Capítulo 22 : Pequeño

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"Solo cuando te tuve por primera vez en mis brazos, pude comprender lo que sintió mi madre al tenerme en los suyos"

Sakura gimió una vez más algo inentendible mientras Itachi traba de reunir valor para recibir a ese bebé. ¡Pero por supuesto! Él era un ANBU; ni en sus mejores sueños habría imaginado una escena igual, Atendiendo a una mujer a punto de tener un hijo de su propio hermano el cual parecía más desinteresado que nadie.

—¿Qué se supone que haga ahora? —musitó incómodo. Era una situación accidentada, en la cual si algo hacías mal las cosas podrían irse a la reverenda mierda.

Sakura fue bajando los gemidos de vez en cuando, solo tratando de respirar hasta que otra contracción la acechaba provocándole otro grito o chillido de dolor.

¡Demonios! ¿Dónde estaba Sasuke en esos momentos? ¿Es que Naruto no pudo encontrarlo?

—Itachi —pronunció con voz ahogada, la miró pero no pudo hacer más que echar un vistazo con exhortación. Era verdad que ella estaba sufriendo, pero lo único que estaba logrando Itachi sin su hermano al lado, era entrar en histeria. Podía apreciar cómo Sakura se debilitaba rápidamente.

—"Muy bien, Itachi. Abres, miras y cierras. No debe ser tan difícil." —Se repitió inseguro— "Abres, miras y cierras... ¡Por los mil demonios, Sasuke! ¡¿Dónde estás?!"

Itachi tomó con las manos las rodillas flexionadas de la chica. El rubor que cubrían sus mejillas era cómica, pero no tenía otra opción. ¿Verdad? Para su mala suerte aquel no era la clásica situación en la cual si es que no quieres mirar, sólo cierras los ojos. Él tenía que ver.

Cuando se propuso separarle las piernas a quien de ser otra la situación, sería su cuñada, una fuerte voz sonó en toda la habitación.

—Te cagas si lo haces, Itachi —expresó con voz sombría.

Se dio la vuelta, entre aliviado y avergonzado, entonces antes de decir nada más, Sakura volvió a gritar.

—¡Sasuke!

El azabache giró su cabeza hacia ella. Jamás había presenciado un parto, pero estaba seguro que de haberlo hecho, olvidarlo habría sido una buena forma de no quedar traumado.

El rostro de la chica estaba perlado de sudor, su aspecto estaba sonrojado por el dolor y las muecas que hacía no ayudaban en mucho para decir que se encontraba bien. Sus manos apretaban las sabanas con una fuerza ridícula, que lo hizo tensarse.

Activó el Sharingan y casi prefirió haber sacado eso cuando todo empezó.

—Itachi.

—¿Qué?

—¿Cuánto tiempo lleva así? —preguntó.

—Unos, treinta minutos tal vez.

—De acuerdo —Itachi notó la preocupación contenida de su voz. Era la clase de preocupación que se obtenía cuando sabías que algo andaba mal en una batalla, en esta ocasión, con Sakura.

—¿Qué sucede con ella?

—Míralo tú. ¿Dónde está Karin? Tenemos que darle Chakra a ambos.

—¿Cómo vas a hacer eso?

—¡Demonios, Itachi! —Sakura gritó una vez más y entonces Sasuke fue a su lado— Necesitamos a Karin, ella tiene que hacerse cargo del niño mientras nos ocupamos de Sakura. Está debilitada, me sorprende que siga respirando.

—¿Qué? —los ojos de la chica se agrandaron a pesar del cansancio. Entonces notó que sus manos ya no estaban agarrando la sabana, parecía como si la acariciara. Tanto Sasuke como Itachi empezaron a fluir el Chakra sobre el vientre de la muchacha— El bebé —sollozó.

Lives at stake: Uchiha HarunoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora