72. Mecanismo de defensa

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La pequeña se removió inquieta debajo de las sábanas... Sentía frío y no estaba siendo protegida por aquellos cálidos brazos a los que estaba tan acostumbrada...
Abrió abruptamente sus ojitos y trató de enfocar la vista en la habitación oscura...
No veía más que sombras de los muebles y cosas tiradas por doquier... Prendió la luz de noche para que su hermanita no se asustará si se despertaba, se calzó sus Crocs junto con su buzo y se dispuso a salir de la habitación... Tal vez Mar se sentía descompuesta y estaba en el baño de abajo o tal vez le dió sed y fué a buscar un vaso de agua... Cualquiera fuera la razón, no le gustaba estar lejos de ella.










En el camino se encontró con sus padres subiendo las escaleras, la miraron curiosos de que estuviera despierta a esas horas de la madrugada, la castaña se frotó sus ojitos adormilada y les preguntó si habían visto a Mar... Los 4 adultos se miraron confundidos ¿cómo era posible que una de las niñas faltará?
Si ellos dejaron a las 3 sanas y salvas...
Al ver el terror reflejado en los rostros de los adultos la pequeña adolescente se despabiló... Enseguida corrió escaleras abajo y comenzó a buscar...
No estaba en el baño, ni en la cocina... Ni en los sillones del living, tampoco estaba en la sala de juegos o cualquiera escondite remoto... Eran las 4 de la madrugada que mierda haría a esa hora ? Dónde iría?










No sabe cómo ni por qué, pero sintió su presencia... Estaba cerca... Era muy loco para explicarlo, pero estaba segura.
Por su cabeza se le cruzó salir al patio, era extraño porque sería el último lugar en el que Martina elegiría estar... Odiaba la naturaleza y mucho más los bichos... Aún recuerda cuando la picó una colonia de hormigas... La rubia estaba practicando yoga o intentando hacerlo en una colchoneta justo al lado de un hormiguero... Lo que gritó esa chica aquél día no se lo va a olvidar jamás... Todos se partían de la risa, ella también estuvo entretenida riendo, hasta que se dió cuenta de que Mar en verdad sufría por los insectos y la ayudó a despojarse de aquellos asquerosos seres vivos.
Luego de pasar días haciéndole mimitos y asegurarle de que no dejaría que la piquen de nuevo, la rubia superó su trauma y pudo compartir con la familia en el extenso patio de la casa.










El viento azotó su cuerpo ni bien abrió la puerta... Intentó divisar a su chica pero nada... No sé veía nada... Las nubes estaban grises y la luna apenas alumbraba el ambiente...
Oyó unos quejidos o sollozos, no estaba segura, pero un animal no era...
Se quedó unos momentos expectante y volvió a escuchar aquellos sonidos...
Bajó su vista al suelo y su corazón se contrajo en su pecho... Era ella... Su preciosa chica de ojos mieles... Estaba hecha una bolita en el suelo, la pequeña estaba confundida... Acaso Mar estaba durmiendo? En el patio? Con este frío? Pero sus sentidos se agudizaron cuando volvió a escuchar esos sollozos... Mar estaba temblando...
Se apresuró en envolverla entre sus brazos, con la fuerza que tenía escondida levanto a la rubia en el aire mientras la llevaba dentro de la casa.
Sus padres la miraron confusos, hasta que fijaron su vista en el cuerpo entre sus brazos... La rubia estaba escondida en su pecho, sollozando dormida...
Lourdes fué hasta el sillón, acomodándose con la princesa en su regazo... Martina estaba helada, al parecer estuvo mucho tiempo fuera y para colmo estaba desabrigada...
La arrulló contra su pecho intentando darle calor corporal...
Pero la rubia no paraba de temblar y susurrar cosas inentendibles...









Amor despertate- susurró bajito en su oído, la rubia se removió levemente escondiéndose aún más en aquel hueco familiar llamado cuello.
Lourdes suspiró frustrada pero siguió acariciándola con dulzura, eventualmente, se quedó dormida...























Te encontré - MartuliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora