Mientras los niños terminaban sus pinturas, Jungkook se había sentado a su lado en el suelo y también comenzó a pintar con suma concentración. Al principio Jimin se sintió algo incómodo por ser el único que no estuviera pintando, así que también se dejó llevar y tomó una hoja para dibujo, sólo que no tenía claro cuál era su sueño.
Jungkook se giró a verlo, notando que no podía pintar como los demás.
—¿Necesitas ayuda? —le ofreció, mirando la hoja en blanco desde hace tiempo.
Él definitivamente era la persona más bondadosa de este mundo. Jimin se removió en el suelo, tímido.
—Creo que sí... ¿No es algo tonto que el mago de los sueños no tenga un sueño? —agachó la mirada, absorto en el pincel entre sus dedos.
—Claro que no, hyung. Sabes que no. ¿Me dejas ayudarte?
Jungkook dejó su dibujo de lado, como si no fuera más importante que su amigo.
—Pensé que estabas enojado conmigo. Pensé que te decepcioné y lastimé —insistió el rubio, sin entenderlo.
—Y lo hiciste, pero ahora mismo eso no importa, eres como un niño más queriendo soñar en esta salita. Ven —palpó el suelo a su lado, a lo que Jimin se acercó enseguida—. Conversemos mientras piensas en qué pintar. ¿Hay algo en particular que quieras decir?
—Bueno, yo... No he podido evitar preguntarme por qué amas tanto este lugar. Sé que podrías conseguir un lugar mejor y también sé que estos niños podrían ir a un jardín con más compañeros y comodidades. Por supuesto que es hermoso estar aquí y que juntos están construyendo algo increíble, pero... Creo que quiero escuchar las razones de tu boca, porque nunca te lo he preguntado, ¿verdad? —sonrió algo triste.
—Lo entiendo, hyung. Cualquiera que lo viera desde afuera creería lo mismo. Tal vez estos niños sean más exitosos el día de mañana si fueran a un jardín donde aprendan más que a pintar sus sueños. Yo, a su vez, podría cobrar más dinero enseñando en otro lugar. Pero al final del día, ¿cuáles son los valores y recuerdos que tenemos? ¿En qué momento empezamos a vivir? ¿Los últimos veinte o treinta años de nuestra vida, cuando nos jubilemos? Eso es lo que intento transmitirles a los niños y eso es lo que quiero recordarme continuamente a mí —reflexionó el menor, continuando con su propio dibujo.
Jimin asintió, digiriendo sus palabras. Y sin darse cuenta, su mano también había empezado a pintar en silencio.
—Así que vivir... En el fondo, tiene un mensaje muy bonito.
Jungkook asintió, tomando algo de verde de la paleta de colores.
—Quizás en la ciudad no se enseñen esas cosas. Pero tienes que ver cómo se ponen los niños cuando ven a las gallinas o a las vacas —sonrió—. Yo también me pongo a jugar con ellos sin darme cuenta.
—Eso es hermoso. Creo que luego de escucharte ya sé cuál es mi sueño —asintió con una sonrisa.
Ambos siguieron pintando en silencio, quizás intercambiando alguna que otra palabra trivial de vez en cuando. No dejaron de estar concentrados en sus pinturas en ningún momento hasta terminarlas. Para cuando eso sucedió, la mayoría de niños ya había terminado y empezaron a jugar entre ellos, sin armar tanto escándalo.
—Muéstrame primero, Koo —puchereó un adorable Jimin, escondiendo su pintura.
—Aish, está bien —refunfuñó, pero aun así, le enseñó su pintura.
Jimin abrió sus labios maravillado. Jungkook se había pintado a sí mismo en el jardín de la casa verde jade, mirando las estrellas de un cielo azul oscuro con varias personas. Pudo distinguir a un chico que no conocía, pero suponía era su novio-no-tan-novio, de tez morena y cabellos negros. Él estaba dándole la mano y señalaba la luna. En otro costado, estaba Jimin con sus abuelos y Mandarina entre sus brazos, alrededor había muchas pinturas y la pareja de ancianos sonreía abrazados.
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𝗘𝗹 𝗺𝗲𝗰𝗮𝗻𝗶𝗰𝗼 𝗾𝘂𝗲 𝗮𝗿𝗿𝗲𝗴𝗹𝗮 𝗰𝗼𝗿𝗮𝘇𝗼𝗻𝗲𝘀 (𝗬.𝗠)
FanfictionLuego de una serie de desafortunados eventos, e inmerso en un pueblo que ya no conoce, Park Jimin se ve obligado a ir al taller del viejo Gyu a arreglar su citadino coche. Una herramienta que se cae al suelo y entonces levanta la vista. El taller pa...