44. Huracán de emociones

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Buen día hermosa- pronunció Megan mientras acariciaba suavemente sus cabellos dorados





Buen día- respondió la rubia con voz ronca- Cuánto tiempo- Sonrió genuinamente al ver a su directora a su lado





Capaz te hicieron muchas veces está pregunta en las últimas 48 horas... Pero cómo te sentís?- preguntó con una risita





Mejor, todavía me duele un poco, pero anoche ya me sacaron la sonda- levantó su pijama dejando ver su abdomen lleno de moretones y mostrando orgullosa la cicatriz de la operación, estaba cicatrizando realmente rápido






Al verla Megan batalló internamente por mantener la compostura, verla a Mar tan lastimada le causaba una sensación muy fea en el pecho

Para su suerte la menor corto el silencio torturador y le hizo una petición qué sabía sería la mejor opción






Quiero volver- musitó mientras observaba la reacción de la mayor





Está bien, déjame qué primero firme todo el papeleo del hospital, sí querés podés irte conmigo ahora, el médico me comentó que ya tus estudios salieron bien y no hay razón para que sigas internada.

Ahora hay alguien que quiere verte- la mujer se acercó a la puerta y se fué









Segundos después una pequeña cabecita de cabellera violeta se asomaba por el umbral...
La pequeña dejó ver sus ojitos esmeralda algo inseguros y la rubia no pudo evitar suspirar, era preciosa, le sonrió cálidamente mientras intentaba respirar...


Es qué no se acostumbraba aún a todas las hermosas sensaciones que Lourdes le generaba, Si bien el día de ayer estaba algo dolida porque la menor no le creyó, nunca podría estar mucho tiempo enojada con ella, era inevitable.


Lourdes generaba muchas cosas en ella y la mayoría eran todas emociones buenas, sin importar cuánto la hiciera llorar, eran más las sonrisas y felicidad las qué pensaban en la balanza, su ahora reciente felicidad estaba plasmada en la sonrisa más pura y radiante que la pequeña pelivioleta había visto en su vida





Heyy- la menor saludó mientras entraba con pasos cautelosos




Hola Pepe- la emoción en su voz era casi tangible - Vení- palmeó con su mano el espacio a su lado en el suave colchón





La menor a pasitos apresurados se acercó y se sacó rápidamente su calzado, no tardó mucho más en acurrucarse en las sábanas blancas junto con la rubia debajo de ellas...
Se llevó una grata sorpresa al sentir los fuertes brazos de Martina envolverla y apretarla contra su esbelto cuerpo, era celestial, volver a sentir su calor, su inconfundible aroma, incluso estaba feliz hasta de escuchar su suave respiración, cerró sus ojitos y suspiró de placer, quería permanecer en ese momento sublime por siempre.
Pudieron haber sido minutos u horas, pero estaba demasiado cómoda y calentita cómo para moverse, estaban en un silencio ameno, sólo escuchando atentamente la respiración pausada de la otra, no sabe cómo ni por qué, pero estaba totalmente hipnotizada por la mirada miel y avellanas, trazó una y otras vez esos hermosos rasgos femeninos en su cabeza, quería guardar en su memoria cada detalle

Como los lunares que estaban en sus mejillas

Como las múltiples arruguitas qué se formaban en su frente cuándo se disgustaba

Como los pequeños dientitos o las prominentes encías rosadas

O su colmillo qué se colaba por sus labios cerrados de vez en cuando

Te encontré - MartuliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora