves de su bolsa y empezó a buscar una en específico, cuando la encontró abrió la puerta.

-¿Quackity?- Fue el primero en pasar a la cabaña y cuando entró más a esta pudo ver algo que no esperaba.

El joven estaba inconsciente en el suelo, Luzu se acercó para revisarlo y Juan llamaba a los médicos locales para que se lo llevaran por si algo había pasado.

-¿Está bien?- preguntó Juan una vez cortó la llamada con el médico.

-No lo sé, tiene pulso pero su respiración es algo pesada- El mayor acariciaba el cabello azabache mientras lo veía con preocupación.

-Entiendo, los médicos vienen en unos minutos, los esperaré fuera, quédate con él.

-Sí, gracias Juan.

-No es nada.

Luzu ahora estaba solo con el cuerpo de un joven que por el momento estaba fuera de sí, por lo tanto lo podía observar este a detalle, primero se fijó en lo delicado que era este para luego ver las grandes y oscuras ojeras en el cuerpo de este, lo descuidada que estaba la cabellera azabache y sus manos algo maltratadas por hacer muchas cosas con estas según parecía.

-Los médicos están aquí, traelo- Juan habló desde la puerta para luego retirarse en dirección a los médicos que estaban en la salida.

Luzu dejó a Quackity en la camilla mientras los médicos lo revisaban llegaron a la decisión de llevárselo para asegurarse de que el golpe no tuviera otros efectos en el chico.

[...]

Había pasado un día desde que se llevaron a Quackity a esa sala de hospital, se había quedado por órdenes médicas ya que el chico tenía una posible contusión.

Luzu estaba de camino a visitar al chico, quería preguntarle qué pasó, estaba empezando a preocuparse por él.

Entró al "hospital" siendo recibido por la recepcionista registrándose como visitante para luego pasar a la habitación de su amigo, al entrar pudo ver al de cabellos negros sentado viendo sus manos y sonando sus dedos.

-Buenos días Quacks, ¿cómo te sientes?- habló el castaño atrayendo la atención del contrario.

-Me siento bien, algo adolorido de la maceta pero no más- Sonrió demostrando que era verdad, no sentía más que eso.

-¿Sabes lo que tienes?- preguntó el castaño.

-Sí, me acaban de decir...- el pelinegro restregó sus manos por su cara luego de pensar unos pocos minutos -Lo olvidé.

-Lo supuse, tienes una contusión y un verdadero descuido personal, eso último hizo que te desmayaras- Explicó serio -¿está pasando algo?.

-No, no pasa nada, tu tranquilo- Contestó esta vez algo más dudoso de su respuesta.

-¿Seguro?, no parece que estés muy seguro de eso- Contestó reprochado al menor.

-Que sí, como que andamos bien preguntones- Cruzó sus brazos ofendido.

-Perdona Quacks pero es solo que me preocupas, desde que venimos a este lugar te he visto extraño y eso no sé si me deje estar tranquilo hasta poder ayudarte...Quacks?

El chico estaba viendo el cuervo que se había posado en su ventana, este estaba limpiando sus alas con tranquilidad.

-Quacks.- esta vez lo tocó para sacarlo de su transe.

-Oh, sí...lo siento- miró sus manos las cuales estaban apoyadas en sus piernas cansado mientras Luzu suspiró.

-¿Te sientes cansado?

-Un poco.

-Duerme un rato, aquí estaré y yo te despertaré si algún doctor viene- acarició la cabeza del menor con una sonrisa.

Quackity asintió para luego recostarse mejor en esa cama de hospital cayendo poco a poco en el sueño, todo en este era normal, todo estaba oscuro hasta que escuchó una puerta atrás suya abrirse.

Este volteó a aquella puerta y se acercaba cuidadosamente a esta la cual desde adentro se podía ver una tenue luz blanca, cuando tocó el marco de madera oscura de esta pudo ver un chico rubio y otro con capucha verde, ambos no dejaban ver sus caras. La luz repentinamente empezó a parpadear y cuando se detuvo ahí estaba un toca discos y un disco morado en el centro.

-Mellohi- dijo el híbrido pato sin saber realmente lo que era.

La melodía lenta golpeaba sus oídos y cuando el tono de esta se hacía más agudo el de verde levantaba su mano derecha y en esta estaba una ficha de casino con una cara feliz dibujada en tonos dorados, cuando Quackity la vio sus oídos pitaron por lo tanto cubrió sus oídos y cerró fuertemente los ojos hasta que algo lo abofeteo, era una figura alta, cabello castaño y con un traje.

-Esas malditas paredes tenían que caer, eso era lo que tú querías y ahora que lo tienes ya no lo quieres, por Dios, pareces un niño, ¿por qué tengo que hacer todo el trabajo yo?

Esta persona le iba a dar un último golpe por lo que el de cabellos negros se cubrió la cara con sus brazos pero ese golpe nunca llegó.

Era de noche y solo estaba una candela alumbrando el lugar junto a la luna que daba en su cara, en la mesita que tenía al lado habían dos notas, la primera era de Luzu.

Quackity, tuve que irme pero no te quise despertar, te veías muy cansado, espero una vez despiertes te sientas mejor, en dos días te dejarán salir, te iré a traer ya que mientras terminamos tu casa vivirás conmigo, duerme bien. ☆

Quackity sonrió al leerla pero recordó la otra por lo que dejó la de Luzu bajo su almohada y agarró la otra cuando al abrirla cayó algo al suelo y esta solo decía:

Olvidaste tus pertenencias, no te preocupes, te regresaremos con ellas.

Esto le enfadó y no supo porqué, buscó con su mano lo que había caído al piso y al encontrarlo la levantó, esto le dio escalofríos.
















Era esa ficha de casino.

No pertenece -{Quackity :]}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora