Capitulo 15: A lo desconocido

50 8 0
                                    

Naruto:

No sabemos dónde se encuentran en este momento aunque los animales de Sai sí, pero todo el equipo diez y aquellos que te han conocido, desean lo mejor para ti. No contestes, la carta ha sido enviada bajo riesgo y mientras el alto mando no se entere será mejor.

Te agradezco por todo lo que me enseñaste en esos dos maravillosos años que estuvimos juntos. Seguiré entrenando y pase lo que pase... recuerda que te quiero mucho, Ino mandará otra carta para Sakura.

Lamento que no sea tanto lo que escriba, no tienes idea de lo mucho que quisiera expresar, pero no encuentro la forma adecuada para hacerlo con escritos. Espero que Sai te haya entregado la bolsa que mandó Hokage Sama para que puedas disfrutar de algunos Ramen instantáneo que tanto te gustan.

No confíes en nadie, ni siquiera en mí. El consejo poco a poco obligará a los demás a ir en vuestra búsqueda. El sello maldito será quien los delate, así que si ven a alguien de la aldea merodear... mátenlo.

Buena suerte.

━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━

Se encontraba en literal, muy tranquilo. Los días habían pasado sin mayor percance, los Anbu habían visitado una que otras veces la catarata en la que se encontraba escondido el pueblo y simplemente no vieron rastros ni indicios que los fugitivos —Naruto, Sakura y Kakashi— hubiesen pasado por ahí. Sasuke se podría relajar por unos días más hasta que regresasen de nuevo por si las moscas a buscarlos.

Naruto seguía jodiendo a cada día pidiendo dinero para los alimentos, en conclusión, los Ramen que le habían mandado se agotaron por lo que no encontró mejor manera de reponerlos que gastándose todos los ahorros de Sasuke Uchiha, quien se resignaba a darle más dinero, caro que no sin antes darle una buena paliza que le hubiese destrozado todos los dientes, para que pueda seguir alimentándose.

Si que deseaba verlo algún día con una grave intoxicación. Ese día reiría como imbécil por todos lados, sí que lo haría.

Kakashi tampoco había cambiado mucho. Aunque siempre iba de un lado al otro releyendo sus ya releído libros. De vez en cuando se le veía con un libro nuevo que al parecer no le interesaba mucho. Pero con el aburrimiento y la desesperación de no poder leer el último tomo de Icha Icha Paradise, se había conformado con leer alguna otra baratija con contenidos porno.

Mientras que la otra cara de la moneda era muy diferente. Tan sellada como maldita.

Sakura era quien había cambiado un poco, desde que Naruto llegó con sus cartitas de infante y ella se había atrevido a leerlas, su ánimo simplemente se esfumó. No negará que lo asustó en minoría esa baja de estado. Verla con la mirada ausente, pensado en algo que ni siquiera se podía deducir era lo más incomodo y exasperante que podría golpear a Sasuke.

Ese era uno de esos días. Sakura se encontraba sentada en el mueble acolchonado, sosteniendo ese papel blanquecino con sus níveas manos mientras su mirada estaba dirigida a la carta que no estaba leyendo. Simplemente, sin vida.

Pero, aunque no le gustara admitirlo. Había por primera vez, dos lagrimas escurridizas que hacían la diferencia de otras veces. Puede que sí, puede que no. Ya que él no estaba muy pendiente de la peli rosada como para advertir algún cambio fuera de lo físico.

—¿Se puede saber qué te pasa? —preguntó fastidiado.

Sakura era molesta, fastidiosa, engreída, estúpida e incoherente. Pero era una mujer, una muy terca y testaruda, pero mujer al fin y al cabo, y si algo conocía bien de ella, era que no lloraba por ponerse sentimental. Ni siquiera lloró cuando Itachi le hizo notar que ahora estaba con unos kilos de más. Aunque era natural que sucediese, Sakura siempre dedicó a vengarse sin dirigirle la palabra, hasta ahora.

Lives at stake: Uchiha HarunoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora