Herida

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3 meses antes del operativo

P.O.V Valentina Carvajal

En la mansión Valdés todos se mostraban un poco más desconfiados hacia mi desde que Juliana le había contado a su familia que estaba intentando una relación conmigo. Los Valdés de inmediato mostraron su desacuerdo, pero la ojicafé les dejó saber que su decisión no estaba a discusión. Jimena me dedicó una mirada cargada de sorpresa, pero aparte de eso, no se atrevió a comentarme nada.

-Buenas tardes. - susurré abrazando a Juliana por la espalda, la ojicafé se encontraba sentada delante de su cómoda observando la inmensa colección de pintalabios.

-Buenas tardes, morrita. ¿Ya preparaste el auto? - me preguntó la pelinegra girando el rostro.

-Mjm, listo para su majestad. - respondí colocando un beso en sus labios. Juliana sonrió colocando la caja con los pintalabios sobre la cómoda antes de girarse por completo hacia mí.

-Eso me gustó...podemos jugar luego a que eres mi desobediente súbdita...- murmuró poniéndose de pie y rodeando mi cuello con sus manos. Sonreí apoyando mis manos en sus caderas y atrapando su boca.

-¿Y usted seria la reina que me castigará? - cuestioné divertida, Juliana dejó ver una sonrisa al separarse unos milímetros.

-Soy una reina condescendiente...luego de tres orgasmos estarías perdonada. - respondió depositando cortos besos entre palabras.

-¿Realmente hay que ir a ese casino? Esta muy apartado de las zonas urbanas, casi escondido entre un bosque. Es peligroso. - comenté cambiando la conversación a una más seria.

Había estado preocupada por el lugar donde tendríamos que acudir para el juego de Valdés. Normalmente eran casinos en áreas urbanas donde, debido a la multitud de personas, no solían ocurrir grandes incidentes. Pero este juego era auspiciado por la banda del alacrán, y el casino estaba en lo profundo de un bosque.

-Valentina, si me escondo, Emiliano gana.- explicó ella dándome un beso en los labios antes de girarse y agarrar un pintalabios que solo daría algo de brillo a su boca.

No me gustaba ni el ambiente ni el sitio. Y mucho menos después de que Juliana me contase que su padre estaba pronto a realizar un gran envío de drogas que le había arrebatado de las manos a Emiliano Álvarez. Era peligroso meterse en las fauces de las bestias y pensar que no se saldría lastimado.

Juliana estaba sentada con su traje color vino perfectamente ajustado a su cuerpo. Su cabello sujeto a una coleta y su expresión sería. Sus ojos cafés brillaban con malicia mientras ella movía las cartas de forma desinteresada. La vi intercambiar miradas con un pelirrojo que tenía una cicatriz en la ceja y me tensé.

El ambiente del casino era muy similar a todos los que habíamos asistido, pero había algo diferente. Quizás era el hecho de que Álvarez, el enemigo de los Valdés, era quien auspiciaba el juego. Me pregunto que tiene Juliana en la cabeza para meterse tan descuidadamente en un sitio como este.

-Bien, me retiro, vamos Valentina. - anunció Juliana poniéndose de pie y dejando las cartas sobre la mesa. Estaba tensa y simplemente había renunciado a ganar el juego.

-¿Qué pasa?- pregunté cuando ella me tomó de la mano arrastrándome hacia el estacionamiento.

-Solo sigue caminando. - me advirtió

Estábamos tomando una curva para llegar al vehículo cuando Juliana me empujó haciéndonos caer al suelo. Escuché tres disparos, y mi mano de inmediato viajó a mi pistola. Pero la pelinegra no tenía eso en mente, solo me sujetó del brazo obligándome a correr al auto.

Mimetismo (Juliantina AU)- AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora