CAPITULO 3: PENSAMIENTOS

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Era la primera vez que se comportaba de esa manera tan informal con un cliente ¿Le había dicho su nombre? ¿Por qué? ¿Por qué no dejaba de mirarlo? Varias preguntas abarrotaron su mente en un instante sin poder responderse a sí misma ¿Era por qué le parecía guapo? No, tenía que haber algo más, muchos clientes que frecuentaban el lugar eran guapos y aun así ella no se fijaba tanto en ellos.

Sus pensamientos a lo largo de la noche estuvieron en torno a aquel hombre, esperaba ansiosa que su copa estuviera vacía para tener una excusa y acercarse de nuevo a él, ¿Cuántas copas había bebido ya? Parecía tener muy buena tolerancia al alcohol además de ser muy educado y serio, ni una sola vez lo descubrió mirando inadecuadamente a las bailarinas ni a ninguna de las hermosas chicas que pasaban por su lado atendiendo las diferentes mesas, eso le agradó sin saber por qué.

Era ya más de la 1 de la madrugada cuando vio a William observar y levantar su mano, tal vez quería otro trago; era increíble como su corazón se acelera con la sola idea de estar cerca de él, aunque solo fuera para llenar su copa. Al acercarse de nuevo sus miradas inevitablemente conectaron, a pesar de la escasa luz, el ruido y el mar de personas a su alrededor, era como si solo estuvieran ellos 2 solos...

-W: Me traes la cuenta por favor...

Ella se sorprendió al escucharlo, era algo normal pero ¿Por qué pensó que él no se iría? ¿Acaso creyó que se quedaría toda la noche? ¿Por qué de repente le parecía demasiado pronto despedirse de aquel desconocido? Frunció el ceño por un breve instante y miró los apuntes de su libreta y para su sorpresa se había tomado más de 10 vasos de whisky, perfectamente pudo haber pedido la botella desde el principio, pero agradeció no que lo hubiera hecho, así tuvo la oportunidad de verlo más veces.

-C: Tu cuenta son 110 dólares, ¿Pero estás seguro que quieres irte ya? Pronto comenzará el último show de la noche, es tipo burlesque y suele ser el mejor de todos.

Él la miró con una pequeña sonrisa en su rostro y respondió:

-W: Quizá sea un buen show, pero no vine aquí por eso *alza una ceja* quería tomarme un par de copas mientras me refugiaba de la lluvia.

-C: ¿Lluvia? No sabía que estaba lloviendo.

-W: No creo que pudieras escucharla con todo el ruido que hay aquí dentro, en todo caso ya cesó.

-C: ¿Cómo sabes que ya cesó si hay mucho ruido para escucharlo? *sonríe*

-W: Son cosas que yo puedo saber *sonríe ampliamente* ¿Quieres apostar?

-C: Eso incrementa aún más tu cuenta.

-W: No si yo gano *hace una mueca* Además el dinero no es un problema para mí.

Ella dudó brevemente y respondió:

-C: En todo caso si ya estás aquí deberías ver el show, son muy buenas bailarinas en verdad.

-W: La verdad no me interesa *mirada seria*

Muy a su pesar vio como él sacaba su billetera, tomaba algunos billetes y se los entregaba, y en efecto tal como él lo había dicho antes, el dinero no parecía ser un problema, sin querer había visto el contenido de su billetera y estaba llena de billetes de alta denominación.

-W: Gracias por el servicio, quédate con el cambio.

Cuando miró su mano abrió los ojos de par en par y trató de seguirlo, pero era como si hubiera desaparecido sin más en cuestión de segundos; aquel hombre le había dejado 100 dólares de propina, no había duda de que aparte de guapo y educado también era muy rico.

Podría estar lloviendo aún y no nos daríamos cuenta por la música tan alta, pensó ella después, ¿Entonces cómo podría él saberlo tan acertadamente? Igual ya no importaba mucho, se había ido y quizá no lo volvería a ver, pues debido a sus mismas palabras, asumió que ese tipo de lugares no eran los que frecuentaba habitualmente.

Pasadas las 2am las luces se encendieron y la música paró, como era jueves su horario de cierre era un poco más temprano que en fin de semana; mientras todos los clientes salían, la mayoría de ellos borrachos, Caroline se preguntaba porque William no parecía estar ni un poco alicorado después de haber bebido solo casi una botella de whisky. Esos pensamientos y muchos otros en torno al misterioso cliente de la noche, rondaban por su cabeza.

Al contarle a algunas de sus compañeras lo sucedido, todas quedaron sorprendidas con la generosa propina que había dejado aquel hombre, normalmente las propinas eran entre 15 y 20 dólares, además de mencionar que había sido un tanto antipático con algunas de ellas; pero Caroline difería de esas opiniones ya que con ella fue muy cortés y educado todo el tiempo.

Después de eso todo siguió como de costumbre, mientras hacían el aseo y recogían las mesas, todas contaban sus experiencias de la noche con los diferentes clientes, las bailarinas contaban el dinero que habían recibido en sus shows y ella ayudaba a Frank a hacer el inventario de los licores que necesitarían para el día siguiente, Joe en su oficina hacia la contabilidad general y los de seguridad intentaban sacar a un borracho que había quedado en el baño, todo dentro de la normalidad de una noche agitada...

AMOR NOCTURNODonde viven las historias. Descúbrelo ahora