47. Secreto

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Continuaron besándose por un buen rato hasta que la pequeña sé apartó por falta de aire, fue entonces cuando sintió una mirada sobre ellas...






Abuelaaaaa por dios nos querés matar- la pequeña de ojos claros se llevó un buen susto, La abuela se limitó a mirarla y soltó una risita burlona






Y estabas muy ocupada cómo para notarme, por cierto, buen día Martina- comentó para hacerle sentir vergüenza a la jóven rubia






Martina quería que la tierra se la tragara, cómo miraría a los ojos a esa mujer si hace unos minutos se estaba comiendo con desesperación a su nieta, las habrá visto en acción? Habrá visto cuando ella... Ay no... Se quiere morir ahora!
Busca ansiosa la mirada de su chica, pero ella está igual de avergonzada o peor...
Decide ser valiente y con el dorso de su mano acaricia suavemente las mejillas sonrojadas de Lourdes y deja unos besitos en su sien, se voltea en dirección a la señora y le sonríe para luego hablarle...






Buenos días Berta, cómo está?- pregunta con demasiada vergüenza, apenas si puede mirarla a los ojos





Muy bien, gracias por preguntar, dudó que ustedes hayan madrugado... Por lo tanto se desvelaron no?- fué más una afirmación que una pregunta






Tanto la rubia cómo la castaña asintieron cabizbajas, les daba mucha pena esta situación, pero la abuela de la pequeña tenía otros planes, no quería incomodar más a las jovencitas, ya suficiente tenían con sus emociones y hormonas revolucionadas, por lo tanto prefirió guardarse sus comentarios y se ofreció a prepararles un rico desayuno, ambas la miraron con inseguridad, no sabían si debían tocar el tema o dejarlo pasar...






Vamos, se van a enfermar, hace bastante frío afuera y están desabrigadas- las instruyó para que entrarán a la casa







Y es que en el calor del momento y la exploración del cuerpo contrario ninguna de las chicas se había percatado de la baja temperatura que había en el lugar...
Sin protestar se levantaron y se apresuraron en entrar a la casa, la abuela de la ojiverde liderando el camino, la señora mayor se instaló en la cocina mientras las pequeñas se ponían un abrigo y se sentaban en el desayunador.






Y cuéntenme, hace cuánto están juntas?- indagó con curiosidad la señora mayor






Lourdes se atragantó con la comida que yacía en su boca y a Martina se le bajó la presión por los pisos, ambas caras eran para ponerlas en un cuadro, la señora se echó a reír y enseguida se apresuró en darle un vaso de agua a su hermosa nieta






N-no... No estamos juntas- apenas balbuceó la ojiverde, Berta solo arqueó una ceja en un gesto de "no te creo nada" y no hizo falta que dijera una palabra, porque su nieta se apresuró en volver a hablar...



O sea sí, pero es difícil de explicar- no sabía cómo tratar este tema con su abuela, ciertamente nunca se vió afectada por una situación de este estilo






Tengo tiempo- musitó la mujer con una sonrisa cálida





La pequeña suspiró, su abuela no la dejaría irse hasta que no le contará toda la verdad... Miró a su lado a la jóven de cabellos dorados que la miraba con terror...





Te encontré - MartuliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora