Mix Sahaphap es un dulce y hermoso omega de veinte años, poseedor de una tierna inocencia pero también de un fuerte temperamento. A pesar de que ha tenido varios pretendientes que lo han querido poseer, él nunca ha sentido amor por ningún alfa o bet...
Mix Sahaphap acudió a su trabajo en la librería como cada mañana
La verdad es que estaba ya un poco harto de su jefe y de algunos clientes pues no hacían más que babear a su alrededor.
Le era muy incómodo pero le encantan los libros y además necesita el dinero para poder subsistir.
No es que le diesen asco los alfas pero a sus veinte años aún sueña con encontrar el amor verdadero, cómo coloquialmente se dice; su destinado pues eso de follar por follar, no va con él y por eso se mantiene virgen.
Desde que presentó su condición unos cuantos años atrás, ha tenido que lidiar con muchos pretendientes pues su olor y su encanto a más de uno deja ansioso.
Por ello, ha tenido que usar distintos supresores hasta alcanzar la dosis necesaria para mantener a los alfas y betas con las manos quietas.
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Contra todo pronóstico, la jornada de ese día transcurrió sin nada fuera de lo normal pero cuando ya pasaban de las ocho y estaban casi a punto de irse a casa, su jefe Zee Pruk se fue primero y le tocó cerrar a él.
El omega cobró a los últimos clientes y cuando salió fuera para bajar la reja, un rico olor llegó a su nariz, entonces miró hacia la calle y vio que una silueta se le acercaba.
...-Por favor, déjame hacer una compra... necesito entrar-le habló un alto y moreno alfa, el cual se paró a su lado.
Mix se lo pensó por un breve momento pues su jefe ya le había advertido en más de una ocasión, que no abriese a nadie después de haber cerrado pero la verdad, no le pareció que ese alfa fuese un peligro.
Lo observó por unos segundos y vio que este lo miraba con ojos de ruego y que además vestía muy buena ropa, por lo que no podía ser un delincuente o un sádico loco, tan solo era un cliente que estaba apurado por comprar.
Finalmente volvió a subir la verja y una corriente eléctrica le recorrió el cuerpo tras contactar con los ojos del alfa y aspirar su penetrante e increíble olor.
-Muchas gracias
Cuando estuvo bajo la luz del interior de la tienda, el omega pudo apreciar mucho mejor la belleza de las facciones de este pues realmente el desconocido alfa era tremendamente atractivo y deseable.
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El cliente caminó entre las estanterías llenas de libros y revistas y buscó con afán, hasta que reparó por un hueco en el lindo omega tras el mostrador.
Clandestinamente lo miró de reojo, a la vez que aspiraba también el leve pero rico olor de este, del cual inconscientemente estaba impregnado todo el local.
-¿Puedo ayudarle, señor?, verá, debo cerrar y tengo algo de prisa-Habló este al ver que el alfa no se decidía.
-No, no hace falta, me llevaré este -Dijo finalmente el atractivo moreno, enseñándole una novela de amor que escogió al azar.
Al acercarse al mostrador, el omega comenzó a sentirse más intranquilo pues extrañamente sus piernas le temblaban y su corazón estaba desbocado.
-¿Puedes por favor envolverlo para regalo?
Este asintió sonriente, mientras sus manos rasgaron un trozo de papel de regalo y comenzó a hacer el paquete, ante la profunda mirada del alfa, que lo observaba humedeciéndose los labios.
-¿Cómo te llamas?
-Mix, se-señor- contestó el omega bastante nervioso.
-Hola Mix... emm....yo soy Earth, Earth Pirapat. Encantado de conocerte
-Igu-Igualmente, señor
El omega sonrojado intentaba calmar su interior pues a pesar de que jamás la presencia de un alfa lo había afectado de esa manera, este parecía volverlo muy vulnerable.
Tras terminar de hacer el paquete y entregarselo, el guapo cliente sacó su billetera y muy sonriente le dio unos billetes para pagar.
-Cobrate y quédate las vueltas, precioso...Cómprate algo tan dulce como tú
-No puedo aceptarlo, señor Pirapat pero gracias-el dependiente se negó rápidamente pues su jefe le tenía prohibido aceptar propinas.
El alfa sonrió con molestia al coger las vueltas y acto seguido acarició la mano del omega, la cual tenía posada sobre el mostrado y las puso en ella.
-No te preocupes, yo no sé lo diré. Además me sobra el dinero y tú has tenido que demorarte en tu salida por mi culpa... Acéptalo, por favor o me sentiré muy mal.
Mix chasqueó la lengua y sin saber muy bien el por qué, finalmente aceptó y se las guardó.
-Bu-Bueno está bien. Muchas gra-gracias señor
Quizás había sido porque el alfa se lo había dicho de una forma tan rematadamente sensual y mirándolo con sus penetrantes ojos, que lo había vuelto bobo o quizás también porque estaba demasiado nervioso y vulnerable que quería irse a casa rápido.
Satisfecho y tras recibir las gracias varias veces por parte del omega dependiente, el atractivo alfa, con su compra en la mano se encaminó hacia la salida, donde se giró una última vez para echar un nuevo vistazo al omega.
-Adiós Mix, cuídate mucho
Este aún tembloroso sonrió ampliamente y levantó su mano para hacer un saludo de despedida, cosa que solo hacía a sus clientes de confianza.
-Oh joder, ¿ Qué me pasa?
Desconcertado, el omega soltó un gran suspiro pues aquel alfa era el ser más hermoso y deseable que había visto en su vida y por lo tanto, había sido el único que había despertado en su ser un interés más allá de un simple cliente.
-En fin, lástima que seguramente tendrá una linda esposa o esposo su regalo sin duda fue escogido con amor.
Resignado pues pensaba que seguramente nunca más lo volvería a ver, el omega apagó la luz del local, cerró la verja y se fue a su casa con su única compañía, su gato, como cada anochecer al finalizar su jornada de trabajo.
