Lives at stake: Uchiha Haruno

Capitulo 3: Cuando parece mentira...

Su cuerpo temblaba, estaba asustada y tenía razones de sobra para hacerlo. El poco valor que había logrado adquirir con el tiempo para ocasiones como esta, se había ido —en esos mismos instantes— a la mismísima mierda. Su estomago se apretujó de uno forma anormal y luego sintió las invencibles ganas de devolver lo que habían comido en el descanso de ese día.

—¡Naruto! —jadeó desesperada y avergonzada, sabiendo que si su rubio amigo no la bajaba de su espalda, terminaría arrojando en su rostro.

Uzumaki entendió rápidamente y la soltó con rapidez y cuidado a la vez. Sakura respiró agitada durante tres segundos antes de toser y empezar a arrogar bajo la atenta mirada del pelinegro y el equipo Taka. Sasuke se encontraba boquiabierto ante esa escena, Kakashi se arrodilló al lado de su alumna para darle unas palmadas de apoyo en la espalda.

A sus ojos todo era visible, desde el rostro sonrosado y avergonzado de la peli rosa, hasta el rostro desesperado y ansioso del peli plata y el rubio. Frunció con más fuerza el seño.

—Naruto —llamó de forma tranquila el Uchiha menor.

Naruto miró apretado su mandíbula, sus ojos brillosos estaban agobiados y sabía que estaba a un hilo de llorar.

—Por favor —musitó. Sasuke abrió los ojos creyendo haberse confundido al escuchar—. Por favor, ayúdanos. ¡Sasuke ayúdanos! —gritó lo último.

La primera reacción de Sasuke fue de sorpresa, la segunda, el pensar que el rubio había enloquecido. ¿Ayudarlo en qué? ¿Con Sakura? Como si el fuese medico. Y aún así, si fuese una enfermedad, ¿no que ella era ninja medico? ¿Porqué no curarse ella sola?, la tercera, fue enfurecerse. Nuevamente se sentía el único ser en perderse algo importante, y eso lo hastiaba.

—Usuratonkachi... ¿Qué mierda es lo quieres? —Preguntó disimulando su exasperación— Ayudarlos ¿En qué? —se corrigió al ver la mirada frustrada del rubio.

Naruto lo miró esperanzado.

—Sakura-chan... No sabemos qué es lo que sucede con ella. Tú eres un Uchiha, por lo cual sabemos que podrás ayudarla.

Entonces Kakashi la ayudó a levantarse luego de que ella se hubiese limpiado la boca con desagrado, la observó con detenimiento y se quedó helado... No podía ser ella, tenía que comprobarlo.

Pelo rosa, ojos jade, piel nívea, cuerpo delgado —o puede que no tanto—, mirada regocijada por más de haber estado en una situación embarazosa hacía unos minutos.

Era definitivo, la chica parada en frente del equipo Taka, en frente de él, era Haruno Sakura, la ninja medico y kunoichi entrenada por Tsunade Senju, ahora lo que quería saber el pelinegro, era porqué mierda la parte baja de su vientre de estaba hinchando de una manera enormemente inusual.

—Está esperando un hijo, Sasuke —habló su antiguo sensei—. Y el hijo que espera, es tuyo.

—¡¿Qué? —gritaron Itachi y los demás ante un escéptico Sasuke.

Definitivamente, algo andaba mal aquí.

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—¡No pude ser posible, Tsunade! —gritó la anciana del consejo.

Shizune que se encontraba cerca se sobresaltó, estaba asustada y preocupada. No por la señora Utatane, sino por su amiga. Con Sakura habían hecho un vínculo muy fuerte de amiga y maestra, ellas se enseñaban lo que sabían una a la otra sin importar qué. Y ahora no la delataría, ella estuvo ocupada en distraer la vigilancia nocturna de Konoha, y gracias a eso logró que el equipo siete, o lo que restaba de él, lograran salir de la aldea.