64. El ratón Pérez se va a llevar mis dientes?

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Por alguna extraña razón se sentía intranquila...




Su corazón latía desenfrenado dentro de su pecho, su respiración era entrecortada...




Sus manos temblaban y su mente estaba en blanco...




Lucia seguía con ella, estaba siendo dulce y paciente, la trataba con tanto cariño y cuidado que Martina quiso llorar...


Quería llorar porque no la merecía, no merecía su trato porque ella no podía corresponder de la misma manera...
Por un momento se sintió muy abrumada...


No se sentía del todo bien estando a punto de besar a la castaña... Habían estado bailando y bebiendo un rato, por las miradas fugaces y las sonrisitas acarameladas que le dedicaba, la jovencita buscaba más que un simple momento en la pista de baile...


Había bajado la mirada a sus labios unas pares de veces, aunque no se había atrevido a hacerlo... Tal vez esperaba que Martina diera el siguiente paso...





Pero Martina no sabía si quería...





Y tampoco podía...






Porque sus labios ya estaban acostumbrados a besar el cielo, sus dedos estaban acostumbrados a tocar las nubes y sus brazos estaban acostumbrados a envolver el paraíso...


Besar a Lourdes era por lejos una de sus actividades favoritas... Cada vez que lo hacia sus labios sentían una sensación de cosquilleo... De calidez y su sabor era el más exquisito de todos...


Pero todo cambiaba cuando la tocaba... Cuando tocaba su sedosa piel todas las neuronas de su cerebro se desconectaban... Miles y Miles de choques eléctricos recorrían cada parte de su organismo, cada vello de su cuerpo se erizaba, cada célula de su anatomía rogaba fundirse en esa sedosidad...
















No supo cómo ni cuándo, pero estaba afuera con un trago en una mano y un cigarrillo en la otra, la castaña de ojos grises estaba sobre su regazo y al parecer le susurraba algo muy chistoso porque se reía suavemente sobre su oído, pero Martina estaba desconectada de la realidad y rogaba que la muchacha se diera cuenta...
No quería ser descortés, pero no entendía que estaba sucediendo...








Un vaho mentolado golpeó su olfato en cuanto la chica exhaló el humo del cigarrillo que había robado previamente de sus dedos...


Sentía una extraña sensación de excitación al sentir aquél aliento sobre sus labios... Martina rara vez fumaba, muy esporádicamente había consumido marihuana... Con SU Lulita, no había nada más chistoso que tener un "viaje" con su pequeña...


Las ocurrencias y las risas no faltaban... Sonrió al recordar eso y la joven en sus piernas lo tomó como una señal verde para hacer lo que pasaba por su mente...









"Sos hermosa" logró escuchar antes de sentir unos labios cálidos acariciar los suyos... Era un roce suave, lento y cuidadoso...


Intentó corresponder la muestra de cariño lo mejor que pudo, sin embargo su mente estaba en otra parte...
O mejor dicho, pensando en otra persona...








Sus labios temblaban considerablemente y sentía que su pecho se comprimía de dolor...







¿Que pasa hermosa?- preguntó la chica sobre sus labios







Te encontré - MartuliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora