P.O.V Juliana Valdés
Era lunes en la noche, estaba extenuada luego de una tediosa reunión con unos intensos y machistas chinos. Me acomodé en mi silla, intentando relajarme, pero estaba total y absolutamente tensa. Suspiré mirando el portátil, eran las 7:45. Había tenido un día de mierda.
Debía admitir que todo parecía indicar que el día no iría nada bien. Primero Jimena me despertó arrojándose sobre mi cuerpo mientras gritaba, luego mi madre amaneció con un humor de perros y Jacobo no se cansaba de insinuar que deberíamos volver a nuestros antiguos negocios ilícitos. La cereza del pastel fue la llegada de Valentina a la empresa.
La castaña estuvo en el primer piso durante casi tres horas antes de rendirse. Aunque estaba fuera de su alcance, estuve nerviosa todo el tiempo que ella estuvo en la empresa. Incluso sabiendo que estábamos a varios pisos de distancia mis músculos estaban tensos. Estaba esperando que encontrase la forma de llegar a mí.
-¿Puedo tomar tu auto, July? Vine en taxi y tengo un compromiso importante. - habló Jimena entrando a mi oficina, sin tocar, como de costumbre.
-Claro, llévatelo y usa condones. - respondí sin mirarla mientras ella se ubicaba en la silla delante de mi escritorio.
-Saldré con una chica, no necesito condones. - me dijo y pude imaginar su sonrisa.
-Tienes que parar. - le advertí apagando el portátil.
-Oh vamos, he tenido una semana totalmente llena de estrés, necesito relajarme. - habló Jimena con una sonrisa.
-Claro, claro...te acompaño a abajo. - hablé levantándome.
-¿Quieres que te lleve a casa? Todavía tengo tiempo. - se ofreció mi hermana mientras salíamos.
-No voy a casa. Pediré un taxi. - respondí
Jimena no insistió en llevarme, pero se quedó junto a mi hasta que el taxi pasó a recogerme. El taxista me dedicó una mirada cargada de picardía cuando le di la dirección del bar. Lo ignoré recostándome en el asiento trasero y clavando la mirada en el cristal. Las calles se veían tan hermosas en la noche.
El guardia en la entrada del bar "The sweet mystery" me dedicó una sonrisa al verme llegar. Como era costumbre para mí, en los cinco días, me dirigí al sofá rojo a algunos pies de la tarima. Pedí un vodka y me relajé abriendo algunos botones de mi camisa blanca.
-¿Desea compañía, señorita Valdés?- preguntó Cookie, una mujer de cabello castaño, pantalones ajustados negros y un top amarillo. Me fijé en sus ojos color caramelos y en su máscara antes de negar con el gesto.
-Mas tarde podría querer un baile. - respondí con una sonrisa que ella igualó.
-Será un placer. - me dijo lanzándome un guiño.
Me relajé en el asiento, disfrutando la música alta y las suaves risas. El trabajo era agotador y en casa solo se hablaba de mi padre. Aunque no lo diría en voz alta, me sentía culpable del encierro de Macario. Si no me hubiese encaprichado con Valentina mi padre no estaría en la carcel.
-Señorita...- habló alguien, abrí los ojos encontrándome con una mesera.
- Postrecito le manda a decir que si aún le interesa el baile puede venir conmigo. - me dijo la mujer con una amable sonrisa.
Los últimos días había visto bailar a la castaña en tres ocasiones. Ella siempre cruzaba miradas conmigo y luego desaparecía. Como era de esperarse, se había negado a darme un baile privado, pero al parecer estaba cambiando de opinión.
-Te sigo. - respondí terminando mi trago y poniéndome de pie.
Caminamos entre varios consumidores que esperaban ansiosos el inicio del baile especial de la noche. La mujer dirigiéndome caminaba despacio, dejando escuchar un click con cada paso. Pasamos por dos puertas, una que indicaba que solo debía entrar personal autorizado y otra de metal.
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Mimetismo (Juliantina AU)- Adaptación
FanfictionValentina Carvajal es policía en San Antonio. Un día le asignan la misión de infiltrarse en la mansión de los Valdés: una familia de mafiosos a los cuales jamás se les ha podido encontrar motivos para apresarles. Valentina encontrará el amor en la...