CAPITULO 9: COQUETEO

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Caroline estaba sumamente feliz, toda la noche estuvo hablando con William o más bien coqueteando con él, era evidente el interés por parte de ambos, hasta Frank había notado su comportamiento inusual pero no le importaba, el cierre de la noche fue aún mejor, al despedirse William la había tomado de la mano, su tacto se sentía muy frío pero eso le agradaba, era una persona de frío más que de calor; después de eso habían quedado para ir a comer luego, ni siquiera sabía dónde o qué pero ya era una invitación oficial. Su corazón casi explotaba de los nervios, definitivamente debía contárselo a las chicas sin importar la hora.

En cuanto salió de su trabajo hizo una llamada grupal como era la costumbre entre ellas; si lo sabía una lo sabían todas. A pesar de que era de madrugada ambas contestaron luego de unos timbrazos, Caroline emocionada les contó de la invitación de William y estuvieron hablando sobre eso y algunas cosas más hasta que ella llegó a su casa.

Al día siguiente su ansiedad era palpable, aunque trataba de disimular lo mejor posible con sus compañeros ya que era una noche agitada; una fiesta corporativa había llenado el sitio y debía estar concentrada en su trabajo así fuera difícil en ese momento. Todo transcurría caóticamente pero eso era normal cuando estaba lleno, no tuvo un momento de descanso pero estaba feliz.

Parecía que William no iría esa noche ¿Debía pedirle el teléfono la próxima vez que lo viera o esperar que él se lo pidiera? Esa pregunta saltó de repente en su cabeza, no quería parecer una quinceañera desesperada, así que finalmente decidió esperar, estaba tan cansada que hasta sus pensamientos le dolían, no había tenido tiempo ni de comer y menos de descansar y para colmo se cerraba más tarde ese día, esta vez no sería la última en salir, quería llegar rápido a su casa, darse un baño, comer algo y dormir 18 horas seguidas.

Al salir del club se sorprendió gratamente, William estaba afuera esperándola al otro lado de la calle, apoyado en el capó de un Tesla modelo S color negro; no podía menos que abrir su boca, tanto por lo guapo y sexy que se veía esa noche, como por el auto que estaba detrás de él; como siempre su mirada era fija e intimidante, estaba impactada con aquella imagen tan surrealista de él.

Podía escuchar levemente los cotilleos de las personas que estaban cerca y no era para menos, ese hombre y ese auto no podían pasar desapercibidos en ningún lugar, brevemente recordó que antes lo había visto con un auto diferente pero sus pensamientos fueron interrumpidos por los comentarios de las chicas que la seguían. Habían reconocido a William como cliente del club, pero se referían a él como ¨El antipático¨, no podían estar más equivocadas. Sintió ganas de empujarlas pero se contuvo, no sería bueno dar ese tipo de espectáculo y menos con él observándolo todo.

Por el contrario los comentarios de los chicos eran más una alabanza al auto obviamente, era casi un deportivo pero más elegante, así que todos estaban descrestados con la vista, en definitiva ese hombre llamaba la atención por donde se lo mirara.

William sonreía ampliamente como queriendo contener una carcajada, no entendía mucho esa reacción pero asumía que sería porque estaba feliz de verla, así que finalmente y después de tantas tribulaciones decidió acercarse a él aun sabiendo que todos sus compañeros la verían y sería la comidilla de ahora en más.

W: Buenas noches, encantadora señorita, el servicio de transporte que ha solicitado está aquí.

Caroline sonrió y se tapó la cara, era tan encantador y educado que no podía creerlo en verdad, seguro estaría como un tomate en ese momento, pero él seguía sonriéndole y eso hizo que todos los murmullos a lo lejos ya no importaran.

C: Buenas noches ¿Serás mi chofer hoy?

W: Solo si tú me lo permites, si no, pues siempre podemos caminar, no tengo problema en hacerlo.

Quería salir de allí lo antes posible, podía sentir las miradas de las personas al otro lado de la calle clavadas en ella, no era agradable; además estaba tremendamente cansada y su estómago empezaba a gruñir un poco.

C: Acepto que seas mi chofer hoy.

Él la miró sonriente y se apresuró a abrirle la puerta del copiloto para que entrara al carro, como siempre se comportaba como todo un caballero, luego él subió rápidamente dándole marcha al auto, era bastante silencioso y super cómodo, era increíble, si se lo contara a su padre moriría de la envidia; no era que todos los días se pudiera estar en un auto lujoso como ese, su andar era sumamente suave.

W: ¿Qué tal estuvo tu noche hoy?

C: Agotadora, no tuve un solo minuto de descanso, ¿tu entraste al club hoy? La verdad no tuve tiempo de salir de la barra.

W: Entré pero estaba muy lleno y preferí no quedarme, por eso mejor esperé afuera hasta que salieras.

C: Llevabas mucho tiempo aquí?

W: Solo un par de horas.

Bromeó él mientras conducía tranquilamente.

C: Queee!! De verdad esperaste todo eso?

W: Es broma solo fueron como 20 minutos a lo sumo. No vivo lejos entonces es fácil para mí llegar acá

C: Menos mal, ya me estaba sintiendo culpable. Mmm, creí que tenías un auto diferente, un BMW.

W: ¿No te gusta este?

C: Claro! Claro que sí es un auto genial, sabía que era silencioso pero no pensé que tanto.

W: Debe ser porque es eléctrico.

C: Sí lo sé, mi padre es aficionado a los autos, así que conozco muchas marcas, solo pensé que te había visto otro carro el otro día.

W: Ah sí, tengo dos, pero el otro no creo que sea eléctrico como este, la verdad no lo sé.

C: Wow tienes dos? y no sabes las características de ellos?

W: La verdad es que no, no me interesan mucho, solo los compro si se ven bien a simple vista. Pero creo que a tus amigos les agradó muchísimo, no paraban de hablar de ello incluso tomaron un par de fotos.

C: Qué vergüenza!! ¿Los escuchaste? Disculpa por favor.

W: ¿Por qué pides disculpas? Tu no hiciste nada malo.

C: Pero ellos sí, no debieron hacer eso, es de mala educación.

W: No es tu culpa, así que no debes pedirme disculpas, en todo caso deberían ser ellos quienes lo hagan. Cambiando de tema ¿te gusta la pasta?

C: Si, me encanta.

W: Bueno entonces ya sé a dónde llevarte a comer.

En cuestión de pocos minutos ya estábamos frente a un restaurante que tenía servicio las 24hrs, como era de esperarse era muy fino, de los mejores de la ciudad.

C: No creo que sea buena idea comer aquí, no estoy vestida adecuadamente; además he escuchado que sus platos son muy costosos, no puedo aceptar una invitación así.

Él la miró de arriba a abajo pero parecía no entender el motivo de ese comentario.

W: ¿Qué tiene de malo tu vestimenta? Para mi estas hermosa, además no importa cómo te vistas, solo vas a comer, no es una fiesta de gala.

Ella se sonrojó al escucharlo decir esas palabras y contestó aún más apenada que el sitio era caro.

W: Eso tampoco es un problema, además sé que tienes hambre.

AMOR NOCTURNODonde viven las historias. Descúbrelo ahora