74. El momento de tomar decisiones

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Para la suerte de ambas la tortura era cada vez más corta...
La época de exámenes había llegado, por lo que su rubia estaba más estresada de lo normal...
Si hubiera estado en otro momento de su vida, probablemente hubiera intentado darle unos orgasmos para calmar su humor... Pero Lourdes ya no era de esas... Es decir, obviamente seguían teniendo sus momentos íntimos... Cada noche sin falta para ser precisos, pero últimamente se sentía diferente... Amaba con locura a la rubia, adoraba complacerla en cada aspecto de su vida... Y se atrevería a decir que la complacía extremadamente bien en la cama... Pero... Últimamente tampoco era un problema si no lo hacían... Sentía que con Mar era más que solo sexo, se sentía completa, sentía que sin importar qué... Mar era todo lo que quería para su vida... Llevaban meses "saliendo" y años de idas y vueltas... Pero estaba en un punto que no tenía retorno... Estaba segura de la decisión que había tomado... Se lo pediría... Había llegado su momento...










Hace semanas que su relación no hacía más que florecer... Estaban en un momento muy estable y sentía que tenía una base sólida de amor, comprensión, respeto y reciprocidad...
La rubia era una pareja soñada, era perfecta en todo y no solo superficialmente... Era amable, dulce, muy muy hermosa... Inteligente, divertida... Elocuente y un montón de adjetivos más... Era su chica ideal...
Se complementaban... Se potenciaban muy bien juntas y eso todo el mundo se los hacía saber...
Y si bien intentaban ser "discretas" nadie era tan boludo... Estaba segura de que todos en el colegio miraban las indirectas que la pequeña tuiteaba sobre su perfecta chica misteriosa... Porque definitivamente había publicado en todas sus redes que estaba enamorada de una mujer... Varios le comentaron que subiera una foto de la afortunada... Pero aún no se animaba... Con Martina apenas podía juntarse delante de los demás estudiantes, ya que sentía las miradas de los adolescentes y hacían que su chica se pusiera nerviosa... Muchos miraban sorprendidos y otros con asco... Pocos eran los que les dedicaban sonrisas de aprobación, obviamente poco le importaba a la pequeña... Es decir, en unos años ya terminaría la secundaria y probablemente no se cruzaría a estas personas nunca más en su vida...










Además su primer temor era que su padre se enterará de su amorío y Fabi ya lo sabía hace meses... No había razón por la cuál no podrían oficializar la relación de una vez por todas... Por lo que la pequeña se puso manos a la obra, planificó junto con sus "cuñados" una escapada a la Lucila del Mar... Un lugar muy especial de la costa argentina dónde vacacionaban desde chiquitos... Les traían a ambas familias los recuerdos más felices de su niñez y adolescencia... Era el lugar perfecto para pedirle a la rubia un nuevo status...










Aunque antes de preparar sus bolsos quería sorprender a su chica...
En unos minutos la rubia "debutaría" como capitana en un partido del equipo escolar...
La jóven de ojos mieles llevaba meses esforzándose por ese puesto y finalmente se lo habían concedido... También los meses de entrenamiento y disciplina habían dado sus frutos... Por lo que la chica estaba cada vez más marcada, su figura era por lejos lo más "hot" del ante último año y por consiguiente la fila de babosas que la espiaban en los vestuarios también había crecido... Lourdes estaba cada vez más celosa y algún día explotaría, estaba al borde de estampar contra la pared a la primera desubicada que dijera algo inapropiado sobre su Mar...










Había comprado el típico uniforme de animadora, había hecho un tierno cartel con los colores del equipo e incluso había hecho una mini coreografía para sorprender a su preciosa chica... Ya quería ver la cara de la rubia al verla en primera fila gritando como una loca desquiciada...
Se vistió y se puso una ligera capa de maquillaje, lo suficiente para resaltar sus labios, que según la rubia eran los más "apetitosos del mundo mundial"
Sonrió satisfecha al observarse en el espejo, la pollera era bastante atrevida pero no tanto para ser obscena y el top agarraba muy bien sus atributos delanteros... Por lo que estaba segura de que la rubia se lo arrancaría en cuanto estuvieran a solas...
Por último pero no menos importante, se colocó una buena cantidad de su perfume a sabiendas de que la mayor estaría embriagada por aquel aroma...










Te encontré - MartuliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora