Narrador Omnisciente
Juliana decidió entretenerse con su copa de vodka en tanto esperaba a Postrecito. Desde su cómodo sofá la observó bailar al ritmo de una canción que ni siquiera se esforzó en reconocer. El movimiento de su cuerpo la mantuvo hipnotizada durante los minutos que tomó la presentación.
La ojicafé se mantuvo sentada, con una pierna cruzada sobre la otra y una copa en su mano. Cuando otra bailarina tomó el escenario, Valdés cerró sus ojos, reclinando ligeramente el rostro hacia atrás. Una sonrisa bailaba en la comisura de su boca mientras esperaba con paciencia la llegada de cierta castaña. Estaba entre ansiosa y emocionada; llevaba semanas imaginando cómo sería tener la oportunidad de acariciar las suaves curvas de Postrecito nuevamente.
-¿Vamos?- preguntó una voz conocida, Juliana abrió sus ojos encontrándose con ella.
Postrecito se había cambiado la vestimenta a una que cubría la mayor parte de su cuerpo. Vestía pantalones negros ajustados, una polo blanca con zapatillas del mismo color. Juliana se sorprendió al verle, por un solo momento le pareció que el cuerpo y la vestimenta de la bailarina le recordaba aún más a Valentina Carvajal. Sacudiendo la cabeza siguió levantando su mirada hasta encontrarse con unos ojos azules tras la máscara roja que cubría parte de su rostro.
-¿Estás segura? - cuestionó la pelinegra con voz ligeramente ronca, la otra bajó la mirada por unos segundos antes de morder su labio inferior y asentir.
Sin esperar más confirmación, Valdés dejó la copa en la mesa de cristal y se puso de pie sacudiendo sus pantalones de salir negros. Postrecito le recorrió de arriba a abajo; a la pelinegra le agradó ver que los ojos de la bailarina estaban un poco más oscurecidos cuando volvieron a hacer contacto con los de ella. Ambas se miraron por algunos segundos, como si intentasen ver sus almas a través de sus ojos.
No se agarraron de la mano mientras caminaban a la salida, porque no eran amantes o futuras novias. Juliana lanzaba miradas en dirección a la otra y mordía su labio inferior imaginando lo que podría pasar en algunos minutos. La castaña también le observaba de soslayo, y la ojicafé se deleitó cuando le atrapó en varias ocasiones. En medio del camino, la bailarina sujetó a Juliana del brazo y la pelinegra se sorprendió ante el firme agarre mientras la ojiazul le dirigía a la salida trasera.
Afuera estaba cayendo una pequeña llovizna, pero por suerte el taxi ya les esperaba. Se mojaron ligeramente, y Juliana intentó sacudir su camisa mientras Postrecito le daba la dirección al hombre de mediana edad y cabello castaño.
El camino fue en silencio mayormente, pero a medio trayecto Juliana llevó su mano hasta la rodilla de la castaña. La ojiazul le miró mordiendo su labio inferior y una sonrisa, entre malévola y pícara, adornó el rostro de la pelinegra. La mano de Juliana subió poco a poco, apretando la parte interna del muslo de la castaña, hasta llegar a la parte alta. La respiración de Postrecito era más profunda a medida que pasaba el tiempo, y Valdés adoraba el sentimiento de necesidad que proyectaba la hermosa desconocida.
-¿Dónde estamos?- preguntó Juliana cuando el taxista se detuvo delante de un edificio de unos siete pisos.
La pelinegra estaba preparada para pagar un hotel. Deseaba que la otra se sintiese cómoda donde sea que estuviesen. Pero el edificio delante de ellas tenía la apariencia de un hogar y Juliana arrugó el ceño al percatarse de ello. Lo último que necesitaba era que la bailarina pensase que podría nacer algún tipo de lazo afectivo entre amabas.
Para Juliana Valdés el amor estaba fuera de la ecuación desde hace seis años.
La pelinegra quería tener sexo salvaje y desenfrenado con Postrecito. No quería llegar a su apartamento, no quería tener relaciones en una cama que pertenecía a la mujer. Pero la castaña había pagado y abandonaba con rapidez el vehículo impidiéndole verbalizar su deseo por ir a un hotel.
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Mimetismo (Juliantina AU)- Adaptación
FanfictionValentina Carvajal es policía en San Antonio. Un día le asignan la misión de infiltrarse en la mansión de los Valdés: una familia de mafiosos a los cuales jamás se les ha podido encontrar motivos para apresarles. Valentina encontrará el amor en la...