Sasuke golpeó la parte trasera de su cabeza contra la puerta cerrada de la habitación otra vez en todo ese día o noche.
—Sakura, abre la puerta —pidió con paciencia, en realidad aquella era una orden disfrazada; prefería no irritar más a la chica de lo que su hermano ya lo había hecho. Estaba sentado en el suelo, con sueño y lo menos que deseaba era que la puerta no se abríera nunca.
Luego de aquella intervención de Itachi, Sakura se había encerrado en la habitación sin indicios de querer abrirla a menos que empezara a parir. Sasuke intentó por todos los medios —los cuales procuraban dejar la puerta intacta y no romperla— abrir la entrada, pero nada funcionó.
Golpeó una vez más la puerta con su cabeza y entonces, esta cedió y se abrió.
—Entra —musitó algo avergonzada—, si quieres.
Sasuke le miró durante unos segundos desde el suelo. Se paró con lentitud y entró en silencio. No le dirigió la palabra mientras seguía su camino hacia el cuarto de baño, apenas la miró un par de veces.
Sakura segía parada en su lugar cuando regresó de quitarse la ropa y dormir, se fijó en ella una vez más y la vio ahí, sonrojada, encogida y en una pose apenada. ¡Rayos!
Dió un pequeño suspiro, caminó hasta ella, la agarró del brazo como si fuese una muñeca y la guió hasta la cama sin que diese pelea. Volvió a hacer el mismo recorrido hasta tomar su lugar, se hechó y cerró los ojos por un instante.
Un sonido ahogado. No le tomó impotancia.
Otro.
Tres...
Otra vez ese sonido, frunció en ceño se incorporó con avidez.
—Sakura ¿qué demonios te sucede...?
La vio, acurrucada en la cama con la cara enterrada en la almohada, sollozando.
Chasqueó la lengua aireado. ¿Qué le ocurría ahora? Desde días que no la veía llorando como en ese momento. Se volvió a acostar con la intención de ignorarla. Debía de ser fácil, ¿verdad?
Los sollozos volvieron penetrando su oído. ¡Se acabó!
—Sakura —amenazó. Ella tembló por unos minutos y si bien sus sollozos cesaron, era evidente el esfuerzo que hacía para no formular sonido.
Rodó los ojos.
—¿Sucede algo?
Sakura negó.
—¿Te sientes mal? —trató por todos los medios de ocultar la leve preocupación, su rostro aún seguía inexpresivo y trataba que siguiera así.
—No es eso. Es... ¿Yo te gusto?
—¿Qué?
No pensaba responder esa pregunta, ni aunque se lo formulara en la peor situación. Prefería tragarse todo antes de demostrar alguna debilidad, y aun así, no estaba muy seguro de si le gustaba o no.
Sakura no era la persona más linda del universo, ni mucho menos. Es más, no tenía muchos atractivos que dar. Eso no significaba que no tuviese alguno, por supuesto. Ni su cabello rosa que más que darle una vista exótica le parecía dar un aire a un algodón de azúcar. Su piel blanquecina con algunas cicatrices de peleas tampoco le sumaba muchos puntos. Aunque había algo en su rostro, en sus ojos, en la forma de actuar fuera de lo caprichoso como solía ser, que era realmente cautivador.
—¿Por eso estás llorando?
Quien debería llorar sería él, no estaba durmiendo bien por su culpa. Las ojeras eran lo de menos, ¡cómo si antes no las hubiese tenido! Pero aquel insomnio se estaba metiendo con sus entrenamientos, con su forma de caminar, con su vista y con su humor.
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Lives at stake: Uchiha Haruno
FanfictionResumen: Pelo rosa, ojos jade, piel nívea, cuerpo delgado - o puede que no tanto -, mirada regocijada. Era definitivo, la chica parada en frente del equipo Taka era Haruno Sakura, la ninja medico y kunoichi entrenada por Tsunade Senju, ahora lo que...