Capitulo 20: Nombres

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—No —pronunció por enésima sexta vez en esa madrugada, al parecer era palabra sería su mayor aliado en todo el tiempo—, no tiene nombre.

—¿Qué clase de pueblo no tiene nombre? —sonrió divertida.

—Este.

—Sasuke-kun, solo uno. Podemos elegir.

—Hmp —sonrió ladinamente con socarronería— ¿Y cómo pretendes que le diga a media aldehuela que una chica con hormonas disparatas por un extraño embarazo quiso ponerle tal nombre a este lugar cuando ellos viven felices y contentos sin pensar en uno cuando vienen los extraños a preguntar?

—Oye, a ti te tienen respeto ¿sabes? Puedes decirles y ya. Si lo aceptan todos felices y contentos.

—No tengo la mente tan abierto como tú, pero estoy segundo que hay una gruesa capa que separa el significado de respeto con el temor. Son cosas muy distintas, Sakura —se cruzó de brazos mientras apoyaba su cuerpo en la entra de la habitación.

Observó sin inmutarse cómo el rostro del achica enrojecía a tal punto que parecía estar avergonzada, la única señal que no daba validez a su suposición, era aquel ceño exageradamente fruncido que hacía verse a lejos su molestia o enfado.

Solo era un nombre, un maldito y jodido nombre el cual no quería dar. ¿Enserio tenía que hacer todo ese berrinche por eso? ¡Joder! La Sakura que vio hacía dos años en la guarida de Orochimaru había dado un gran paso hacia la inmadurez total.

—Un nombre, no hay problema en que lo tenga —apretó con furia las sabanas.

—Como tampoco el que no lo tenga.

—¡Sasuke!

—Hmp.

Lanzó un gruñido atroz que incluso dejó por un segundo boquiabierto al azabache quien luego, regresó a su estado tirante. Trató de serenarse inútilmente, maldiciendo su suerte en voz baja, ¿esto era parte del "sólo una"? Porque si era así, retiraba su palabra en ese mismo instante.

Por un segundo, pensó que Haruno caería rendida, ya que la posición de querer volver a echarse a dormir apareció en sus ojos, él también lo hizo, deberían ser las cuatro de la mañana por lo que el sueño siempre vencía a aquella hora. Sus ojos estuvieron a un punto de cerrarse por unas horas más hasta que sus oídos captaron la molestosa voz procedente de su acompañante... otra vez.

Los ojos del Uchiha se tiñeron de rojo mientras se levantó de forma brusca.

—No —volvió a repetir con fuerza.

Entonces formó un puchero, frunciendo sus labios. Sasuke creyó volverse loco al encontrar un poco enternecedor aquello, mas no lo demostró. Su rostro seguía inexpresivo irritando más a la chica quien entrecerró los ojos, enfadada.

—¡No lo quiero para este lugar! —se defendió.

Sasuke alzó ambas cejas.

—Hmp, ¿entonces?

—Para el bebé —sonrió.

El azabache sintió algo parecido a querer golpear a alguien, pero era un poco menos poderoso que aquello. Entrecerró los ojos indignado porque su sueño se viese afectad por una chica con hormonas descontroladas y entonces, dio su ya escuchado veredicto.

—No.

—¡¿Qué?! —chilló dejando el oído del Uchiha con un leve zumbido. Se agarró la cabeza en un intento de que solo quedara en esa molestia y no pasara a ser una jaqueca— ¿Por qué no?

—Porque yo lo digo, no hay razón por la cual hacer esto.

—Sí que la hay, no por toda la vida le voy a llamar «bebé». Me niego a eso.

Lives at stake: Uchiha HarunoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora