CAPITULO 7: EMOCIÓN

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Caroline estaba sorprendida y a la vez emocionada, él había regresado. Pudo verlo claramente cuando encendieron las luces, esos ojos grises azulados que la hipnotizaban, se veía tremendamente guapo tal vez porque ahora lo veía con mucha luz. Wow, verlo ahí sentado era lo mejor que le había pasado en varios días y estaba tan emocionada que no podía negarlo, su corazón latía a mil, había hablado con él nuevamente y sabía que regresaría después.

Cuando él se despidió para irse, lo hizo tan deprisa que ella no tuvo tiempo de reaccionar y darle las buenas noches pero fue tras él, se paró en la puerta y lo vio subir a su auto, un lujoso BMW m580i entre gris y azul perlado, el color de su auto combinaba perfectamente con el de sus ojos. Sabía de autos gracias a su padre, era uno de sus pasatiempos favoritos y ella había heredado ese gusto, así que conocía perfectamente el valor del auto que él conducía y no era nada barato, tampoco le sorprendía, él tenía una muy buena presencia y se notaba su clase con solo mirarlo y hablar con él.

Quería llamar a sus amigas y contarles lo que había pasado pero eran más de las 2 de la mañana así que ellas estarían dormidas, esperaría hasta más tarde para llamarlas, además también estaba cansada así que quería irse a dormir cuanto antes, aunque sería difícil conciliar el sueño con la emoción que tenía, el pensar que volvería a verlo la llenaba de alegría; ese hombre sin duda le gustaba demasiado y lo acababa de confirmar, tocaba su pecho y su corazón aún latía con fuerza. Contrólate, contrólate, se decía a sí misma mientras lo veía alejarse en su auto, luego dio media vuelta y entró para tomar sus cosas e irse a casa, eran demasiadas emociones para esa noche.

Al día siguiente se despertó a la 1 de la tarde y de inmediato llamó a sus amigas y les contó lo sucedido, ellas al escucharla soltaron un grito de felicidad y le preguntaron cuándo lo volvería a ver, ella no lo sabía a ciencia cierta pero estaba segura que regresaría porque se lo había dicho y creía en él, no sabía por qué pero confiaba en su palabra, ahora tenía aún más motivación para ir a trabajar esa noche, aunque no sabía si regresaría ese día u otro, pero estaba segura que lo vería en algún momento, algo en su interior se lo decía, al colgar la llamada grupal estaba más que lista para arreglarse y salir a trabajar.

Caroline intentó estar pendiente de las mesas pero era complicado por el volumen de personas que habían para atender en el Club, aun así pudo escaparse de la barra un par de veces para para revisar si William había regresado esa noche y efectivamente lo vio entrando aunque la mesa que habitualmente había usado no estaba desocupada, así que se apresuró a conseguir una nueva mesa para él, parecía conocerlo y decidió ubicarlo en una mesa algo retirada del escenario, aunque no estaba cerca a la puerta tal vez a él le gustaría. Por la expresión de su rostro parece que había acertado en su elección y como en otras ocasiones se decidió por whisky pero esta vez pidió una botella de Black Label, lamentó que tomara esa decisión ya que le resultaría más difícil hablar con él si no iba a llevarle varios tragos, la botella le duraría toda la noche y ella no tendría una excusa para ir a su mesa varias veces. Y sí, esta vez no le molestaba para nada servir como mesera si era para él.

W: ¿Me podrías traer hielo por favor?

Era increíble pero parecía que él podía escuchar sus pensamientos, ahora estaba claro que debería llevarle hielo cada vez que quisiera servirse un trago ya que le gustaba en las rocas, si pidió la botella era que pensaba quedarse por largo rato, eso la emocionaba.

Estuvieron compartiendo miradas toda la noche o cada que ella le llevaba hielo para comenzar una nueva copa, parecían estar perfectamente sincronizados, aunque no podía verlo desde la barra, ella siempre sabia el momento exacto en que acabaría su copa y necesitaría más hielo, intercambiaban algunas palabras, preguntas sin sentido de parte de ambos, era un coqueteo tonto, a veces lo descubría simplemente tecleando en su teléfono, pensó que quizá estaba aburrido y eso era raro ¿Qué hombre se aburre en un stripclub lleno de mujeres hermosas y semidesnudas?. Rápidamente volvieron a su mente las palabras de su amiga Kade "quizás sea gay", trató de borrar ese pensamiento de su cabeza, no era posible, no podía serlo, se negaba a creerlo. Estúpida Kade.

La noche casi terminaba y ya sabía algunas cosas sobre él, vivía cerca, vivía solo y trabajaba en la bolsa de valores, no era mucho pero era más de lo que esperaba y por ahora eso le bastaba para estar feliz. Había sido una noche de trabajo bastante agradable y sin ningún contratiempo.

Frank que la miraba curioso, analizó su comportamiento durante esa noche, no era habitual verla tan feliz sirviendo mesas, ella jamás salía por voluntad propia a hacerlo y ahora de vez en cuando salía con una copa llena de hielo y regresaba tan sonriente que era sospechoso, así que no se aguantó más y le lanzó la pregunta cuando menos se lo esperaba.

F: ¿Hay alguien especial a quien le estés llevando hielo?

Caroline visiblemente sorprendida y avergonzada por la pregunta, se quedó mirándolo perpleja y seguramente con la cara colorada, gracias a Dios todo estaba medio oscuro y él no podría notar como su cara ahora parecía un tomate a punto de estallar. No sabía qué responderle y solo se rió con nerviosismo, cuando por fin atinó a hablar solo dijo:

C: Claro que no, solo es un cliente que le gusta su whisky con hielo y me pidió que le llevará cada tanto.

Frank no era tonto y aparte la conocía bien para saber que le mentía, pero no dijo nada más por respeto a ella, no era ajeno para él que las chicas a veces se involucraban con los clientes, aunque si se le hacía extraño que esta vez fuera Caroline quien lo hiciera.

Ya era casi la hora del cierre, Caroline una vez más fue a llevarle hielo a William y se quedaron hablando un par de minutos, era muy agradable. Ya la primera botella estaba vacía, había pedido un par de tragos más por aparte y esa era seguramente la última copa porque pronto cerrarían y él se veía completamente sobrio, vaya aguante el de ese hombre.

C: Tienes muy buena tolerancia al alcohol.

W: Si, por lo general no me afecta mucho, es como tomar un refresco *sonríe orgulloso*

C: Si de eso me he podido dar cuenta, a mí ya me habrían tenido que sacar cargada *bromea*

W: Yo lo haría con gusto.

C: ¿Eh...? ¿Qué?

W: Sacarte cargada por supuesto, eres delgada así que no creo que peses tanto y yo no estoy borracho así que lo haría sin problema.

Ella se quedó helada al escuchar sus palabras ¿Eso había sido un coqueteo? Era la primera vez que lo escuchaba coquetearle tan directamente y no sabía que responder a eso. Él rió sin decirle nada más y ella solo salió corriendo hacia la barra, sintiendo como su corazón casi se le salía del pecho, había muchos clientes que coqueteaban con todas pero como jamás ninguno le interesó, siempre supo exactamente cómo ponerlos en su lugar, pero con William era diferente, él la ponía muy nerviosa, la había dejado sin palabras.

AMOR NOCTURNODonde viven las historias. Descúbrelo ahora