Naruto había saltado cuando le dijeron que podría cuidar al pequeño Uchiha por primera vez desde el incidente con el consejo. Sasuke había vuelto a la aldea sin reclamos —ya que al parecer se quejó solo internamente— para ocuparse de su familia, al igual que Itachi quien parecía más que complacido con su estadía en Konoha.
Era la primera vez que Sakura y Sasuke confiaban en él —sin Hinata para supervisar, claro—. ¡Él era un adulto! Sabía cuidarse de sí mismo y también de un bebé, aunque el pequeño Shisui pareciese muy disgustado con que él fuese su niñero. Su escaso ceño fruncido de color negruzco lo indicaban.
El rubio había hecho hasta malabares y le había dado el kunai inflable que Sasuke le había comprado luego de una vergonzosa pataleta que fue celebrada por Sakura ya que había sido la primera que había hecho en toda su vida. Sasuke sí estaba enojado por ello. Pero nada parecía complacer al infante quien aún tenía su entrecejo fruncido provocando unos tiernos hoyuelos en su rostro.
—Demo, Sui-chan ¿qué deseas hacer para que no te aburras? Te saldrán arrugas o en un peor caso, terminarás con la cara de Teme que tiene tu padre —Esto solo pareció empeorar el humor del Uchiha quien lo demostró llenando sus ojitos furiosos de lágrimas— ¡Espera, espera! Ya sé. ¡Vamos a comer Ramen!
El pequeño pareció pensarlo.
—¡No! —respondió de una manera chillona y casi inentendible.
—¿Por qué no? Si es el manjar de los dioses. Comer eso ayudó a que tu tío sea muy inteligente y poderoso, ¿no quieres ser como tu tío Naruto, Sui-chan?
—¡No! —chilló otra vez mientras sus ojitos empezaban a llenarse de lágrimas.
—¿Entonces qué quieres? —expresó irritado.
—To-san.
—¿Tosan? —Alzó una ceja— ¿Tienes tos? Pero si no te escucho hacerlo.
El niño azabache gritó golpeando con las palmas de sus débiles manos el suelo. Naruto abrió los ojos cuando sus oídos sufrieron por el llanto. Estaba seguro que ese niño había sacado el carácter de su padre, pero los pulmones bien desarrollados de la madre. Trató de acercar haciendo caras raras hacia el bebé, pero apenas avanzó un paso hacia él, Shisui intensificó el llanto mientras gateaba lejos del rubio.
—Shisui-chan, ¿quieres mucho a tu papá?
El niño dejó de llorar.
—¿To-san? —su redondeada cara, roja por el llanto se iluminó. Naruto casi se golpea, ese mocoso había estado llamando a su padre «To-san» y él pensaba que era algo referente a la tos. Con razón se había puesto a llorar.
—¡Sí, to-san! ¿Lo quieres mucho?
—¡Chi! —sonrió enseñando dos de sus dientes que aún estaban saliendo.
—¡¿Sabes todo lo que tu padre y tu madre han estado esperando poder salir un momento solos?! Sui-chan, si cooperas, tu papá te premiará. Te dará chocolates y... y...
—¡Angos!
—¡Sí, dangos! Te dará muchos dangos. ¿Quieres portarte bien? Por mientras comeremos ramen ¿Quieres?
Shisui, como todo niño resignado, asintió con una expresión afligida. Entendía a la perfección lo que le habían dicho, aunque las palabras no las entendiera en su gran extensión, le encontraba el sentido a la frase.
Escuchó un poco de ollas chocarse en la habitación continua a en donde se encontraba, y entonces el calor inundó el lugar. Su tío había prendido la cocina. Una vez que Naruto puso el agua hirviendo, estaba dispuesto a llamar a su Hinata-chan para que le ayudara a preparar ramen, él no sabía mucho de cocina y si preparaba algo que no le agradara a su «cliente» este reclamaría con más lamentosos gritos que crearían quejas en los vecinos.
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Lives at stake: Uchiha Haruno
FanfictionResumen: Pelo rosa, ojos jade, piel nívea, cuerpo delgado - o puede que no tanto -, mirada regocijada. Era definitivo, la chica parada en frente del equipo Taka era Haruno Sakura, la ninja medico y kunoichi entrenada por Tsunade Senju, ahora lo que...